Capitulo X

22 1 0
                                    


POV Dylan

Había perdido la cordura por completo, ya no distinguía entre el deber y el querer. Ella lo había cambiado todo, desde el momento en que la vi llorando destrozadamente ante las puertas del hospital mi mundo se detuvo y comenzó a girar en su órbita, justo en el instante que tomo mi mano me volví su sirviente, me quede prendido en esa mirada penetrante y soñadora, me enrede en aquellos alborotados y vivaces rizos rojos.

No, no tenía sentido, no existe el amor a primera vista pero de hacerlo habría sido muy parecido a aquello, a sentir que habías estado caminando errante por la vida y de repente la persona indicada estaba ahí. Pero ¿De qué servía? ¿De qué servía sentirse así cuando no eras ni una mínima parte de su universo? Cuando ella solo tenía ojos para alguien más, cuando su mundo ya tenía su propia gravedad y giraba alrededor de otro que no era yo. "Olvídalo hermano" habría dicho Michael de haber visto lo idiotizado que ella me tenia, y al menos lo intentaba, intentaba olvidarla cuando aún era posible, dejar que siguiera su camino lejos de mi.

-Dylan por favor, sé que no tengo ningún derecho en pedirte esto pero eres el único que me puede ayudar, por favor.

-Estás loca- dije sosteniendo el puente de mi nariz entre mis dedos y cerrando mis ojos.

No podía verla, no podía ver la suplica en su mirada, no soportaba verla sufrir por una situación que seguía considerando una completa locura, pero no me atrevía a juzgarla, si algo había aprendido en todos esos años era que cosas inexplicables podían pasar, mi propia labor muchas veces parecía algo imposible hasta que te das cuenta que en un cierto punto nada lo es. Era una completa locura pero más loco estaba yo en ser su cómplice con tal de verla feliz, con tal de conocer a esa Chloe jovial de la que el Dr. Mathius tanto hablaba.

-Una hora, solo una hora es lo que te puedo dar y debes estar aquí puntual, es justo después de que tu padre se ha ido del hospital y antes de que Meghan llegue para pasar la noche aquí– cedí, sabiendo desde ese preciso momento que era una mala idea.

-¿Hablas en serio?- los ojos de Chloe se empañaron pero esa vez la tristeza en ellos cedió paso a algo distinto, esperanza, había visto muchas veces ese punto de luz en la mirada de los familiares como para reconocerla bien -Dylan, te debo la vida.

-Ya pensare en algo para cobrármela- sonreí, o al menos estaba casi seguro de que lo hice, habría hecho cualquier cosa con tal de no verla llorar mas.

Eche un vistazo a mi reloj recordando que hace rato que debía encontrarme con su padre. Sin mirarla camine hasta la puerta y la abrí esperando que entendiera que era hora de irnos; ella estaba en lo cierto, hacia esto a menudo, encerrarme en habitaciones del hospital con mujeres, más bien en los cuartos de descanso pero nunca antes me importo más que abrir sus piernas, nunca ninguna fue tan diferente.

-¿Puedo verlo Dylan?- su petición fue como una astilla directo en mi pecho, tome una bocanada de aire, algo que ella no pareció notar.

-Tienes que volver a la cama Chloe, aun necesitamos los resultados de tus pruebas.

-Estoy bien- repitió con ese mismo tono aniñado de hace un rato.

-Vuelve a tu habitación, esperaremos a que tu padre se vaya y luego iré por ti ¿sí? Ahora debe estar esperándome en su consultorio, le gusta dejarme indicaciones antes de irse cuando mi guardia esta fuera de su horario- ¿Qué demonios estás haciendo Dylan? Pensé, suprimiendo la idea de todo lo que podría terminar en un verdadero caos.

-Está bien- Chloe me abrazo y eso fue suficiente para convencerme de que hacia lo correcto y mitigar mis contradicciones, se merecía luchar por su felicidad aun y cuando la lucha era contra un enemigo tan cruel como la muerte. Se merecía ir tras lo que creía, al menos ella podía hacerlo y tenía razón, apostar a lo grande era ganar a lo grande, aunque también era perder a lo grande. Le devolví el abrazo sabiendo que pasara lo que pasara allí estaría, a su lado, porque ahora le pertenecía, aunque no lo supiera le pertenecía.

Entre Mi Alma Y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora