POV DYLAN
Escuche de nuevo el timbre de la puerta principal, era al menos la sexta vez que sonaba. A regañadientes me levante del sofá y caminé descalzo hacia la entrada, todas las luces seguían apagadas a pesar de que hace una hora que había anochecido, lo único que le daba cierta claridad a la estancia era la luz del televisor pero solo eso, no se escuchaba ningún ruido más que el insistente timbre de la puerta, abrí preparado para maldecir a quien sea que apareciera tras ella pero me contuve cuando vi a Meghan.
-¿Qué haces aquí Meghan?
-Llevas tres días sin dar señales de vida, te he reventado el teléfono ¿es que no lo escuchas?- me rodeó y se adentró en la casa.
-No es un buen momento Meghan.
-¿Por qué todo está apagado?- no esperó mi respuesta, caminó hasta el primer encendedor que estuvo a sus manos y encendió la lámpara que colgaba del techo, entrecerré los ojos de inmediato protegiéndome de la repentina claridad –No me digas que no es un buen momento, tengo suficiente con un hermano en coma Dylan no te necesito a ti desaparecido ¿Estás bien?- vino de regreso a mí y tomo mi rostro entre sus pequeñas pero firmes manos.
-Estoy bien- respondí, quitando con delicadeza sus manos de mi piel.
-El Dr. Mathius me dijo que estabas enfermo, por eso te estuve llamando pero me preocupe cuando no contestaste ninguno de mis mensajes- si la ofendí con mi gesto no dio muestra de ello.
-Ya te dije que estoy bien, solo necesito un descanso.
-Sigo sin firmar los papeles- explicó como si le hubiera estado haciendo cosquillas en la punta de la lengua –están ahí, sobre la mesa de la casa y cada día los veo como si fueran la sentencia de mi muerte ¿Te imaginas? Firmar tu propia sentencia; no suena muy alentador.
-Meghan...- no quería escucharla, no quería saber ya nada de Nethan, ni de ella, ni nada que tuviera que ver con toda esa endemoniada historia, quería meterme bajo la tierra hasta que mi error fuera por completo irreversible.
Siempre había pensado que lo mejor era arrancar la curita de un solo tirón, un solo dolor, unos minutos que se pasarían después de un tiempo, se superaría y finalmente se podría seguir adelante. Pero Nethan no se iba de un tirón, estaba ahí matando a su alrededor lentamente pero de manera muy efectiva, estaba ahí, siempre recordándome que todo era mi culpa, las lagrimas de su hermana, la preocupación del doctor Mathius, la desolación de Chloe...la perdida de Chloe.
-No puedo hacer esto sin ti Dylan, por favor dime ¿Qué debo hacer?
-No soy la persona adecuada para responder a esa pregunta- contesté más amargamente de lo que planeaba.
-Estas molesto- si, lo estaba, me odiaba a mí y a todo lo demás en aquel instante -¿Qué pasa? Puedes contármelo Dylan, puedes contarme lo que sea.
-No Meg, no puedo. Por favor vete, necesito estar solo- se quedó de pie observándome por un rato que me pareció infinito, cuando caminó en mi dirección pensé que finalmente se iría pero en cambio tomo mis manos entre las suyas y las examinó detenidamente, concentrada en ellas cuando volvió a hablar.
-No soy estúpida, algunas veces resulta más sensato fingir que lo eres; observas a todos a tu alrededor, prestas atención y te das cuenta de ciertas cosas que de lo contrario ni imaginarias y lo callas, aguardas hasta que alguien decide contarte lo que ya sabes o al menos intuías, a veces eso es lo único que tienes para sobrevivir: fingir
>> ¿Qué puedo tener yo diferente a las demás para que me ames? Me hice esa pregunta cada vez que salí de esta casa y cada minuto que pensaba en tus dedos deslizándose por mi piel, y honestamente no encontré una respuesta que me dejara tranquila hasta que me di cuenta de cómo la miras, a la hija del doctor- la miré sobresaltado, de pronto temiendo que tanto sabia de Chloe y su historia.
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Entre Mi Alma Y Tú
Romance¿Qué harías si cuando consigues al amor de tu vida resulta que esta muriendo? ¿De qué vale un sueño hecho realidad cuando no es igual a lo que imaginaste? Dos almas obligadas a luchar contra el destino, dos caminos con un solo propósito: encontrars...