Epílogo.

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Me mecía de un lado para otro, no podía ni siquiera respirar tranquilamente. El equipo me veía preocupado, incluso Hotch… que estaba igual que yo. Miramos como un doctor se acercaba a nosotros, quitándose con pesadez el cubre bocas, luego nos observó dudoso.

-Familiares de la señorita Root's -Inmediatamente Hotch y yo nos pusimos de pié. -Apesar de las condiciones en las que estaba, sus bebés están bien. Un poco bajos de peso, por lo que los tendremos en observación una o dos semanas.

-¿Y ella? -El doctor me sujetó el hombro, viéndome con pena.

-Ella… tenía varias fracturas, contusiones y el golpe en el vientre le dejo una hemorragia interna… hicimos todo lo posible.

-¿Pero esta bien? -Hotch lo miró asustado.

-Lo siento mucho… ella falleció. -El doctor se dio media vuelta, marchándose sin más.

Vi como Hotch se sentó a duras penas, tapándose la cara. Yo me sujetaba de la pared, solo escuchando los sonidos completamente lejanos. JJ sé acercó a intentar hablarme, pero era en vano… me sentía aturdido, esto era demasiado, no lo podía soportar.

-No… mi pequeña no -Lloraba sin control.

-

-¡Papi! ¡Papi! -Una pequeña voz me sobresaltó, haciendo que despertara de esa pesadilla.

Limpie fugazmente mis lágrimas. -¡Hola campeón! -Lo abracé con fuerza, mientras le sonreía. -¿Por qué estás levantado tan temprano?

-Ilay me despertó -Comenzó a reírse, mientras que giraba la vista, topándome con otra pequeña figura.

-Hola mi princesa, ¿como amaneciste? -La subí a la cama.

Ella se acomodo a un lado mío, mirándome un poco sonriente. -Amanecí bien, ¿ya quieres ir a ver a mamá? -Sujeto con fuerza el pequeño pingüino que Emily le había regalado.

Sentí una pequeña punzada -Si, pero primero hay que desayunar. -Toque su nariz y ella sonrió.

-¿Aún la extrañas? -Me preguntó el pequeño Aarón.

-Si… y mucho, quiciera volver a verla aunque fuera un solo segundo. -Dije con tristeza.

Él me miró sin comprender el tono de mi voz -Mi tío Jack me dijo que en mi cumpleaños tengo un deseo… -Miró a Ilay, luego a mi. -Desearemos que mamá vuelva a la tierra, ya no quiero que sea una estrella.

Eso me había dolido demasiado, era un excelente deseo… pero me lastimaba la ilusión y la inocencia con que lo decía.

-Es un excelente deseo Aarón. -Le sonreí, luego los baje de la cama junto conmigo. -Vamos a desayunar waffles, luego vamos a ver su mamá.

Él salió corriendo y gritando, mientras que Ilay tomaba mi mano y con la otra sujetaba al pingüino Pim.
Ya habían pasado casi cinco años desde la muerte de mi pequeña genio, aún no podía acostumbrarme a la idea de ya no tenerla cerca, siempre se volvía más doloroso; pero no podía rendirme, no ahora.

Mire a mis pequeños, Aarón era exactamente igual que ella, incluso era igual o más alegre que su mamá. Mientras que Ilay era una yo en miniatura, tranquila y el cabello ruloso igual que el mío.
Me costaba mucho en ocasiones cuidarlos, pues era la primera vez que tenía las veinticuatro horas a dos pequeños bajo mi cuidado. A pesar de que tenía toda la ayuda de el equipo, para mi seguía siendo pesado el hecho de no tener a su mamá viéndolos crecer.

-¿Ya escogieron qué foto le quieren llevar a mamá? -Dije mientras les ponía un waffle a cada uno.

-Yo quiero la del vestido verde -Ilay movió su cabeza, mientras hacía revolotear sus rulos.

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