MAIA
El coche se sacude con fuerza. Lo único que consigo hacer es permanecer inmóvil, con los ojos cerrados, sintiéndome una completa idiota, en una de las esquinas de la camioneta. Perrie, por más extraño que sea, también permanece en silencio, observando con sus ojos cada movimiento que Zayn lleva a cabo sobre la herida de Aarón. Esther también ayuda. Heather y yo preferimos no mirar.
No tengo entendido que consiguió hacer Perrie para ganarse la confianza de todos, pero en lo que a mí respecta, todavía no me siento del todo segura con ella al lado. Cada vez que la observo sólo consigo que en mi mente sus facciones se iluminen y un cartel aparezca en su frente, con las letras de «TRAÍDORA» grabadas a fuego. No puedo quitar esa imagen de mi mente nunca.
Zayn y Daniel dijeron que sería buena idea, al menos para poder curar a Aarón y alimentarnos, y que en cuanto notaran algo sospechoso, simplemente cambiaríamos de técnica. Heather dijo que en cuanto Perrie comenzase a actuar diferente para engañarnos ya sería demasiado tarde, y le di la razón. Fue ahí, supongo, cuando comenzaron a pensárselo dos veces, y dieron una idea que no llegó a desagradarme del todo.
—Llevémosla con nosotros—propuso Daniel—, así conseguimos lo que necesitamos, y esas cosas. Puede ayudarnos a llegar a una ciudad. Y, una vez que estemos cerca, la bajamos de la camioneta. No puede dañarnos si no tiene forma de seguirnos, ¿verdad?
Por supuesto que al principio pensé que era genial, hasta que lo pensé dos veces y me di cuenta de lo horrible que sonaba utilizarla de esa manera, aunque no vi más opciones. Es verdad que necesitamos ayudar a Aarón sea de la forma que sea, y gasolina, y comida... y tantas cosas. Era una oportunidad que no podíamos dejar pasar, pero al mismo tiempo resultaba peligrosa.
Aunque no causaría tanto problema si hacíamos eso, ¿verdad?
La verdad es que no tuve demasiado tiempo para negarme porque Zayn y Daniel voltearon y la ayudaron a subir a la camioneta, tomando la decisión por su propia cuenta.
—¿Sabes algo?—oí su voz y la identifiqué al instante. Al elevar la vista, la encontré ligeramente inclinada sobre Zayn, observando a Aarón—. En realidad, la bala no lastimó ninguna zona importante. Creo que estará bien.
A lo que Zayn respondió:
—Lo sé.
El cuerpo se sacudió, al igual que la camioneta. Aarón tomó aire e hizo una mueca. Zayn movió las manos y, de repente, se echó hacia atrás, cuando el joven emitió un fuerte grito.
Pasaron los segundos y Aarón siguió gritando, hasta que Esther se acercó a su oído y le susurró algo que lo hizo callar al instante.
Perrie hizo una mueca.
—No era buen momento para despertar, amigo—murmuró.
Zayn le dedicó una sonrisa cómplice, pero no dijo nada.
Los observé con cautela, posando primero mis ojos en los de Perrie y luego en los de Zayn. Al hacerlo, él elevó la mirada y me atrapó justo cuando estaba a punto de observarlo, por lo que nuestras miradas se conectaron un instante.
Y fue genial, porque no sentí absolutamente nada.
Perrie cortó el rollo, lanzando un fuerte resoplido.
—¿De dónde vienen?—preguntó, relajándose y apoyando la espalda en la pared de metal que tenía detrás de sí—. He oído que cerca de aquí hay una casa muy lujosa y también sangrienta, en la que se lleva a cabo un concurso.
ESTÁS LEYENDO
Alevosía
Mystery / ThrillerHuir no significa ser libre. ¿Qué pasa a medianoche? Segunda parte de la trilogía MEDIANOCHE. Todos los derechos reservados a Annis Juliet ©