Capítulo 3.

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Estaba muy dormida con la cabeza encima de mi pupitre

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Estaba muy dormida con la cabeza encima de mi pupitre. Sentí una presencia sombría delante de mi.

Ni siquiera me inmuto a moverme. El nuevo profesor de historia estaba delante de mi, lo sabía.

-señorita Parker, ¿puede contarnos algo de la clase de hoy?.- me preguntó, alce mi cabeza mientras trataba de despertarme, apoyé mi cabeza en una mano.

Observé su rostro perfecto. Era alto, musculoso, enorme. Tenía unos ojos marrones hermosos y unos labios rosas que se veían deliciosos. El tipo no tenia más de 26 años, se veía muy bien. Lastima que es mi profesor, es asqueroso.

-¿señor...?- hice énfasis en su apellido.

-Cantherville.- murmuró lentamente.

-señor, Cantherville, no escuché nada.- dije sincera, rasqué mi frente media dormida.

-¿le parece aburrida mi clase?.-preguntó.

-de hecho si.- se me salió, abrí los ojos.-oh, no, no, ¿quién dijo eso?.- miré a la nerd de al lado.-¿tu dijiste eso?.-le pregunté.-porque yo no le dije.- alcé mis manos en forma de inocencia.

-sólo atienda a mi clase.- regaño. Junté mis cejas mirándolo. Imbécil. Asentí de mala gana. Crucé mis piernas y arreglé mi cabello, abrí mi cuaderno y empecé a escribir, lo que había en el pizarrón. Estaba en mi nube, cuando el nombre de 'Joyce' resonó en mi cabeza. Miré al profesor, quien me llamaba.

-¿me puede decir las causas de la primera guerra mundial?.- preguntó, yo junté mis cejas mirándolo, ¿es en serio?.

-¿petróleo?.-respondí en modo de pregunta, todos rieron.- no lo siento. Ya me acordé. -pausé.- El desarrollo industrial y la competencia generaron tensiones y rivalidades en un mundo en la que ya no quedaba nada por repartir a nivel de mercados y colonias.- expliqué lo que me acordaba del exámen que había dado Rodriguez antes de irse. Fue lo único que me aprendí.

-muy buena respuesta.- me miró de una forma extraña. Yo solo miré la hoja de apuntes y terminé de copiar las cosas que estaban en la pizarra.- las consecuencias de esta guerra fueron devatadoras. Más de 9 millones de muertes en todo el mundo. Quiero que me traigan un informe pata mañana sobre la primera guerra mundial.-lo miré, ¡¿que?!, no.

Ahí mismo tocaron el timbre para cambio de hora. Todo el mundo comenzó a correr hacía la salida. Sin dudar caminé hacia el profesor.

-profesor.-llamé su atención.- ¿no me puede dar un permiso y se lo entrego pasado mañana?.- pregunté.

-¿y eso por qué?.- preguntó. -¿que le daría el derecho si se la pasó hoy durmiendo en toda mi clase?.- empuñe los ojos.

-no empecemos por el pié izquierdo profesor, yo soy una buena estudiante, lo que pasa es que no dormí bien.- recargue mi mano en su escritorio.- Además, hoy no podré, soy del equipo de Volley y mañana tendremos nuestro primer torneo y no podré hacerlo para mañana por que hoy tengo que practicar.- expliqué. Me miró.

-¿y por qué debo de darle la oportunidad?.-preguntó, ¿a qué viene el tema eso?.

-porque soy luchadora.- alzó una ceja, divertido.

-entiendo.- sonreí.

-¿me va a dejar?.-pregunté.

-para pasado mañana, de 2000 mil palabras.- mi cara serió al escuchar tremenda cantidad, pero, sonreí, no puedo quejarme tanto.

-está bien, ¡gracias!.- corrí hacia la puerta feliz pero algo me detuvo, lo miré nuevamente. Me miraba profundamente. Sentí una corriente en mi espina dorsal, lo miré por última vez y luego me fui.

Caminé por los pasillos atestados de gente, pero a mi me abrían paso y me dirigí al salón de deportes. Las dos últimas horas eran de la profesora McGuire. Abrí la puerta del salón de deportes y sin preguntar, me dirigí al baño de la esquina para cambiarme. Me puse un t-shirt blanco y unos shorts pegados, azules oscuros. Destacando mis nalgas redondeadas y respingonas.

Tenía una cintura pequeña y vientre plano tonificado, gracias al deporte. Tenía muslos tonificados, gracias también al mismo deporte, espalda pequeña y busto mediano. Pero firmes.

Me amarré mi cabello largo y espeso en una coleta despeinada, y salí. Las mallas estaban puestas y comenzaban a calentar, corrí hacia la profesora.

-profe.- llamé. Me miró.

-oh jugadora estrella, por fin llegaste.- sonreí.

-tengo que decirle algo.- me miró.- tengo que irme temprano esta noche, tengo que descansar bien para el torneo de mañana.- ella miró el suelo, pensándolo.

-contigo no tengo problemas, hija, puedes irte después de que se terminen las prácticas, eso será en una hora. ¿está bien?.- preguntó.

Sonrei.

-gracias.- la abracé.

-confío en ti, jugadora estrella.- gritó mientras me veía correr hacia la malla.

-no la defraudare.-hablé en voz alta.

Comenzamos a jugar un partido a muerte, muy divertido. Y mi equipo terminó ganando.

Decidí irme, ya no quería estar en la escuela. Dan la última hora a los deportes, pero en vez de irnos a las tres como es costumbre, nos dejan ir una hora extra dando dos horas de deporte. Recogí mis cosas, y caminé hacia el baño, me dí una corta ducha en una de las duchas cerradas del baño de mujeres, y me cambié con la ropa que tenía. Me solté en pelo y salí caminando de la escuela, estaba muy cansada, por la jornada de hoy y me sentía bien al no tener que hacer la tarea del profesor Cantherville, pero mañana me enfocare en ella. Pausé el paso en la parada de autobuses, y cuando llegó uno, me subí.

Ya no había contadores en las puertas, eran por tarjetas. Pasé la tarjeta por el datafono, y este me cobró los dolares del autobús. Dándome paso para sentarme.

Me senté y suspiré, estoy muy cansada, quiero dormir. Llegué a mi casa, saqué las llaves y abrí la puerta con ella. Entré y cerré la puerta detrás de mi.

Alma salió de la cocina.

-¡oh!, pensaba que era tu padre, hola Jo.- sonrió, yo la miré aburrida.

-ya ves que no soy él.- sonreí hipocrita.- y ya, puedes tratarme mal, él no está, deja tu hipocresía.- me volteé para subir las escaleras.

-Jo, por favor, ¿qué tengo que hacer para que nos llevemos bien?, he intentado todo pero no te dejas.- se qu6ejo, voltee mi cabeza y la mire.

-morirte.- respondí.

De acuerdo, soy dramática,  lo sé, pero ella me irrita. En serio. Subí las escaleras y escuché sus pasos detrás de mi. Rodé los ojos.

-hazlo por tu padre, no por mi, se deprime cada vez que nos ve así.- junté mis cejas y me voltee.

-¿por qué te fijaste en él?.-pregunté, ella paró en seco, me crucé de brazos.

-fue amor a primera vista, Jo, no se si lo entiendas.- alcé las cejas y reí.

-entiendo.- me volteé y caminé hacia mi habitación, cerrando las puertas en sus narices.

- me volteé y caminé hacia mi habitación, cerrando las puertas en sus narices

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Iguales (Two Souls #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora