Capítulo Nº 32

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   Aquella sombra misteriosa... Bueno, casi no tan misteriosa, llevaba una maleta en la mano, pero no veía su coche por ninguna parte. ¿Qué iba a hacer? ¿Me acercaba a él? ¿Le decía algo? ¿Sería peligroso? ¿no?

Opté por la segunda opción.

   —Oye... ¿Ha... Harry?

   —Hola, Noah —contestó, con un hilo de voz.

   Definitivamente, era él.

   —Eh... ¿Estás bien...?

   —Te fuiste.

   Un sombrío silencio y una horrible sensación de soledad invadieron mi cuerpo por completo en cuestión de segundos.

   —No... No te entiendo. ¿Qué quieres dec...?

   —Te fuiste, Noah —dijo alzando un poco la voz, interrumpiéndome—. Pero no te fuiste sin más. Te fuiste con otro.

   —Harry, pero... No...

   —Shh, no. No hables. Lo he comprendido, y visto con mis propios ojos.

   —¿Tú...?

   —Exacto. Ví cómo te arropaba y te llevaba hasta su hotel. Creo que ya entiendo lo que has querido decirme.

   —Harry, al menos déjame...

   —No. Cállate.

   —Eh, no pienso callarme —dije alzando la voz— Esta vez no.

   Harry me miró con un gesto de desprecio, y volvió a desviar la mirada.

   —¿Tú crees que es normal lo que hiciste? Me pegaste, Harry. ¿Y todo por qué? ¿Por no poder entrar a un puto restaurante? ¿Por eso?

   —No.

   —Ah, ¿no? Entonces, cuéntame. ¿Por qué lo hiciste? —dije con cada vez más dificultades para hablar, por culpa del nudo que se iba formando poco a poco en mi garganta.

   —Oye, tienes que comprender que necesitaba desahogarme de alguna forma ¿sabes?

   —¿Y a tí te parece normal... Desahogarte con violencia?

   —La verdad es que fue bastante efectivo.

   Aquello me dolió. Ya está, me había utilizado. Estaba más que claro. 

   El viento empezó a soplar algo fuerte. Para ser junio, el aire era algo frío.

   —Ts, aquí soy yo el malo de la película, no te jode... ¿Y qué hay de ti? Te fuiste con aquel tío, dejándome una nota. Una puta nota, Noah.

   —Harry, estaba afectada, ¿Qué querías? ¿Que te perdonara como si nada hubiera pasado? Porque si es así, estas muy equivocado.

   —Vale. ¿Y qué coño hago yo ahora? ¿Te perdono? ¿Me disculpo?

   —¿Perdonarme? ¿Tú a mí? Pero... ¿Tú eres gilipollas?

   De pronto comenzó a caminar despacio hacia mí, con las manos guardadas en los bolsillos.

   Empecé a asustarme.Mis rodillas empezaron a temblar y su tono de voz era cada vez mas fuerte y amenazador. Tenía miedo, mucho miedo.

   —Harry, no te acerques a mí.

   —Dime quién era ese tío.

   —Harry... —dije casi sin voz— no te acerques más, en serio.

   —Yo haré lo que me de la gana, ¿entiendes?

   Casi podía sentir su aliento en mi piel, cosa que me ponía más nerviosa aún. Pero decidí enfrentarme, fui fuerte.

   —No, Harry. Esta vez no.

   Entonces, justo cuando Harry estaba a punto de levantar la mano para reaccionar, agarré su brazo con mucha fuerza y lo detuve a medio camino.

   —Te veía venir. Esta vez no te vas a ir de rositas.

   —¿Cómo? —rió—. Mira guapa, te repito una vez más, que yo haré lo que me de la gana.

   —Lo que tú digas, Harry, lo que tú digas. Pero quiero que quede clara una cosita.

   —Ts, lo que tú quieras.

   —Esto —dije poniéndome firme—, se ha acabado. Hemos terminado, Harry Styles.

   Despues de haber apretado con fuerza el brazo de Harry unos segundos, dí media vuelta, y salí caminando de espaldas como si nada hubiera pasado.

   —Por cierto —dije deteniéndome un momento, aunque sin ni siquiera darme media vuelta—. Quiero que sepas una cosa.

   Harry se quedó en silencio, sin decir nada. Pero yo continué.

   —Esta vez, vamos a cambiar un poco los papeles. Esta vez, quiero ser yo la fuerte.

   Oí los pasos de Harry caminando hacia su casa, mientras yo seguía allí de pie, sin decir palabra.

   ¿Qué había pasado? ¿Había roto con Harry? Sí, lo había hecho. Puede que hubiera sido lo correcto, o tal vez no... Quién sabe. 

   Ahogada en lágrimas y recuerdos, me senté en el suelo, exhausta. Estaba realmente cansada, necesitaba dormir. Y entre todo lo que acababa de pasar y mi falta de sueño, rompí a llorar una vez más.

   De pronto, alguien me abrazó por la espalda inesperadamente.

   Aquella persona tenía una esencia inconfundible.

   —Liam, ¿Qué haces aquí...?

   —Con que Harry, ¿eh? Un gran tío. O al menos eso creía yo.

   ¿Harry...? ¿Cómo sabía Liam aquello? Algo no encajaba. Algo pasaba.

   —¿Lo conoces...? 

   —Más de lo que tú crees, pero menos de lo que yo pensaba —dijo resoplando—. Créeme, Noah. Lo conozco.

   —Ah, ¿Sí...? ¿Y de qué...?

   —¿Recuerdas aquellos cuatro amigos de los que te hablé?

   —Sí.

   —Él es uno de ellos.

   Me quedé completamente en blanco. No podía ser. Qué hacía un chico tan bueno como Liam... ¿Con Harry?

   Pero... Ahora todo tenía sentido. Liam era aquel chico del que Harry me habló antes de ir a París, aquel que estaba de vacaciones en Italia, pero por lo visto estaba de paso en París. Liam Payne.

   —Y... Los otros tres amigos tuyos no se llamarán por casualidad... Louis, Zayn y Niall, ¿Verdad...?

   —Sí. ¿Los conoces?

   —Harry me los presentó el otro día... 

   —Ah.

   A cada segundo que pasaba, sentía más cansancio, y cada vez me dolía más la barriga. Me estaba enfriando la tripa en el suelo, y necesitaba dormir muy desesperadamente.

   —Oye, no quiero ser una molestia, pero estoy agotada, y me duele mucho la tripa... —dije exhausta, bostezando— Creo que voy a...

   E inesperadamente, caí rendida sobre sus brazos. Estaba agotada.

Just Hug Me ♥ (One Direction)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora