❝Podría haber pensado que se trataba de una broma, pero no fue así.❞
Park Jimin escapa de su casa luego de tener una fuerte discusión con su madre. Como resultado, acaba huyendo de un hombre que intenta asaltarlo, para terminar pasando una noche en...
Antes de irme del teatro, Yoongi me entregó una hoja doblada por la mitad y me pidió que no la desdoblara hasta llegar a mi casa. En ese momento cruzaron por mi cabeza mil y un cosas: Yoongi es peligroso, Yoongi es el asesino, Yoongi me dio esto a propósito, Yoongi esto, Yoongi lo otro.
Al llegar me encontré con una sorpresa muy agradable, mi madre y mi tía estaban sentadas en la mesa del living mientras conversaban. Mi madre había vuelto, estaba viva.
Corrí hacia ella y la abracé, ella dio besos por toda mi cara. Luego fui a donde estaba mi tía y la saludé.
—¿Dónde estabas, pequeñito? Sabes que a mí no me gusta que te vayas por ahí, ya te pareces a tu primo, él va con chicas a todas partes y vuelve a casa muy tarde...— Dijo mi tía con un tono preocupado.
—Salí a caminar un rato, solo eso. — Respondí intentando que no se notara que estaba mintiendo, pero ella no era ninguna estúpida.
—Jimin, ¿has ido a caminar durante cinco horas?— Sentí que la había cagado — ¡Ese es mi muchachito, siempre hay que estar en forma!
Sonreí forzosamente y me dirigí hacia mi madre.
—¿Cómo has estado? ¿Qué fue lo que sucedió? ¿Todavía... sabes quién soy?
Ella tardaba en responder, cerré mis ojos y un nudo se formó en mi garganta.
—Claro que sé quién eres— Solté una bocanada de aire, aliviado. —No recuerdo nada de lo que sucedió ese día, solo que estaba haciendo la cena y de la nada aparecí en el hospital, pero ya me siento mejor, mi amor.
Subí a mi cuarto y metí mis manos en los bolsillos del pantalón, sentí una textura rara dentro de ellos. Tomé eso y lo observé. Me había olvidado completamente del papel que Yoongi me dio.
Les pedía a todos los dioses que no fuera una carta de esas escalofriantes que me llegan.
Para mí suerte no lo fue, al contrario, fue algo mucho mejor.
No una, sino varias hojas cayeron al suelo.
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Me apresuré a levantarlas y, en cuanto las tomé, una nota apareció debajo de estas.
"Elige solo una y practícala, tienes hasta el 13.
No preguntes.
Por favor, ven mañana al mediodía, debo decirte algo.
Te quiero".
Miré los títulos de las canciones, me fijé en las notas, reproduje las melodías en mi cabeza... Hasta que una en particular llamó mi atención: Pan's Labyrinth Lullaby.
