Capítulo Nº 18

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Le dí un pequeño pellizco a Harry en el abdomen, justo donde tenía tatuada la mariposa. Él respondió con una sonrisa. Aproveché y pasé la mano por sus abdominales. Lo sé, lo sé, soy muy malota.

Harry me sujetó el hombro y suspiró. Se le veía bastante relajado, para estar tumbado en el suelo de un avión junto a mí.

Dormité un buen rato pensando en qué diablos le habría contado mi abuelo a mis padres. Como hubiera metido la pata, sería adolescente muerta.

Pronto escuchamos un pitido que venía de los altavoces.

   —Estimados pasajeros, deseamos informarles de que tomaremos tierra en el aeropuerto de París en diez minutos, les rogamos que se sienten en sus correspondientes sitios y se abrochen los cinturones de seguridad. Gracias.

   —Ya has oído.

   —Sí, he oído, ¿Y eso significa que...? —dije con voz ronca. 

Harry me cogió de nuevo en posición princesa, y me llevó hasta uno de los asientos.

   —Soy un pesado, lo sé, pero soy un pesado que te quiere.

   —No eres un pesado, eres mi pesado. Mi pesado de pelo rizado y ojos verdes.

   —No sé qué te ví, pero creo que eres la persona humana más perfecta del mundo.

   —Calla Harry, que me pongo roja...

   —No, es que es verdad... —dijo feliz— Nunca he llegado a tener una relación así con ninguna otra chica. Mis relaciones duraban como mucho una semana y... Puf, la chica lo dejaba conmigo. Además, nunca llegábamos a nada serio... Más que nada porque yo no quería. Buscaba a mi princesa. ¿Sabes? Nunca me han gustado los rollos pasajeros. Y una vez, me llegé a plantear que no valgo para ser un buen novio, que no merecía la pena seguir buscándola, a ella, a mi princesa... —me miró— Pero entonces llegaste tú.

   —Harry... Al final me vas a hacer llorar. Nadie había sido tan sincero antes conmigo. Además, a parte de mi novio... Eres mi puto mejor amigo. Y eso mola. Un montón.

   —Tú tambien eres mi mejor novia-amiga. Y te quiero, no sé si te lo he dicho alguna vez —dijo mirándome y cogiéndome de la mano.

   —Lo has hecho. Pero no dejes de hacerlo nunca, nunca, nunca.

   —No lo haré.

El avión empezó a temblar y a moverse de nuevo. Esta vez hacia abajo. Cerré fuerte los ojos, pero sentí algo frío en mi oreja. Un auricular.

   —Noah, quiero que escuches esto. Es mío. Se llama Don't Let Me Go. Lo grabé hace poco.

Sacó un iPod de su bolsillo y puso la canción. Era preciosa. Estuve a punto de llorar.

Miré a Harry en el estribillo, y él vocalizó con sus labios rosados la última estrofa.

   Don't let me, don't let me go... Cause I'm tired of sleeping alone.

Miré a Harry y agarré fuerte su jersey de nuevo.

   —Harold, I will never let you go.

Entonces, nos besamos. Sentía de nuevo los enormes mariposones en el estómago, dando vueltas arriba y abajo. Entre el beso y la bajada del avión, me sentí como en una montaña rusa gigante.

Al fin, cuando llegamos a tierra, las ruedas del avión rozaron el suelo. Casi me dió un vuelco al corazón.

Recogimos nuestro equipaje de mano, y yo me calcé de nuevo. Salimos del avión por un finger, al igual que cuando entramos. El aeropuerto de París era inmenso, y estaba lleno de gente por todos lados.

Just Hug Me ♥ (One Direction)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora