Enamorada de mi peor enemigo

39. Para siempre.

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POV AARON:

Las semanas habían pasado y con ello mi angustia había crecido. Cada vez que miraba a Alisha, ya sea en la cafetería, en clase o simplemente en un pasillo; ella me miraba con simpleza. Ni siquiera me alejaba pero tampoco me hablaba, era como si ya no existiera. Y aunque, intente acercarme también siento miedo de ser rechazado. 

En los últimos días, solo he buscado el momento justo para acercarme y encontrar alguna solución. Pero siempre que encuentro la valentía y exploto, la encuentro mirándome igual de simple y las ganas desaparecen. Realmente no quiero perder ninguna oportunidad con ella. 

No puedo esperar.

Entiendo que necesite su espacio y quizás se sienta incomoda si yo la presiono mucho. Pero no me culpen, la vida me mostró que en cualquier momento nuestro destino cambia y nuestros caminos pueden dejar de estar unidos. Simplemente es increíble como las cosas pueden cambiar de una manera tan radical en tan solo un día, un minuto, o un momento. La vida nunca deja de sorprender. 

Eso lo tengo muy claro y aprovecho cada segundo con ella. Por ejemplo, ahora, estoy sentado en una mesa en la cafetería, ni tan lejos ni tan cerca, y quizás suene muy acosador, pero mientras me atraganto con mi almuerzo me gusta observarla. Amo su sonrisa, su terquedad y sobre todo aquella mirada que deslumbra a cualquiera. Y sí, lo acepto, es una forma muy desastrosa y extraña de mostrarle mi amor, pero para eso también estoy buscando solución.

Hoy en la noche hay un partido, no soy muy aficionado al fútbol americano pero en el momento que me di cuenta —Por su hermanastra  —que mi chica iba a estar ahí, no dude en anotarme en la lista. Mi chica, suena bien pero aunque, no me guste admitirlo... Ella todavía no es mi chica, todavía. Intentare hablarle ahí y decirlo como me siento.

—Pero si es nuestro querido Romeo —Al escuchar esa voz, mis pensamientos se vuelven oscuros y mis ojos se tuercen tanto que duelen. 

Se me olvidaba mencionar el pequeño desastre, perdón, detalle. Nunca le falta la mosca a la leche, pues ese era Jake. El horrible animal que asechaba cada vez que podía a mi chica, a pesar de mis grandes esfuerzos todavía tenia ganas de romperle el cuello a ese imbécil. Me los encontraban en la cafetería, en algunas clases y en los pasillos; yo solo hacia de tripas mi pobre corazón e ignoraba el momento.

—Ugh —Gruñí y me pare de la silla —Aléjate de mi.

—Tranquilo amigo —Me tomo por el hombro —La miras como un acosador.

—Eso a ti no te importa, imbécil —Quito su mano rápidamente e intento pasar por su lado, pero se interviene en mi camino.

—Se llama karma y lo sabes  —Salio a relucir una burlona sonrisa.

—¿Que quieres?

—Solo... —Suspiro —Avisarte, lo que se descuida, se pierde. Sabes perfectamente amigo, que el que no demuestra lo que siente, esta dispuesto a perder lo que quiere. 

—Ella no es un objecto.

—Pero la miras como uno —Su mandíbula se tensa —Ella no es el tipo de chica que espera que la llames, ella no va a llorar, ella sabe que no va a llegar a ninguna parte, ella simplemente va a reír y a vivir su vida. A ella le gustara que fueras parte de ella, yo lo se por como te mira, pero ella lo va a hacer muy bien sin ti. 

—A que quieres llegar con esto —Musito.

—Voy a luchar por ella —Se acerco un poco mas —Y acabare contigo.