7. ¡Eureka!

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—¿Que sí estoy bien?—Se puede notar a leguas que Aaron esta muy borracho. Su mirada se fija en mi rostro, pero la baja rápidamente y hace una mueca. —Estoy tan perdido...

—¿Este no es tu apartamento?

Lo sabia, gracias Dios. 

—Lo siento da-dañarte tu ilusión, —Aaron se para rápidamente y se acerca a la reja de su balcón. —Pero soy tu vecino.

Por lo que perciben mis ojos en esta oscuridad es que Aaron está pasando por un mal momento, esta borracho, se nota en la mirada y su voz, pero hay algo mas.   

—¿Entonces porque estas perdido? —Pregunto mermando la voz con cada palabra.

—Pequeña Hale, eres un pre-preguntona. —Con su dedo indice toca mi pequeña nariz. 

—Bueno, entonces me iré a dormir. —Trato de irme para mi habitación pero Aaron me toma fuertemente de la muñeca, quedando mucho mas cerca de él.

La luz ya, no alcanza. —Mi entre ceño se pronuncia. —No quieras caminar sobre el dolor descalza.

Canta muy bien y sexy.

¡Pachamama! ¿Porque no te duermes?

Un ángel te cuida, —Aaron canta lenta y suavemente, mientras va soltando mi muñeca. —Y puso en mi boca la verdad para mostrarme la salida. —Aaron me mira con un brillo especial, queriendo decir mas de lo que ya dijo. —¿Podemos hablar?

Conozco perfectamente esa canción.

Yo solo asiento. En estos momentos no puedo responder nada, solo observo en el estado que se encuentra y como la poca luz de la luna cae en su perfecto perfil. De la nada Aaron toma sus dos manos y no se como lo hace, pero logra pasar las rejas que nos separa, entrando a mi balcón y poniéndose al frente mio.

—¿Que hiciste? —Mi estado sorprendido se podía observar en mi rostro. —Estas borracho, pudiste...

¿Estoy haciendo las cosas bien?

—¿Te gu-gusto mi interpretación de la ca-canción? —Me interrumpe diciendo mientras saca una sonrisa que no le deja ver toda su dentadura. —No respondas...

¿Ahora como lo devuelvo a su apartamento?

—Sabes tú cantas mucho mejor esa canción. Recuerdo que lo hiciste el año pasado en la clase de arte. —Dice agachando la cabeza. —¿Por qué me odias?

¡Oh, oh! Pachamama necesito que me ilumines. 

No sé qué responder,  —Nunca me he centrado en escribir las cosas que más odio de él. ¿Por qué lo odio? Odiar es una palabra muy grande. —Puedo decir que no me cae bien y su presencia no me gusta.

¿Realmente lo odias picarona?

Pachamama llegas demasiado tarde. 

—No respondas. —Aaron se sienta en la esquina derecha de mi balcón. Su risa se esparce en la noche totalmente silenciosa. —No le prestes atención a un borracho.

—Te responderé porque quiero que respondas una pregunta.—Continuo. —Me caes mal y muy mal a decir verdad, no me gusta ni tu personalidad, ni tus ojos, ni tus labios, ni tu perfil perfecto.

¿Acabo de decir eso? ¡Santas conchas! Necesito irme a dormir y ya.

 —Vete ya. —Digo tratando de alzar al sujeto borracho.

—¿Sera que me puedes brindar algo caliente?

—¿Es enserio? —Su cara se transforma totalmente como la de un perrito buscando hogar. —Tengo un bate de beisbol en mi habitacion, escúchame bien si no quieres que tu hermoso rostro sea aplastado por el, no quiero que toques nada.

Enamorada de mi peor enemigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora