Capítulo Veinticinco.

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~Spencer.

Un mes, había pasado un mes desde que _____ se fue sin decir nada... Nadie en el equipo comprendía que fue lo que pasó ese día que se marchó. Lo recuerdo bien, todos se habían quedado en completo silencio, fue como si el caso hubiera desaparecido y solo nos concentramos en comprender la situación.

-Flash Back-

-Chicos... -Dijo García tartamudeando. -¿Qué acaba de pasar?

-No puede ser... -Hotch solo bajó la cabeza pensando en algo.

-Sabía que escondía algo, pero no en nada de esa magnitud... -Susurró Rossi.

-Iré por ella -Me levanté de mi lugar.

-No -Dijo Hotch algo triste -que nos encuentre en el jet.

-Fin del Flash Back-

Y después de todo ese tiempo sigo esperando a que ella llegue en algún momento al aeropuerto...

No dormía bien por pensar en dónde estará, ¿Estará bien? Es lo único que me pregunto diariamente.

Tome por doceava vez el libro que me había regalado el día en que se entregó a mí, aquel día en donde pude demostrarle el amor que sentía por ella.

Vi como una lágrima mojó una de las hojas y rápidamente me pase la mano por el rostro, ¿Cómo pudo dejarme así como así?

-_____, te extraño...- Era solo un mes, pero se sentía como si hubiera sido toda una vida...

"Toc, toc" pude escuchar del otro lado de la puerta. De inmediato pensé que no era posible pues eran las dos de la mañana, ¿quién vendría a esta hora? Ignore el ruido y continúe con mi lectura. "Toc, toc" se volvió a escuchar, dudoso tomé mi revólver en manos. No estaba seguro de que iba a pasar, pero definitivamente no era normal que llamaran a mi puerta a estas horas.

Lentamente tome la manija de la puerta y la gire despacio, por si era algún extraño el que quería entrar.

No supe como reaccionar, esperaba de todo menos esto... estaba ahí parada, temblorosa por el frío de afuera. Llevaba una sudadera que le quedaba bastante grande, unos jeans rasgados y sus características converse; no podía dejar de verla, que había pasado en este tiempo.

Mire su rostro, las mejillas y la punta de la nariz las tenía completamente rojas, debía ser él frío. Sus ojos estaban llorosos, ella también me miraba fijamente, como si buscara que dijera algo. Solo baje la mano con el arma, haciéndome a un lado para dejarla pasar.

Una vez que entro se quedo detrás de mi, sorbiendo su nariz. Volteé a verla y le temblaba el labio inferior, estaba nerviosa.

Apenas en un hilo de voz pude escuchar mi nombre -S-spencer...

Me acerque para estar enfrente de ella, tome con Delicadeza su cabello y lo coloque detrás de su oreja.

-Enana... -Sentía demasiadas cosas en ese momento, si estaba molesto por la manera en que se fue, pero prefería solo besarla y decirle cuanto la extrañe.

-Lo siento... -Susurro bajando la cabeza.

Tome su barbilla y la hice mirarme a los ojos -Te amo -Dije al punto en que sentía los ojos cristalinos.

Acto seguido la bese, quería hacerle saber lo mucho que la extrañaba... cuánto extrañaba ver su sonrisa a diario, sus delicadas manos sujetando las mías, jugar con ella.

-Yo también te amo -Dijo en medio del beso.

La tome de la mano, llevándola al sofá. Fui por una cobija y la coloque en sus hombros, ella inmediatamente la acepto. Me senté a lado suelo y sujete su mano.

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