Capítulo 21.

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Toqué la ventanilla, no iba a entrar a su auto. Al segundo el cristal bajaba lentamente, doblé mi espalda un poco para mejorar la vista hacia dentro.

-entra.- murmuró.

-no.- me negué rotundamente.

-10 puntos menos.- sonreí burlona.

-recuerda que no me importa ya los malditos 100 puntos.- murmuré con mala cara, este alzó una ceja.

-¿por qué estás enojada?.- sonreí de nuevo, cínica.

-por algo que ni te incumbe.- murmuré y enderece mi cuerpo para recostarme del auto, crucé mis brazos esperándolo.

Este sin mas remedio salió y rodeó el auto para alcanzarme, lo sentí en frente mio.

-¿sobre que hablaban tú y la novia de mi padre?.- pregunté.

-¿de qué hablas?.- preguntó.

-la mujer que te fue a ver hoy, con la que hablabas en la salida.- juntó sus cejas.

-no te interesa.- murmuró. Sonreí.

-¿no me lo dirás?.- pregunté, mirandole y parándome del auto.

-por ahora no.- lo miré enojada.

-¡yo quiero saberlo ahora!, no cuando a ti te dé la gana de contarmelo.- crucé mis brazos, caprichosamente.

-si aceptas terminar los últimos puntos de la materia.- se acercó a mi, abrí mis labios mientras lo miraba.

-no necesito saber nada. Gracias.- me volteé para caminar.

Sentí que me seguía.

-¿por qué eres asi?.- preguntó, yo no dejé de caminar.

-déjame en paz, maldito acosador.- aceleré el paso.

Me agarró el brazo y me volteó, haciendo que mi pecho chocara con el suyo.

-¡sueltame!.- grité en su rostro.

-¡te necesito!.- susurró.

-¡vete a meterselo a una burra!.- grité soltandome.

-no de esa manera, Jo.- se acercó a mi.

-¿por qué a mi?.- pregunté.- hay más chicas en el colegio, y además, hay más CHICAS y de tu EDAD, en el instituto.- me volteé para seguir caminando.

-¿hablas de la profesora McGuire?.- preguntó, se le escapó una risita.

-¡cállate!.- grité.

Los autos estaban aparcados en las aceras. Y él aprovecho eso.

Me haló del brazo y me cargó, recostandome del auto y haciendo que mis piernas se quedaran en su cintura.

Su cara estaba cerca de la mía.

-sólo tú, gobiernas  en mi.- miré  su rostro.

-déjame en paz.- junté mis cejas.

-no.- negó.- ya que te encontré no puedo dejarte ir.- murmuró.

-no podemos estar juntos.- traté de persuadir.

-claro que si. Solo hay que hacerlo.

-yo no quiero nada contigo.

-yo si quiero todo contigo.- miré el cielo y maldije por lo que iba a hacer. Lo besé.

Era un beso suave, delicado, pero apasionado dentro de lo que cabe. Lindo.

Nos miramos. Toqué el suelo y él me soltó.

-nos vemos mañana.- sonrió, lo observé mientras se retiraba de las calles del vecindario. Imbécil.

Iguales (Two Souls #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora