—¿En serio no necesitas nada? —Subo mis oscuros ojos y encuentro a los dos hijos de la esposa de papá cuchicheando en un esquina de la sala del hospital. Recuerdo que Maddy todavía sigue en el teléfono y esquivo mi mirada.
—Estoy bien, —Maddy bufa. —Bueno dentro de lo que cabe, no quiero que sientas esta tensión rara que me rodea.
Definitivamente parezco un moco en una oreja.
—Entiendo, esa situación de madrastra junto a hermanastros, —Continua hablando. —Debe ser aterrador conocerlos en un hospital y ya sabes...
—Maddy, —Observo como Hannah, la esposa de papa se acerca haciendo un gesto con la mano. —Tengo que colgar, mas tarde te llamo.
Después de la pésima noche anterior, en donde por poco destruyo —Lo poco que había organizado. —Mi apartamento y llore hasta el amanecer. Desperté con varias llamadas por parte de Hannah y un mensaje donde me dejaba el nombre del hospital donde estaba mi padre. Hice todo lo posible para arreglarme lo mas rápido que mis fuerzas pudieran y tomar una taxi que me trajera hasta aquí.
Tengo que aclarar que a Hannah la había visto unas tres veces —Y eso es mucho. —Pero obviamente a los hijos de ella nunca los había visto. Son dos chicos, un hombre y una mujer, se pueden decir que tienen mi misma edad, —No son hijos de papá. —Pero según por lo que puedo ver le tienen un cariño muy grande. Son mellizos y la verdad se parecen demasiado, los dos tiene la misma altura, los mismos ojos y parecen sacados de revista. —Igual que Hannah. — Cuando llegue no fueron muy agradables ya que ni me saludaron, pero no puedo quejarme, creo que no les gusta mucho la idea de que me aparezca en el hospital después de haberle colgado a su madre.
Si las miradas hablaran.
Ya son las tres de la tarde y sigo sentada en el mismo mueble de esta mañana, no me he parado de aquí ni un solo instante. Hace unos quince minutos aproximadamente Hannah entro a ver a papá y sigo esperando a que pueda seguir yo, mientras tanto sigo con mi aromática en la mano. Estoy tranquila, llore lo suficiente y creo que es un nuevo obstáculo que tengo que superar.
—Puedes pasar a verlo. —Finalmente Hannah se acerca a mi y me da una mirada tranquilizadora.
Cuando llego a la habitación donde esta papá, puedo percibir el olor a medicina y los sonidos producidos por los miles de aparatos que lo rodean. El nudo en la garganta no se hace esperar, puesto que aparece rápidamente y trato de exhalar lo mas que pueda. Me acerco a mi papa y poco a poco le tomo la mano izquierda, esta fría y seca.
—¡Te necesito conmigo! —Un jadeo, junto a lagrimas y mucho dolor sale de lo mas profundo de mi ser. Levanto mi mirada y detallo cada parte de su cuerpo, desde las canas en algunas partes de su cabeza hasta el anillo matrimonial que tenia en su dedo anular izquierdo. No cabe la mayor duda que no he vivido muchas cosas con papa y que lastimosamente el tiempo no espera, por mas que cometió errores en su vida, yo lo perdone desde siempre, aunque no puedo negar que el rencor y enojo muchas veces se ha adueñado de mi mente.
El tiempo se paso rápido y la enferma me dice que mi tiempo termino. Salgo de la habitación mientras Samantha y John se acercan a la puerta. Prefiero bajar mis ojos rojos y hacerme a un lado, ellos también tiene derecho. De repente me percato de unas manos mi espalda y giro para encontrar los ojos verdosos de Hannah.
—Me alegra que hayas venido, —Hannah me toma de las manos y suspira. —Es un momento difícil pero él te necesita.
—Lo siento por colgarte anoche, la noticia...
—No te preocupes, —Hannah me interrumpe. —Si necesitas cualquier cosa, las puertas de mi casa están abiertas y ya sabes mi numero.
Yo asiento y me despido de ella. Mañana después de la escuela vendré un tiempo y luego tendré que ir a la cafetería a trabajar, necesito distraerme. Mientras tomo un taxi que me lleve al internado, saco mi celular de mi mochila y busco el contacto.
—Esta es la quinta llamada perdida que te hago, —El pito del mensaje de voz para mi mama no tarda en sonar. —Necesito que me llames, es urgente.
Desde aquella llamada en la que peleamos no se nada de mamá y puede sonar muy desagradecido de mi parte pero todavía estoy esperando que aunque sea me ponga un mensaje. En la mañana la llame para informarle del estado de papá, pero según lo que puedo comprobar es que no puede contestar mis llamadas o quizás este enojada. Siempre que peleamos es así.
Finalmente llego al internado y siento que unos pasos me persiguen. Acelero el paso ya que no quiero escuchar —Mucho menos ver. —A alguien, en el estado que me encuentro y con las fuerzas que me faltan creo que lo mejor es guardarme en mi apartamento.
—Espera Ali, —Reconozco enseguida esa voz y me detengo. —No se si te encuentras enojada, pero quería pedirte perdón por como me exprese de Maddy, estabas preocupada y yo...
Matt deja su frase en el aire, me mira el rostro y sus ojos reflejan lo peor. Toma mi mano y yo me encojo de hombros, mientras me abalanzo hacia él y sus brazos me rodean muy fuerte.
Necesitaba un abrazo.
—¿Ali? —Después de un largo tiempo en la mitad del campus nos separamos. —¿Que te paso?
Mientras Matt me acompañaba a la entrada del edificio, yo le fui contando todo lo que ha pasado estas ultimas horas. Esta claro mencionar que Maddy no estuvo en ninguna de las oraciones, ya que no quiero meterme en mas rollos, se que le estoy ocultando algo muy importante a mi mejor amigo, pero Maddy es especial y es una de sus decisiones. Matt me dijo que me brinda su cariño y cualquier otra cosa que necesitaba.Definitivamente él es un buena persona, no me cansare de decirlo nunca.
Llego al ultimo piso, abro la puerta de mi apartamento y enciendo las luces. Puedo notar como hay unos pedazos de mi jarrón favorito en el piso y como el porta-retrato con la foto mía junto a mi padre esta vuelta añicos. Siento un vacío al encontrar que mi peor miedo se esta apoderando de mi, la soledad. Así que intento aclarar mis pensamientos, recogiendo lo que destroce y encendiendo un poco de música.
La música es un escape.
Ordeno algunas cuadros en su lugar, la foto mía junto a mi padre la pongo en otro porta-retrato encima de la mesa y sigo sacando cosas de las cajas. Extrañamente queda una ultima caja, cuando recuerdo que no me falta nada, así que abro la caja y en ella encuentro papeles, discos, mas cajas pequeñas y al final muchas —Demasiadas. —Fotos impresas. Una de ellas me llamo mucho la atención ya que estaba en un porta-retrato, la foto es a blanco y negro.
Una mujer junto a un niño. La mujer estaba muy elegante, con una sonrisa de oreja a oreja y abrazaba al niño con una cariño que se podía reflejar a metros, ya que este era pequeño, con ojos oscuros y tenia la misma sonrisa de la señora. Se perfectamente quien es el niño.
El pequeño es Aaron.
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Enamorada de mi peor enemigo
Teen Fiction-No se como estoy metida en esto, realmente ni siquiera se que estoy haciendo aquí. -Me paro rápidamente de la silla donde estaba sentada hace unos momentos y comienzo a caminar de derecha a izquierda formando círculos. -Bueno sí se, -Me detengo un...