Arte.
Era mi primera clase y aunque mi imaginación es pésima, estoy tratando de hacer lo mejor que pueda. A mi lado se encuentra Jake, el chico de la cafetería, quien ya se dio cuenta que perdí la memoria y me dio un lindo mensaje junto un abrazo algo incomodo. Él me pidió permiso para hacerse a mi lado y no le vi ningún problema.
Sí, había algo en él, que no me hacia sentir segura. Ademas con lo que dijo Samantha ayer, me dejo claro que es mejor estar un poco distante. Quizas sea una mascara e intente aparentar amistad, cuando lo que siente es pesar. Y eso no lo aceptare. Pero no voy a sacar conclusiones sin conocerlo.
También hay que tener en cuenta que el chico de mis sueños se encuentra en esta clase, al lado de su empalagosa novia, la cual niega. Intento que mi mirada no se fije mucho en la parte de atrás del salón —Donde están ellos —y se concentre totalmente en el lienzo en blanco que tengo al frente.
—¿No sabes que dibujar? —Jake me saca de mis pensamientos y mi mirada se fija en su pintura. Es un casa muy bonita. —Es la casa en donde vivías.
—¿Ah?
—Fuimos mejores amigos cuando estábamos mas pequeños, —Hace una pausa. —No es idéntica, pero la recuerdo así. Vivimos tantas cosas en esta casa y quiero que lo tengas presente.
Me dejo sin palabras, solo pude sonreír, sin creer lo que acaba de hacer. Al final de la clase él me dijo que cuando termine su lienzo me lo quería regalar, a lo que yo no me pude negar. Termine de recoger mis pinturas y salí del salón completamente vacío. Cierro la puerta y doy un giro para empezar a caminar pero hay un gran obstáculo al frente de mi.
Huele tan bien.
—¿Podemos hablar? —Intente ignorarlo y moví mi cuerpo a la derecha, pero él fue tan ágil que también lo hizo. Así que seguí intentando, me moví a la izquierda y paso lo mismo.
—Voy a llegar tarde a clase.
—Corrección, —Toma mi mano fuertemente. —No vas a llegar a clase.
Antes de que pudiera decir algo o por lo menos correr por mi vida, el chico de mis sueños me toma de la parte trasera de mis rodillas y me alza como si fuera una pluma. No entendía muy bien lo que estaba pasando e ilogicamente los gritos no salían de mi garganta. No se si es por la grandiosa vista que tengo desde aquí o por toda la sangre que siento en mi cabeza.
¡La segunda opción!
—¡Por favor! —Mi voz sale ronca. —¡Bájame!
—Demasiado tarde pequeña Hale.
De repente todo se vuelve oscuro y por mas que parpadee no observo nada. Siento unas manos cálidas en la parte de mi cintura y como el chico me baja lentamente. Solo puedo escucha su respiración, así que muevo mis manos tratando de buscar algo, pero cuando las estiro a los lados solo siento paredes.
—¿Donde estamos? —Se que esta al frente mio, así que vuelvo mis manos puños y le pego en el pecho. —¡Sácame de aquí!
—No, hasta que hablemos.
—¿¡Como quieres que hablemos sí ni siquiera se tu nombre!?
—Necesito que por favor... —Puedo sentir lo cerca que esta. —Por favor te alejes de Jake.
¿Ah?
—¿Y quien eres tu para decirme eso? Porque hasta donde yo se y lo que vi, tu estabas con la víbora o como se llame. No tienes ningún derecho. —De repente la luz se prende y me doy cuenta que estamos en la habitación del conserje. Habían traperos, detergentes y bolsas por todo el lado.
Poco romántico.
—¡No puedo quitar mis ojos de ti! No es la altura, ni el cuerpo, ni la belleza lo que te hace gran persona. Es la humildad, el corazón y la inteligencia. Eso es lo que me gusta de ti.
—Pero...
—Sé que estas confundida. —Hace un mueca. —Todo paso tan repentino. Un día estabas conmigo y al otro ya no. Se que no te fui a visitar, soy un cobarde. Pero no dudes que siempre me preocupare por ti, aunque no me hables y no te hable.
—Es que no recuerdo nada y siento tanta impotencia...
—Lo entiendo pequeña, pero es que no me gusta extrañarte. Te quiero aquí, conmigo, siempre. Llámame celoso o lo que quieras, pero no te quiero al lado de Jake.
—Pero se porto tan amable conmigo, que no le vi nada...—Pero el chico no deja que termine la oracion porque estampa sus labios con los míos. El beso es demasiado apasionado, ya que es tanta la fuerza que yo choco con la pared de atrás.
Nos volvemos incontrolables, porque a pesar de que el beso es algo inesperado, yo le sigo el juego y surge un aura de locura a nuestro alrededor. Sus manos cálidas pasan por debajo de mi blusa y hace un contraste con mi piel fría.No se como llegamos al punto de que tengo mis piernas enrolladas en sus caderas y mis brazos en su cuello. El aire nos falta, así que logramos separarnos con la respiración pesada.
—¿Es que no te das cuenta? —Él susurra con su voz ronca. Estoy tan cerca, que puedo ver sus diminutas pecas en sus pómulos y sus largas pestañas. —Extrañe todo de ti mi pequeña, estos últimos meses fueron una pesadilla sin ti y cuando me entere que perdiste la memoria no quería que te olvidaras de mi.
—Entonces ayúdame a recordar. —Ahora soy yo quien reduce la poca distancia y lo besa lentamente, sus labios son una adicción, son tan suaves y dulces. Noto como los latidos de mi corazón se relajan y poco a poco me separo de él.
—Siempre seras tu. —Mi ojos conectaban directamente con los suyos. Me perdí en su mirada, a pesar de que no eran azules ni verdes. Me encantaban el color de sus ojos, eran color café oscuro.
Café que quita el sueño, café que te desvela...
—El color de tus ojos es mi... —El sonido de la puerta se hace presente y yo me bajo de las caderas de él. Me quede expectante a lo que iba suceder y aparece un señor de edad. Me imagino que es el conserje, quien nos mira con el ceño fruncido desde afuera y murmura muchas cosas.
—Déjenme explicarle. —Salgo de la pequeña habitación y trato de hablar con el señor pero este camina por el pasillo. —¡Señor!
—Estos muchachos de ahora.
—No es lo que usted piensa. —Escucho una carcajada y volteo a mirar a mi chico. Le saco el dedo corazón, ya que solo se esta riendo y no hace nada. —¡Señor espere!
—Lo siento, pero me tienen que acompañar a secretaria. —El señor se detiene y se pone enfrente de mi. —Llame a su cariñoso amigo...
¿Secretaria?
—Nosotros. —Vuelvo a escuchar la notoria risa de la persona que ahora esta a mi lado. —Nosotros no estábamos haciendo...
—¿Nosotros? —Para de reírse y me interrumpe. —Eso suena bien.
—Mire niñitos. Estoy haciendo mi trabajo. No me importa que paso allá adentro, yo solo sigo el protocolo.
Doy un gran suspiro y le pego un codazo a el chico que acabo de besar, el cual no hace nada para ayudar o por lo menos no se deja de reír. Él solo se queja cada vez que lo golpeo y sigue riéndose, mientras el conserje nos lleva a secretaria. Cuando llegamos, nos piden que nos sentemos y esperemos para que nos hagan el reporte. Lo que hicimos cuenta como evasión de clases. No puedo creer que acaba de pasar eso, es decir, acabo de besar a...
¿Acabo de besar a un chico el cual no conozco su nombre?
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Enamorada de mi peor enemigo
Fiksi Remaja-No se como estoy metida en esto, realmente ni siquiera se que estoy haciendo aquí. -Me paro rápidamente de la silla donde estaba sentada hace unos momentos y comienzo a caminar de derecha a izquierda formando círculos. -Bueno sí se, -Me detengo un...