Capítulo 13: Peleas

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El tiempo se acababa. Las cosas se salían de control y los chicos tenían sentimientos demasiado profundos en intensos. Eso sólo suponía una cosa: querían ser libres. Eso no se podía permitir aún.

***

–¿Qué harías si yo fuera un escritor con fibrosis pulmonar a punto de morir y, como tienes amnesia, no fueras capaz de recordar que me amas?– preguntó Kai, mientras abría la envoltura de su chocolate.

–Sé que he dicho esto antes, pero, rayos. De todas tus historias, esta es una de las más difíciles. Bien, intentaría recordarte o salvarte.

–Pero mi enfermedad es terminal, ya estoy muriendo. No puedes recordarme y no puedes hacer nada.

–Entonces morirías y yo no lo sabría. Viviría el resto del tiempo con un vacío inexplicable y hasta yo mismo morir.

–Buena respuesta– dijo en el menor satisfecho.

–¿Por qué siempre hablar de situaciones tan horribles?– quiso saber el mayor de los dos, ligeramente irritado.

–Nunca sabemos lo que pasará en esta vida. Te pongo los peores escenarios de cosas que nos han pasado para que estemos preparados por si algo malo pasa.

–¿Por qué estás convencido de que algo catastrófico nos va a pasar en esta u otras vidas?– el chico se incorporó, había estado apoyado en su novio mientras descansaban cerca de un árbol de la universidad después de clase.

–Porque siempre nos pasan cosas así y quiero estar listo– argumentó Jongin con tono triste.

–Jongin, no quiero ser aguafiestas, pero empiezo a pensar que te crees tus propias mentiras. Todo esto de las otras vidas es...

–¡Es verdad!– exclamó Kai.

–Está bien como hobby sádico, pero no es real y debes saberlo.

–¡Lo son!– insistió el bailarín, haciendo un mohín infantil.

–¿Puedes probarlo?– desafió Kyungsoo.

–Sí, pero tú te niegas a aceptar que has recordado cosas y lo sabes.

–Después de todas las cosas que te he escuchado decir, me contagié.

–¿Recordaste o no cosas?– Jongin lo miró directamente a los ojos y Kyungsoo desvió su mirada.

–Imaginé cosas– respondió. –Tal vez estaba deshidratado.

–No las imaginaste y lo sabes– Kai resopló y se puso de pie, haciendo que el otro chico lo imitara.

–No sabes lo que hay en mi mente, ¿cómo podrías saberlo?

–Porque también lo viví y lo sentí, Kyungsoo– reclamó el menor de los dos con fastidio

–Estoy harto. Para conversar o como broma puede pasar, pero si me quieres convencer de esta locura, no quiero escucharlo. Si deseas que esta relación esté bien, debes dejar este juego o irte con algún bobo que te crea.

–¿Estás terminando conmigo?– la pregunta de Kai lo sorprendió.

–Tal vez...– dijo dudoso Kyungsoo, por culpa del enojo.

–Entonces hazlo, no me interesa. Cuando el dolor de no tenerme a tu lado te recuerde todas la veces que lo has hecho, regresarás.

–¿Vas a insistir que es real?– Kyungsoo bufó y se tapó el rostro.

–Sí, ¿sabes qué es lo peor? Que vas a regresar y yo estaré esperándote. ¿Por qué? Porque soy un idiota. Que me gustes, que me hayas gustado siempre es un error, pero amarte como te amo no tiene sentido. Es una terrible falla.

Overdose: Sobredosis de emociones (OT12)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora