Capítulo Nº 24

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   Salí del baño ya vestida y maquillada, y me dirigí hacia el tocador para dearme los últimos retoques. Harry estaba mirándose en el espejo de al lado de la entrada, iba guapísimo. Unos pantalones negros de pana ajustados, unas botas de punta marrones, una camisa blanca y una americana negra a juego con una pajarita. El pelo lo llevaba echado hacia atrás, con algo de gomina, y también llevaba un colgante bajo la camisa.

     —¡Por fin, tardona! Ya te ha costado, no hace falta tanto tiempo para ponerse un vesti... —dijo girándose hacia mí. 

   —¿Te gusta? —dije dando una vuelta, igual que en la tienda.

   Harry se quedó mirándome unos instantes, y poco a poco se fue acercando hacia mí.

   Me miró de arriba abajo de nuevo. De pronto me cogió de la cintura suavemente, me juntó hacia él y me miró a los ojos sonriendo.

   —Estás preciosa —me besó.

   —Tú también estas preciosa —dije riendo.

   —¿Tú hoy estás muy graciosilla, no? —dijo frunciendo el ceño.

   —Un poquito —respondí guiñándole un ojo.

   Cogí mi bolso, y me miré al espejito de la entrada por última vez.

   —Espera, antes de que nos vayamos quiero darte esto.

   Se acercó a las bolsas, y sacó una cajita. Se puso de rodillas en frente de mí, y con una mirada muy tierna, me la entregó.

   Me llevé las manos a la boca de la sorpresa. ¿Iba a pedirme matrimonio? ¿QUÉ?

   —Abrela, anda.

   Abrí la cajita, y dentro había un precioso colgante con piedras brillantes nergas, bañado en oro oscuro.   —¿Y bien? ¿Qué te parece?

   —Es... Es preciosa... —dije embobada.

   —Ya que te gusta tanto mi tatuaje de mariposa pero no quieres hacerte uno... Pues había pensado en que tal vez te gustaría esto...

   —Es maravilloso, Harry —le abracé.

   —¿Me dejas que te lo ponga? 

   —Claro.

   Me sujeté el pelo y él me pasó las manos por el cuello, atándome el colgante.

   —Estás más que preciosa —me besó—. Bueno, ¿vamos?

   —¡Vamos! 

   En cuanto salimos por la puerta, cerré doble y guardé la llave en mi bolso. Me giré, y Harry me tendió su brazo.

   —¿Señorita? —dijo haciendo un gesto.

   Le agarré del brazo y me apoyé en su hombro, estaba enamoradísima de él.

   Llegamos a la Torre Eiffel dando un agradable paseo, sin prisas. Íbamos bien de tiempo.

   La Torre Eiffel de noche era magnífica. Estaba iluminada por cientas de luces que cambiaban de color, y había gente por todos lados. Tomamos un ascensor hacia el restaurante, y cuando llegamos arriba, tuvimos que esperar un poco a la cola, había muchísima gente.

   Poco a poco la cola se fue difuminando, la gente volvía hacia el ascensor con la cara bastante larga. La cola se difuminó hasta quedarse en tan solo nosotros dos. No lograba entender qué pasaba, era muy surrealista.

   Un hombre situado en un buró justo en frente de la entrada, al principio de la cola, iba despejando a la gente poco a poco, de alguna manera.

Just Hug Me ♥ (One Direction)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora