Capítulo Nº 39

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   No, no, no, no, no. ¡Me había agarrado del pie! ¿Pero qué hacía en mi casa? ¿Qué pretendía?

   ¿No iría a...?

   Intenté soltarme de sus frías manos dando pataletas y sujetando las patas de la cama con todas mis fuerzas, pero fue inútil. Zayn me agarró del tobillo, y tiró de mí hasta sacarme de debajo de la cama.

   Sin camisa.

   —Vaya... Creo que me voy a tener que saltar el paso de quitarte la ropa. Por fin, eres mía.

   —¡Zayn, aléjate de mí! —dije agonizando.

   Zayn sonrió con picardía. Después, soltó mi tobillo, se puso en pie y me tendió la mano para ayudarme a levantarme. 

   —Levanta de ahí, anda —dijo riendo levemente.

   —Pero... ¿Tú no...? 

   —Por muchas ganas que tenga, no, no.

   ¿No? Menuda sorpresa. Positiva, claro. Yo no quería nada con Zayn, me parecía un completo idiota y un chulo, las cosas como son.

   —Venía a disculparme por lo de antes, ya sabes.

   —Ah. ¿Y tenías que sacarme de debajo de la cama de mi hermano para hacerlo?

   —¿Tenías que meterte tú debajo? —contraatacó.

   Zayn me dejaba sin palabras. Siempre tenía algo que decir, además en el momento oportuno. Era un idiota listo. Demasiado listo, diría yo.

   —Oye, tú venías a disculparte, ¿no? —negué, cambiando de tema.

   —Es verdad, pero como no te pongas algo cuanto antes... Va a acabar siendo algo más que una disculpa... ¿No crees? —dijo acercándose a mí.

   —¡Quita! —dije apartándolo— Voy a ponerme algo, un momento.

   Fui de nuevo a mi habitación, y me agaché a los cajones del armario a coger un albornoz o algo para ponerme por encima, cuando de pronto sentí la áspera piel con barba de Zayn en mi hombro, de nuevo.

   —¿Estás segura de que no quieres...?

   —Segurísima —dije intentando resistirme a sus encantos de chico malo. Porque repito, que por muy gilipollas que fuera, estaba buenísimo.

   —Venga, uno rapidito...

   De repente, empezó a intentar soltame el sujetador por la parte de la espalda, hasta conseguirlo. Yo me sujeté la parte delantera de la prenda para que no cayera al suelo, pero Zayn insistió bajándome las tiras hacia los lados de mis hombros. Después, llevó sus manos hacia el botón de mi pantalón, y masajeó la zona de mi... ¿Tirpa?

¡Mierda, el periodo!

   —Zayn, detente.

   —Pensaba que querías... Ya sabes.

   —No, ¡no quiero! Y no puedo. 

   —¿No puedes? 

   —No —dijo una voz masculina muy seria, desde la puerta—. Tiene la regla, idiota.

   ¿Liam?

   No quise darme la vuelta, había dos tíos en mi cuarto, y yo estaba casi desnuda. Zayn se levantó del suelo, y caminó hacia él.

   —Tío, ¿pero qué haces aquí? ¿Y cómo sabes eso?

   —Eso ahora da igual. No te permitiré que la toques.

   —Pero, ¿vosotros dos...?

   —Zayn, él es mi mejor amigo —dije aún sin darme la vuelta—. Se lo cuento todo.

   —Ah, ¿sí? ¿Y se puede saber cómo os conocisteis?

   Me vino a la cabeza el momento en el que me encontraba en aquella calle de París, perdida y sola, cuando Liam vino a ayudarme. ¿Quién iba a decirnos que aquello acabaría en una amistad tan fuerte como la nuestra, en tan poco tiempo? 

   Sonreí para mis adentros.

   —Es una larga historia, ya te la contaremos algún día, Zayn —dije mientras cogía una camiseta del armario—. Gracias por venir, Liam... ¿Ocurre algo?

   —No, es solo que las chicas querían que te llamara para que vinieras a la casa. No contestas a las llamadas y a los mensajes.

   —Ah, sí, las llamadas y los mensajes... Ahora os cuento. ¿Me dejas acabar de hablar con Zayn?

   —Claro. Cuando acabéis, ven a lac casa. Te esperamos allí. Por cierto, Niall y Louis están con nosotros.

   —Vale. Dame un par de minutos, ahora os veo.

   —Bien, hasta ahora —dijo abandonando la habitación.

   Zayn se quedó mirándome.

   —Vaya, te adaptas rápido.

   —Ya ves.

   —Bueno, qué.

   —¿Cómo que "bueno, qué"?

   Zayn suspiró, y me cogió la mano, poniéndola junto a la suya en su pecho. Se mordió el labio inferior mientras me miraba con sus enormes ojos miel tremendamante abiertos y semi humedecidos, con una expresión de lástima y arrepentimiento.

   —Mira, Noah, hay algo que debes saber.

   —A ver, dime —dije algo preocupada.

   —Este no soy yo. Y de verdad que lo siento, lo siento muchísimo. Todo esto, desde aquel día en que te ví por segunda vez en el instituto, justo al lado de mi taquilla, guardando tus libros... Aquel tío no era yo. Y el de hace un par de minutos tampoco. Pero este sí. Este es el Zayn de verdad. Y lo siento mucho, pero ya no puedo seguir con esta mentira. Me duele, Noah —dijo con un nudo en la garganta—. Pero créeme, te juro por todo lo que quieras que todo esto lo he hecho por una buena razón. No te lo puedo decir, porque si no habría roto mi promesa. Y yo no soy de esos.

   Sus palabras parecían sinceras. Y tal vez, solo tal vez, aquella "razón" tenía algo que ver con Harry. Así que decidí creerle.

   —Te entiendo, Zayn.

   —¿De... verdad?

   —Sí, de verdad. Confío en ti.

   —Joder, gracias, gracias, gracias. Eres genial, Noah —dijo dándome un fuerte abrazo—. ¿Cómo puedo pagártelo?

   —No hace falta, tranquilo.

   —Te puedo dar un sugus, es lo mejor que tengo ahora mismo... —dijo sacando uno, envuelto en un papel de color naranja del bolsillo de su chaqueta. 

   —De naranja, ¡mi favorito! 

   —¿Te vale? —me lo ofreció—. Era esto, o una pelusa que había en el otro bolsillo.

   —Tranquilo, el sugus está bien —dije riendo, mientras cogía el caramelo y me lo llevaba a la boca.

   —Bueno, yo me voy ya —dijo mientras caminaba hacia la puerta—. Entonces... ¿Amigos?

   —Dalo por hecho, Zayn —dije sonriendo y despidiéndolo con la mano.

   Al final iba a ser un tipo majo, si ya lo decía yo. Salió por la puerta, y lo despedí asomando la cabeza desde mi ventana.

   Bien, ahora debí ir a la caseta. Pero... ¿Tan tarde?

   Algo pasaba estaba pasando.

Just Hug Me ♥ (One Direction)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora