Secrets.

Capítulo Cinco.

Estábamos en el jet, ayer después de lo sucedido con el chico, no quice volver a hablar con nadie. Quizá estaba teniendo otra recaída, lo cual era bastante malo, ya que tenía más de tres meses sin estar tan deprimida. Tenía los auriculares puestos, estaba escuchando un poco de Sleeping With Sirens. Entonces sentí una mirada sobre mi, pero no tenía ánimos de moverme, por lo que no le puse atención.

-Creo que está deprimida. -Alcancé a escuchar a Spencer.

-¿Eso crees?. -Le pregunto Emily.

-Completamente, es más lo apostaría. -Se rió un poco Spencer, y eso si me molestó.

-Sabes Spencer, apostar sobre los sentimientos de los demás es muy grosero. Y no, no estoy deprimida. Estoy cansada. -Dije para darme la vuelta en el asiento.

-Disculpe señorita depresión. -Dijo sarcasticamente.

-¡Spencer!. -Escuché que alguien lo regaño y luego le dio un golpecillo en la cabeza.

Me puse la capucha de mi sudadera, luego me hice un bulto y me dispuse a dormir.

Al llegar, fue Morgan el que me despertó. -_____, ya llegamos.

-Si ya voy. -Dije un tanto agotada.

-¿Qué sucede?, has estado muy sería.

-No es nada Morgan, sólo estoy cansada y me duele la cabeza. -Traté de que mi sonrisa fuera convincente.

-Eso espero, pero cualquier cosa. Siéntete libre de contármelo.

-Claro, muchas gracias.

Después de eso, me subí directamente a la camioneta de Hotch. En cierto modo no estaba mintiendo, realmente estaba cansada, cansada y harta de todo. Por algún motivo está decaída me estaba afectando bastante, quizá todas las palabras de aquel chico me recordaron aquella vez que mi abuelo estaba ebrio y por lo mismo casí me violaba, aunque por fortuna logre huir.

Escuché un suspiro. -_____, sé que algo está pasando. Pero, por lo que veo, no nos lo piensas contar.

-No, enserio. Sólo estoy cansada, él otro día me dio insomnio y no pude dormir. -Dije sin despegar la vista de la ventana.

En ese mismo momento aparcó afuera de su casa. Me baje de la camioneta y fui por mi maleta, para caminar detrás de Hotch, esperando a que abriera la puerta de la casa, para entrar de una vez por todas.
Apenas abrió la puerta, Jack apareció con un mando en las manos.

-¡_____!, que bueno que ya llegaron. -Dijo abrazandome. -¿Quieres jugar Halo?

-Me encantaría Jack, pero estoy muy cansada. Me iré a dormir, además saluda primero a tú padre. -Solté una leve risa. -Hotch, me retiró a descansar.

El sólo asintió, me dirigí a mi recámara, donde apenas entre, cerré con el seguro y me deslice por la puerta hasta llegar al piso. Después de llorar un rato me metí al baño, hice mis necesidades y luego me metí a bañar, al salir me puse la pijama, la cual era sólo un pantalón de algodón y una blusa de manga larga ligera.

Apesar de que estaba más tranquila, sentía que me faltaba algo, me estaba comenzando a ganar la ansiedad. Termine urgando en mis maletas, buscando aquella pequeña bolsita que había guardado, hasta que la encontré.
Me encerre en el baño, luego me levanté las mangas de la blusa, dejando a la vista mis antiguas cicatrices. Sin pensarlo dos veces, pase el filo de la navaja por mi brazo, una y otra vez... hasta que me cansé. Era algo bastante infantil a mi edad, lo admito, pero era la única forma de tranquilizarme. Después de que me limpié las heridas, me estuve un rato leyendo un libro de psicología, esperando que me dieran las seis de la tarde para acostarme a dormir.