Estaba muy dormida con la cabeza encima de mi pupitre. Sentí una presencia sombría delante de mi.
Ni siquiera me inmuto a moverme. El nuevo profesor de historia estaba delante de mi, lo sabía.
-señorita Parker, ¿puede contarnos algo de la clase de hoy?.- me preguntó, alce mi cabeza mientras trataba de despertarme, apoyé mi cabeza en una mano.
Observé su rostro perfecto. Era alto, musculoso, enorme. Tenía unos ojos marrones hermosos y unos labios rosas que se veían deliciosos. El tipo no tenia más de 26 años, se veía muy bien. Lastima que es mi profesor, es asqueroso.
-¿señor...?- hice énfasis en su apellido.
-Cantherville.- murmuró lentamente.
-señor, Cantherville, no escuché nada.- dije sincera, rasqué mi frente media dormida.
-¿le parece aburrida mi clase?.-preguntó.
-de hecho si.- se me salió, abrí los ojos.-oh, no, no, ¿quién dijo eso?.- miré a la nerd de al lado.-¿tu dijiste eso?.-le pregunté.-porque yo no le dije.- alcé mis manos en forma de inocencia.
-sólo atienda a mi clase.- regaño. Junté mis cejas mirándolo. Imbécil. Asentí de mala gana. Crucé mis piernas y arreglé mi cabello, abrí mi cuaderno y empecé a escribir, lo que había en el pizarrón. Estaba en mi nube, cuando el nombre de 'Joyce' resonó en mi cabeza. Miré al profesor, quien me llamaba.
-¿me puede decir las causas de la primera guerra mundial?.- preguntó, yo junté mis cejas mirándolo, ¿es en serio?.
-¿petróleo?.-respondí en modo de pregunta, todos rieron.- no lo siento. Ya me acordé. -pausé.- El desarrollo industrial y la competencia generaron tensiones y rivalidades en un mundo en la que ya no quedaba nada por repartir a nivel de mercados y colonias.- expliqué lo que me acordaba del exámen que había dado Rodriguez antes de irse. Fue lo único que me aprendí.
-muy buena respuesta.- me miró de una forma extraña. Yo solo miré la hoja de apuntes y terminé de copiar las cosas que estaban en la pizarra.- las consecuencias de esta guerra fueron devatadoras. Más de 9 millones de muertes en todo el mundo. Quiero que me traigan un informe pata mañana sobre la primera guerra mundial.-lo miré, ¡¿que?!, no.
Ahí mismo tocaron el timbre para cambio de hora. Todo el mundo comenzó a correr hacía la salida. Sin dudar caminé hacia el profesor.
-profesor.-llamé su atención.- ¿no me puede dar un permiso y se lo entrego pasado mañana?.- pregunté.
-¿y eso por qué?.- preguntó. -¿que le daría el derecho si se la pasó hoy durmiendo en toda mi clase?.- empuñe los ojos.
-no empecemos por el pié izquierdo profesor, yo soy una buena estudiante, lo que pasa es que no dormí bien.- recargue mi mano en su escritorio.- Además, hoy no podré, soy del equipo de Volley y mañana tendremos nuestro primer torneo y no podré hacerlo para mañana por que hoy tengo que practicar.- expliqué. Me miró.
-¿y por qué debo de darle la oportunidad?.-preguntó, ¿a qué viene el tema eso?.
-porque soy luchadora.- alzó una ceja, divertido.
-entiendo.- sonreí.
-¿me va a dejar?.-pregunté.
-para pasado mañana, de 2000 mil palabras.- mi cara serió al escuchar tremenda cantidad, pero, sonreí, no puedo quejarme tanto.
-está bien, ¡gracias!.- corrí hacia la puerta feliz pero algo me detuvo, lo miré nuevamente. Me miraba profundamente. Sentí una corriente en mi espina dorsal, lo miré por última vez y luego me fui.
Caminé por los pasillos atestados de gente, pero a mi me abrían paso y me dirigí al salón de deportes. Las dos últimas horas eran de la profesora McGuire. Abrí la puerta del salón de deportes y sin preguntar, me dirigí al baño de la esquina para cambiarme. Me puse un t-shirt blanco y unos shorts pegados, azules oscuros. Destacando mis nalgas redondeadas y respingonas.
Tenía una cintura pequeña y vientre plano tonificado, gracias al deporte. Tenía muslos tonificados, gracias también al mismo deporte, espalda pequeña y busto mediano. Pero firmes.
Me amarré mi cabello largo y espeso en una coleta despeinada, y salí. Las mallas estaban puestas y comenzaban a calentar, corrí hacia la profesora.
-profe.- llamé. Me miró.
-oh jugadora estrella, por fin llegaste.- sonreí.
-tengo que decirle algo.- me miró.- tengo que irme temprano esta noche, tengo que descansar bien para el torneo de mañana.- ella miró el suelo, pensándolo.
-contigo no tengo problemas, hija, puedes irte después de que se terminen las prácticas, eso será en una hora. ¿está bien?.- preguntó.
Sonrei.
-gracias.- la abracé.
-confío en ti, jugadora estrella.- gritó mientras me veía correr hacia la malla.
-no la defraudare.-hablé en voz alta.
Comenzamos a jugar un partido a muerte, muy divertido. Y mi equipo terminó ganando.
Decidí irme, ya no quería estar en la escuela. Dan la última hora a los deportes, pero en vez de irnos a las tres como es costumbre, nos dejan ir una hora extra dando dos horas de deporte. Recogí mis cosas, y caminé hacia el baño, me dí una corta ducha en una de las duchas cerradas del baño de mujeres, y me cambié con la ropa que tenía. Me solté en pelo y salí caminando de la escuela, estaba muy cansada, por la jornada de hoy y me sentía bien al no tener que hacer la tarea del profesor Cantherville, pero mañana me enfocare en ella. Pausé el paso en la parada de autobuses, y cuando llegó uno, me subí.
Ya no había contadores en las puertas, eran por tarjetas. Pasé la tarjeta por el datafono, y este me cobró los dolares del autobús. Dándome paso para sentarme.
Me senté y suspiré, estoy muy cansada, quiero dormir. Llegué a mi casa, saqué las llaves y abrí la puerta con ella. Entré y cerré la puerta detrás de mi.
Alma salió de la cocina.
-¡oh!, pensaba que era tu padre, hola Jo.- sonrió, yo la miré aburrida.
-ya ves que no soy él.- sonreí hipocrita.- y ya, puedes tratarme mal, él no está, deja tu hipocresía.- me volteé para subir las escaleras.
-Jo, por favor, ¿qué tengo que hacer para que nos llevemos bien?, he intentado todo pero no te dejas.- se qu6ejo, voltee mi cabeza y la mire.
-morirte.- respondí.
De acuerdo, soy dramática, lo sé, pero ella me irrita. En serio. Subí las escaleras y escuché sus pasos detrás de mi. Rodé los ojos.
-hazlo por tu padre, no por mi, se deprime cada vez que nos ve así.- junté mis cejas y me voltee.
-¿por qué te fijaste en él?.-pregunté, ella paró en seco, me crucé de brazos.
-fue amor a primera vista, Jo, no se si lo entiendas.- alcé las cejas y reí.
-entiendo.- me volteé y caminé hacia mi habitación, cerrando las puertas en sus narices.
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Iguales (Two Souls #2)
VampiroAño 2032, Tacoma, Washington. Joyce Parker es loca, sincera y un poco necia. Nunca se había imaginado que todo esto le pasaría ella o que todo esto le pasó, solo que ella no lo sabía. Jo, debe recordar quién es en realidad y decidir si Balthasar es...