Capitulo V

34 4 1
                                    


Tome un gran sorbo de aire al abrir mis ojos, mi franela estaba empapada en sudor y mi reloj indicaba las 3:30am. Encendí la lámpara a un lado de mi cama y me senté haciendo un esfuerzo por calmar mi respiración; Kyle, era él, otra vez él, el sueño que me había estado persiguiendo por años, hace 10 años para ser exacta, noche tras noche soñando con el mismo rostro. Por un tiempo llegue a creer que él era real, pensé que lo vería un día al caminar por la calle y lo busque, aun cuando quería hacerme creer que no fue así, por un largo tiempo lo busque. Deje de hacerlo meses antes de dejar de soñar con él, tenía 20 años cuando deje de hacerlo, tres años después y volvía a mi subconsciente.

Baje de la cama, me coloque el albornoz de seda qué Maggie me había obsequiado hace un par de años y me dirigí a la cocina en busca de un vaso con leche tibia. Al llegar encendí la estufa guiándome solo con la tenue luz que entraba por la ventana, tenía los nervios de punta pero necesitaba controlarme, necesitaba horas de sueño antes del amanecer e ir a trabajar. No entendía porque desperté tan angustiada, solo recordaba -y a duras penas- el rostro de Kyle entre los delgados hilos de mi memoria.

-Es solo un sueño Chloe- me dije en vos alta, apagando la estufa para servirme el vaso con leche tibia -únicamente un sueño.

Camine esta vez hacia la ventana, la luna era una delgada curva en el oscuro cielo salpicado de estrellas como si me sonriera con cierta desgana. Tenía 13 años aquella noche, cuando me fui a la cama y una vez que caí en brazos de Morfeo él estaba ahí, sonriéndome, haciéndome sentir que lo conocía desde hace mucho tiempo y no sólo eso, lo esperaba, cuando por fin lo tuve frente a mi me sentí aliviada. Fue un sueño fugaz, pero lo bastante especial como para provocar que me despertará con una sonrisa en medio de la noche.

Tome el último sorbo de leche precedido de un profundo bostezo, después de eso deje el vaso sobre la encimera y camine de regreso a la habitación. No me dormí de inmediato, en cambio mire el techo de mi habitación por un largo rato intentando descifrar la sensación que me embargaba hasta los tuétanos. Un sentimiento de añoranza, de melancolía por razones desconocidas.

-No seas tonta Chloe- susurre girando sobre las sábanas y cerrando mis ojos, obligándome a despejar la mente- solo duerme.

La alarma me saco de la inconsciencia provocándome un leve sobresalto, ni siquiera recordaba haber programado mi teléfono para que me despertará. Estruje mis párpados cerrados con mis dedos hechos un ovillo y seguidamente estire los músculos de mis extremidades. Me preocupe de tomar solo una ducha rápida, busque la ropa apropiada para mi primer día de trabajo y salí de mi habitación con abrigo y bolso en mano.

-Buenos días querida compañera de piso- Maggie usaba los pants más cortos que había visto en mi vida mientras cocinaba el desayuno- ¿quieres desayunar?

Mire el reloj en mi muñeca, contaba aun con 30 minutos de sobra antes de tener que estar de camino a la oficina, así que tome asiento en la pequeña mesa para tres personas que teníamos a un costado de la cocina.

-Te escuche en la madrugada ¿Paso algo?- Maggie coloco un plato con tocino, huevos y tostadas frente a mí.

-No podía conciliar el sueño- respondí sin más y lleve un bocado de comida a mi boca.

-No podías conciliar el sueño- repitió mi amiga fijando su mirada inquisidora en mi -está bien, si no quieres hablar de eso no te preguntaré.

-¿Hablar de qué?

-De nada, todo está bien ya lo has dicho.

Decidí ignorar a Maggie, ni siquiera sabía que era lo que se suponía que debía decir. Fue tan solo un sueño, no tenía nada de raro que el protagonista se repitiera en él desde que tenía 13 años, al menos eso es lo que opte por creer. Termine de desayunar, lave mi plato sucio y después de despedirme de mi amiga salí del departamento obligándome a olvidar la noche anterior para poder enfocarme en todo lo nuevo que se avecinaba en mi vida.

Entre Mi Alma Y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora