12. Pudin de chocolate.

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—¿Es en serio? —Voltee a mirar a Aaron con mi ceño fruncido y labios rectos. —¿Restaurante de comida mexicana?

¿Enchiladas, tacos, burritos, fajitas, empanadas, quesadillas?

¡Estamos en el paraíso!  

—¡No me digas que no te gusta! —La expresión de Aaron es muy cómica, hace pucheros pero tiene un poco el ceño fruncido.  

—No me gusta, —Trato de estar seria. —¡Me encanta!

Aaron se ríe ante mi reacción, mientras hace un movimiento con su cabeza de izquierda a derecha. Debo decir que el trayecto hacia el restaurante no fue nada incomodo, hablábamos sobre los profesores, nuestros antiguos apartamentos y algunas otras cosas sobre el instituto. Yo no sabia para donde me llevaba, hasta que llegamos aquí. Entrar al restaurante fue mi perdición, —Dedo aclarar. —En el buen sentido de la palabra. Me encanta la decoración, con colores super vivos, flores, cuadros y sobre todo la comida. —Amo todo tipo de comida. —En Chicago es imposible encontrar comida mexicana de la buena.

—Comes muy chistoso los tacos. —Aaron habla en un tono burlón.

—Según el genio de los tacos, —Digo sarcásticamente y señalo a Aaron. —¿Como lo hago? 

—Se mete todo a la boca o le das una gran mordida. —Aaron hace su demostración, mientras yo quedo con la boca abierta.

—Estas demente si piensas que todo eso cabe en mi boca. —Aaron abre los ojos y se ríe. Obviamente entiendo que tomo el comentario por el lado que no era. —¡Quiero postre!

—Esta bien, monstruo come tacos.

Aaron llama a la gentil señora que nos esta atendiendo, ella nos vuelve a pasar la carta y nos vamos al menú de los postres. 

—Pudin de chocolate. —Decimos en tono unisono. Mi mirada se fija en Aaron que se ríe como si hubiera contado un chiste o hecho alguna torpeza.

Quizás pronuncie la palabra "Pudin" como Cosmo, él de los Padrinos Mágicos.  

—Pudin de chocolate será. —La señora nos responde con una gran sonrisa, rápidamente trae el postre y me pica el ojo. —Para la pareja.

¿¡Pareja!? 

—No so-somos pare-reja.  —Me maldigo mentalmente mientras tartamudeo. La mirada picara y juguetona de Aaron hace que mis pómulos se coloquen rojos.   

—¿Sabes a que me recuerda esto?, —Pregunta Aaron mientras señala nuestro delicioso postre. —La vez que te enredaste en la cafetería y le cayo todo el pudin de chocolate a Meghan.

Aaron suelta una gran carcajada que va aumentado a medida que pasa el tiempo. 

Recuerdo ese día como si hubiera sido ayer.

Yo caminaba tranquilamente con mi bandeja llena de comida por la cafetería, en ese entonces yo era nueva en el instituto —Es decir, hace unos 3 años. —Hasta que de un momento a otro lo tranquilo se lo llevo el viento, me colocaron un pie y mi comida salio volando por todo lado. —Como típica película. —Recuerdo que mis gafas, —Que en ese entonces eran mas grandes, —se cayeron y mi vista era borrosa, trataba de buscar pero no encontraba nada, hasta que una chica pelirroja, con ojos grises y ortodoncia me las paso en la mano y me ayudo a parar. Rápidamente me limpie mi ropa —Algunas migajas. —Le agradecí a esta chica e iba continuar mi camino hasta que Meghan, conocida por nosotros como Cruella de Vil, pego el grito en el cielo, mientras todo el instituto estaba esperando a que me hiciera algo, —Debo aceptar que hasta yo misma. —Pero llego mi estupenda y actualmente mejor amiga, se interpuso en su camino, tomo una gaseosa Coca Cola de un chico y la regó en toda la cabeza de la bruja. 

—Desde ese momento soy amiga de Maddy. —Susurro, sin evitar sonreír.

