CAPÍTULO 28 | Todos los opuestos

4.7K 657 160
                                    

CAPÍTULO DEDICADO A akmavarim8 WHIT ALL MY LOVE ♥


MAIA

—Me parece increíble que esté aquí de nuevo—le digo a Heather en cuanto cerramos la puerta de mi habitación.

Tuvimos que dejar solos a Victoria y Daniel. No hizo falta que lo hablemos, ni nada. Fue una regla general en cuanto los vimos acercarse, abrazarse, y no soltarse por un buen rato. Creímos necesario despejar la cocina para que puedan volver a hablar en ese lugar que alguna vez les perteneció, en un sentido bastante metafórico.

Heather la salvó. Y eso le costó un par de heridas y un poco de sangre en su hombro.

Vinimos a mi habitación. Cuando la puerta se cierra, ella se quita su camiseta para poder mirarse el hombro, maldiciendo en vos baja.

—Mierda, esa perra sí que sabe morder a pesar de estar muerta.

No puedo evitar que se me escape una sonrisa.

—¿Por qué la salvaste si te cae tan mal?

Sobre mi mesa aún permanece lo que utilicé una vez para curar una herida de Zayn. Poco a poco, es posible que nos convirtamos en los doctores del juego. Me altera pensarlo así, pero evito dicho pensamiento para no caer en la desesperación. Sin embargo, es algo constante. Veo todo el tiempo la casa. Mi habitación. Todo esto que, al escapar, juré que dejaría atrás.

Pero estoy de nuevo aquí. Y ya no sé si tendré la oportunidad de irme.

—No fue por mí, Maia—explica Heather, sentándose en mi cama mientras yo me acerco a mi mesa para buscar algo con lo que curarla—. No hace falta que me ayudes. Es algo tonto.

Cojo un par de gasas, voy al baño en busca de agua y me siento a su lado.

—Al menos déjame limpiarla—le digo, posándola sobre su hombro para quitar la sangre—. Si no fue por ti, ¿entonces por quién fue?

Ahora es su turno de reír.

—¿Es necesario preguntarlo?—masculla, y se queja porque acabo de tocar el lugar en el que Victoria le dejó marcado un diente. Debe doler—. No podré seguir viendo a Daniel con su cara larga y triste cada vez que alguien mencione a Victoria y pensar en que tuve la oportunidad de salvarla, pero decidí no hacerlo.

Dejo la gasa sucia a un lado y tomo una limpia para seguir.

—Pero Victoria fue especialmente mala contigo—insisto, intentando ser un poco más delicada.

—A la mierda eso. No podía dejarla morir... de nuevo—Heather intenta mirar su hombro de reojo, pero finalmente se rinde—. Lo único que aún no sé es qué mierda fue de ustedes luego de lo del hospital.

Sin darme cuenta, acabo de detenerme. Aún no he terminado, pero al escuchar su pregunta, quiero llorar.

—Nos encontramos con Chase y él se ofreció a ayudarnos—explico, aprovechando que no me mira a los ojos y eso me da tranquilidad—. Nos llevó a un hotel. Nos bañamos, cenamos, y luego Daniel y yo tuvimos la mala idea de volver a llamarlo.

Para distraerme un poco, prosigo con mi limpieza, esta vez con más lentitud.

—Fuimos a un parque de diversiones con él, pero sin avisarle a Zayn. Perrie se nos unió a último momento. Nos descubrió, en realidad, y amenazó con contarle todo a Zayn si no dejábamos que nos acompañara y luego... ya sabes, si lográbamos escapar, dejábamos que viniera con nosotros.

Termino. Pero no digo nada al respecto.

—Subí a la noria con Chase. Le pedí ayuda. Dijo que haría lo que sea por nosotros. Y le creí. Sigo creyéndole. No parece querer matarnos, aunque sea el hijo de Richard.

Heather siempre da la impresión de estar interesada en otra cosa cuando hablas, pero a lo largo de los años entendí que nunca es así. No al menos cuando hablo yo. Si le dejas el espacio, pregunta. Porque sí te escucha. Y esa es la única forma que tengo de saber si me sigue el hilo, o qué opina.

—No lo conozco—dice—, pero no puede estar contra nosotros si está en el juego, ¿no?

Una extraña sonrisa se forma en mi rostro de manera involuntaria.

—Pero Zayn no lo ve así—replico—. Se enojó muchísimo esa noche. Cuando volvimos al hotel, habían asaltado al recepcionista y lo habían matado. La policía estaba ahí. Despertaron a Zayn y se asustó muchísimo cuando se dio cuenta de que no estábamos.

—Ah, mierda...

Por primera vez, Heather se gira a verme. Entonces se da cuenta de que estoy llorando.

—Sé que no es la gran cosa. Ni siquiera es el fin del mundo, pero...—me muerdo la lengua para callarme, al menos unos segundos, hasta poder encontrar la forma de seguir hablando—. Siento que no hago más que cagarla, Heather. Una y otra vez.

Se acerca un poco más a mí y me abraza. Noto cómo acaricia mi cabello, en silencio, sin opinar nada por al menos tres minutos. Tras esto, sin alejarse, intenta tranquilizarme.

—No es así, Maia. No la cagaste. Solo intentaste hacer lo que creías que ayudaría.

—Sé que sí, pero Zayn tiene razón, Heather—replico—. ¿Y si Chase sí tenía malas intenciones? Lo habríamos dejado solo en el hotel. Esa misma noche podrían haberlo matado, y yo...

Mi amiga se aleja de mí y toma mi cara entre sus manos, obligándome a dejar de hablar.

—Maia, escúchame. Deja de culparte. No toda la mierda que suceda a tu alrededor será culpa tuya, ¿entiendes?

No niego ni afirmo nada, de ninguna forma. Solo bajo la mirada para no tener que verla a los ojos, porque eso sí que no me da ningún tipo de tranquilidad. No podría mentirle si lo hiciera. No a ella.

—¿Podríamos decir lo mismo si no hubieses salvado a Victoria?—murmuro antes de poder pensarlo.

No fue un ataque, pero no puede responder ni sentirse ofendida. Se aleja de mí, soltándome al fin. Espero a que diga algo, pero acabo de dar en el clavo. O eso me deja lugar a pensar. Por lo que creo que, en el fondo, estamos volviendo al pasado, aunque de una forma diferente. A cuando lo que más me dolía era la diferencia entre nosotras. Su extroversión contra mi introversión. Su constante alegría contra mi constante tristeza. La forma en la que todos la amaban a ella mientras a mí me ignoraban.

Pero, al final del día, todos los opuestos tienen algo en común.

Y podríamos seguir discutiendo sobre ello, pero somos interrumpidas por el sonido que hacen los cristales al romperse.

AlevosíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora