Un objeto. Así era como me sentía ahora. Mi madre quien llego esta mañana, tenia en sus planes llevarme a New York con ella, pero mi papá se interpuso y dijo que estaba en desacuerdo, ya que él creía que me sentiría mas en casa aquí en Chicago. Ademas dijo que existía la enorme posibilidad de que recupere la memoria en los lugares que yo reconozca. Pero tranquilos, esta discusión solo lleva unos cinco minutos y espero que no vaya para mas.
Ya entiendo por que se separaron, nunca se ponen de acuerdo.
—Llegue. —La cálida voz hace que me anime mucho mas. Mi mirada viaja hacia él. Matt viene con un ramo de margaritas, con una gran sonrisa y con un brillo especial en sus ojos. Esta menos tenso y temeroso que la primera vez que lo vi, después del accidente. Había perdido la memoria pero no soy tonta, él guarda algo entre pecho y espalda. —¿Llegue en un mal momento?
—Espera un minuto. —Sabia que se refería a mis padres, quienes habían alzado su tono de voz y parecían dos pajarracos. Así que me dirijo hacia ellos y los interrumpo. —¿Sera que pueden dejar de tratarme como un cachorro sin hogar? Me parece... No, quiero quedarme aquí. Quiero recuperar mi memoria y si de eso depende. Lo acepto, creo que papá me puede recibir en su casa y puedo ir al instituto. Pero si no pasa nada en tres meses, me voy a New York.
—Me parece una grandiosa idea cariño. —Papá es el primero en responder, pero mis ojos se van hacia mamá quien asiente no muy convencida.
—Genial.
Mamá se encarga del papeleo y firma los papeles para por fin salir de este lugar, que definitivamente a creado muchos recuerdos en mi nueva memoria. Ella decide irse de una vez al aeropuerto, así que me despido de ella y toma un taxi. Quedamos Matt, papá y yo. Decidimos ir por el desayuno de verdad, arrimamos a McDonald's y encargamos tres.
—Esto esta... —Meto otro pedazo de como ellos lo llaman, una hamburguesa con huevo. Es raro, pero sabe como los dioses. —Delicioso.
—Era tu favorito, junto con... —Matt deja su frase en el aire y muerde su labio inferior. —Tu y yo veníamos aquí.
—Lo seguiremos haciendo ¿cierto?
—Sí. Tu eres mi única mejor amiga. —Tomo su mano y sonrió.
—¿Sabes? Me gustaría que me acompañaras a el internado, tu sabes mi piso y todo eso. —Matt asiente con la cabeza. —Me gustaría recoger las cosas necesarias, ahora que viviré con papá, necesito ropa, ya sabes.
—Me parece bien cariño. —Papá responde y me da un abrazo.
Finalmente terminamos de comer nuestros deliciosos y grandes desayunos. Ahora nos dirigimos hacia la casa de papá, vamos a dejar las maletas y medicamentos en mi nuevo cuarto. No se si conozco la casa de papá o no, pero me siento cómoda ya que conozco a Hannah y sus hijos. Papá merma la velocidad de su auto y nos paramos al frente de una inmesa casa. Es blanca por fuera, tiene arbustos a su alrededor y dos grandes pinos en las esquinas.
Camino junto a Matt, hacia el pórtico de la casa. Tocamos la puerta blanca y escuchamos como la abren. Hannah me recibe con un abrazo acogedor, un café caliente y su gran sonrisa. Pasamos a la casa, pero Hannah toma mi mano y me arrastra por las escaleras rectas. Llegamos a la primera puerta y ella la abre. La habitación es con toques azules y morados, es demasiado espaciosa e iluminada, tiene un pequeño balcón, un baño y un televisión. También hay un escritorio con un computador y un estante de libros.
—Hago todo lo posible para que te sientas como en casa.
Esta vez quien la abrazo soy yo. Me sigue mostrando la casa, hasta que llegamos a la sala donde se encuentra su hijo, su esposo y mi mejor amigo. Comemos galletas de chocolate con leche que Hannah preparo, estaban deliciosas, sin dudar esto si es comida.
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Enamorada de mi peor enemigo
Teen Fiction-No se como estoy metida en esto, realmente ni siquiera se que estoy haciendo aquí. -Me paro rápidamente de la silla donde estaba sentada hace unos momentos y comienzo a caminar de derecha a izquierda formando círculos. -Bueno sí se, -Me detengo un...