—Tu amiga fue muy valiente, —Continua hablando. —Meghan es una persona bastante conflictiva y muy...

—¡Bruja, malvada, odiosa, antipática! —Lo interrumpo. —Si te digo más, no termino nunca.   

Tonta, acabas de hablar de su novia.

—¿Es Cruella de Vil? —Sabia que se refería a lo de esta mañana.

—Ehm, —Trato de encontrar alguna cualidad pero esa bruja no tiene ninguna. —Lo siento por hablar de tu novia así, en serio, no puedo creer como una persona puede...

—Meghan no es mi novia.

Momento incomodo.    

—Debo irme, necesito hacer una tarea. —Busco con la mirada a la señora que nos atendió y le pido la cuenta para después pagar. Por ultimo, salimos del restaurante mexicano y nos devolvemos por el mismo camino de hace un tiempo. 

—Realmente no creía tener una no-cita con la chica de mis pesadillas. —Aaron y yo caminamos por la calle, mientras yo observo cada detalle de esta zona, es realmente hermosa. Cuando escucho su comentario mi mente sufre un gran bloqueo, ya que cometo el garrafal error de voltear a mirarlo y lastimosamente el color de sus ojos atraviesan mi cuerpo. 

¡No caigas en su juego Alisha!

—¿Con todas las chicas que sales? —Hago el peor gesto de sorpresa interpretado en la historia y continuo caminando. —No puede ser que ninguna sea peor que yo.

Entre mas rápido llegues a tu apartamento, menos tonterías dirás.

—Tienes razón,—Volteo a mirar esperando su respuesta. Pero solo escucho el pito de un carro, la mano de Aaron en mi muñeca, mientras que en un abrir y cerrar de ojos mi rostro se junta con el pecho bastante agitado de mi peor enemigo. —Eres diferente.

—¡Vamos! En alguna cita, fiesta, centro comercial o playa. —Me separo lo mas rápido que puedo, evitando su mirada. 

—Dime tú, ¿Alguna de tus citas han sido peor que yo? —Dice Aaron, mientras llegamos al internado.

¿Citas? ¿Que es eso? ¿Se come?

—Los eclipses, los meteoritos, las estrellas fugaces y alguien saliendo conmigo. —Hago una mueca. —Son cosas que ocurren cada diez mil años. 

Aaron le sale una gran carcajada,  —Estoy pensando seriamente que me tiene en un concepto de payaso personal.  —Su mano hunde la tecla con el numero siete y el ascensor comienza a subir. Las puertas se abren en el piso séptimo e inconscientemente Aaron y yo salimos al mismo tiempo. Nuestros cuerpos se chocan y extrañamente —Omitiendo la parte donde tengo tatuado la palabra torpe en la frente. —Mis sandalias se resbalan, haciendo que mi cuerpo pierda el equilibrio y caiga para atrás.  

Esperando el fuerte impacto contra el suelo, —Hasta cerré mis parpados fuertemente y murmure algunas maldiciones. —Me doy cuenta de que nunca fue así, es decir nunca sentí el intenso dolor. Cuando abro mis ojos azules, —Y la alma me vuelve al cuerpo, literal. —Me doy cuenta de que tengo el rostro de Aaron al frente mio y sus brazos me están rodeando la espalda. Parpadeo al darme cuenta de que no se me pego la locura de Maddy y que lo imposible puede pasar.

¿Aaron me salvo?

—Definitivamente lo que tienes de diferente, lo tienes de torpe. —La sonrisa arrogante sale a frote y su tono orgulloso también. 

—Y tu tienes más testosterona que neuronas, —Me paro rápidamente de su agarre. —Definitivamente el mundo no es perfecto.

Auch.

Me encamino hacia mi apartamento, busco las llaves en mi mochila y abro la puerta, dejando a un Aaron confundido atrás. 

—Hale, —Me detengo y volteo a verlo. —Definitivamente estas muy hermosa con ese vestido. 

  

Enamorada de mi peor enemigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora