23. ¿A quien hay que matar?

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¿A quien hay que matar?

Esas fueron las palabras de mi mejor amiga cuando me encontró como un cachorro sin dueño, sentada en el estacionamiento, cuando lloraba sin control y me atragantaba con mis propios sollozos. Después de aquellas cuatro palabras, —Que fueron ácido para mis mariposas —Huí como lo hago normalmente y me alegra haberlo hecho, porque no quería derrumbarme ante un Aaron borracho, que ni siquiera era cuerdo con sus palabras.

Nunca le prestes atención a un borracho.

¿Como no pude seguir lo único coherente que ha dicho la bacteria? Sencillo, creí que sus sentimientos eran verdaderos pero anoten chicas. La decepción no mata, enseña. Aunque lleve dos días encerrada en este apartamento puedo decir que estoy mas tranquila y finalmente saque una conclusión.

Duele pero hay que continuar. No voy a obligar a alguien —Mucho menos a mi peor enemigo —, a quedarse si no quiere, ademas he pasado casi toda mi vida decepcionándome y siempre hay una lección en ello. La mía es que no te puedes juntar con bacterias porque son una plaga, que todo lo que tocan lo dañan.

—¡Párate de esa cama! —Mi mejor amiga aparece con un gorro de chef y una espátula en la mano. 

—¿Ya se fue? —Pregunto tímidamente, mientras mi mejor amiga regresa a la cocina. Desde ayer por la tarde la bacteria a estado tocando mi puerta. 

—¡Ajá! —Maddy grita desde la cocina. —Me gusta hablar sola. 

Me levante de mi cama lentamente, me dolía la cabeza de tanto estar acostada y mi estomago ya empezaba a rugir. Tenia demasiada hambre y el olor a sandwich caliente llegaba hasta mis fosas nasales, así que me puse de pie y lave mis dientes. Al momento de terminar, subo mi mirada al espejo que esta enfrente mio y noto como las largas ojeras rodean mis ojos azules apagados, mi nariz esta roja y mis labios secos. —No crean que es porque he estado llorando, no. Eso quedo pisado en el pasado. —La gripe invadió mi cuerpo.

Maddy canta una canción rara a todo pulmón, mientras que yo entro a la cocina y me siento en el muro de esta en el centro de ella. Le ayudo a terminar el desayuno a Maddy y pasamos a la sala, donde tomamos nuestro chocolate frió y comemos nuestros sandwiches. Este apartamento es muy pequeño, así que no le cabe un comedor ni mas sillas. Esa es un de las razones por la que he estado pensando en mudarme a un apartamento mas grande, pronto cumpliré los diez y siete, con el dinero que me mandan mis padres y lo que gano en la cafetería es lo justo para irme de aquí.

—Alisha —Maddy susurra sin importar lo cerca que estamos. —Él sabe que estas aquí y quiere hablar contigo.

Yo solo ruedo los ojos y le doy otra mordida a mi sandwich. Ya no quiero esconderme de él, pero parece que es muy intenso y quiere hablar conmigo, cosa que tampoco quiero. Se perfectamente que si salgo así sea a la esquina, puede que mi mala suerte ponga a Aaron en mi camino y todavía no estoy preparada para eso. 

—Mejor dime, —Le digo a Maddy. —¿Como estas tu?

Después de que Maddy me encontrara en el estacionamiento ya no era solo yo la que lloraba y sollozaba, mi mejor amiga también se unió al grupo. Le conté absolutamente todo y ella dijo que fuéramos a su casa, pero no quería ser un estorbo, así que la invite a pasar un fin de semana con su mejor amiga. Yo había olvidado eso y me fui una mala amiga, ya que hasta ahora a penas le preguntaba porque se encontraba así.  

—Bien, —Alza su cejas y toma una gran bocanada de aire. —Hundida, vacía, harta, triste y cansada. Definitivamente estoy bien.  

—Maddy, —Tomo una de sus manos ya que la otra tiene la taza de chocolate. —¿Matt estaba en aquella fiesta?

—Digamos que la tal Jasy o como se llame, tiene un cuerpo de modelo y asiste a ese tipo de fiestas donde Matt nunca ha estado invitado. —Maddy suelta una risa que no dura mucho. —Él cuida a su novia de perros falderos, pero intencionalmente las dos bebidas que yo llevaba para nosotras cayeron en el vestido de esa golfa.

La venganza es dulce.

—Si, —Maddy continua hablando, pero poco a poco baja su tono. —Matt dijo que hubiera preferido no conocerme nunca. 

¡Oh, oh! 

—Sabes que no lo decía en...  

—Alisha, —Maddy me interrumpe. —Me miro a los ojos, fue sincero.

— Lo siento mucho Maddy. —Maddy asiente mientras baja su cabeza.

—Gracias por estar conmigo en los buenos y malos momentos, por apoyarme siempre y estar siempre para mi. Te quiero Ali.  

La vibración del celular sobre la mesa hace que el abrazo de Maddy y mio termine. Así que reviso la pantalla y encuentro que es un numero desconocido. Estaba dispuesta a colgar la llamada, pero de pronto sea noticias de mi padre o Samantha, necesito contestar.

—¿Hola? —Saludo pero no recibo nada a cambio. —¿Hola? ¿Hay alguien?

—Hola. —Su voz se escuchaba mucho mas sexy e infernal desde el teléfono. Al llegar esa palabra a mi oído pude sentir como mis manos temblaban, las lagrimas salían y el nudo de la garganta se formaba. Aaron tenia ese poner en mi.

—¿Como ti-tienes mi nu-numero? —Es lo único que logro salir y de él solo obtuve un bocanada de aire. —Dímelo.

—Digamos que tu mejor amigo estaba en el campus.

¿Matt? Eso no me cuadra.

 —Bueno, ya lo comprobaste y adiós. 

 —¡No! —Aaron grita en un tono de angustia. —Solo déjame hablar, solo escucha.

Me voy a arrepentir de esto.

—Ok.

—Ok. —Eso fue extraño. —Se lo que hice y asumo mis consecuencias. Pero por mas trate superarlo no puedo. Siempre, óyeme bien, siempre hay algo que me recuerde a ti.

—Pues que feo. —Trato de sonar lo mas casual posible, pero el golpe en el estomago se hace presente.

—¿Feo? —Se escucha que ríe falsamente. —Feo es no poder olvidar a alguien porque absolutamente todo te recuerda a esa persona y es muy difícil ser fuerte cuando esa misma persona es tu debilidad.  

No me puedo contener mas.   

Y lo que predije se cumplió, me arrepiento totalmente y cuelgo. Es la mejor decisión que he tomado hasta ahora, porque esas palabras me hicieron reflexionar y caer en cuenta. Alisha Marie ha cambiado al pasar de los tiempos y se ha dado cuenta que estas decepciones ya no producen nada, solo la aburren. Lo mejor que puedo hacer es mantenerme alejada del imán de la mayoría de mis males, Aaron. Lastimosamente nunca nos podremos llevar bien por más que queramos, el destino es así y quizás en un futuro olvidemos nuestro pasado y podremos librarnos de todos nuestros rencores y temores, pero mientras tanto solo somos dos desconocidos.

Seguirá siendo mi peor enemigo.



MARATON 3/3 <3


Enamorada de mi peor enemigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora