❝Podría haber pensado que se trataba de una broma, pero no fue así.❞
Park Jimin escapa de su casa luego de tener una fuerte discusión con su madre. Como resultado, acaba huyendo de un hombre que intenta asaltarlo, para terminar pasando una noche en...
Hoy no era un buen día, me sentía preocupado por algo que ni yo sabía. Cuando practicaba una canción, un presentimiento algo extraño cruzaba mi mente y me desconcentraba, intentaba tocar las teclas correctamente pero se me hacía imposible.
"Deja de pensar en eso, Yoongi" me repetía a cada rato, pero era en vano. Quizás esta canción no era la indicada para practicarla ahora.
Estate preparado, Yoongi, lo que te espera te dañará para siempre. Te hará falta, te sentirás vacío, querrás salir de aquí y llorar junto a él. Para de tocar esta cosa, busca otra actividad, esa tecla está mal, lo estás haciendo de manera incorrecta, ¡eres un fracasado!
Harto de mis pensamientos, golpeé el piano con mis puños, creando un sonido no muy agradable. También mordí mi labio con tanta fuerza que una gota de sangre salió de ellos.
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—¿Qué ocurre?— La voz de Jimin interrumpió todas aquellas voces que rondaban en mi cabeza. —¿Estás bien?
Y no le mentí.
—...No. —Tomé una bocanada de aire y la solté en un suave suspiro- No sé qué me sucede hoy, no es mi mejor día.
Jimin rodeó mi cuerpo con sus brazos, sentía que esto era lo que necesitaba ahora mismo. Su cálido toque hacía que en mí las emociones se descontrolaran, mi temperatura subiera y mi cara se torne de un tono rojo.
—No hay de qué preocuparse si estoy aquí, si estamos juntos. —Esbocé una sonrisa, mi mente se puso en blanco, la mala sensación que me atormentó durante horas desapareció casi por completo. Sentía que la forma en la que Jimin me hacía cambiar de ánimo en tan solo un minuto era mágica. —Hoy vine aquí porque quería conversar con alguien, he tenido pensamientos raros en estos últimos días, sumándole la situación de las cartas, estoy un tanto asustado.
—Yo también pienso cosas extrañas, hay voces en mi cabeza que repiten siempre lo mismo, me quieren tirar abajo, quieren hacerme ver como un fracasado.
—Tú no eres un fracasado, tú eres maravilloso. —Él era maravilloso.
Dejó de abrazarme y se sentó a mi lado.
—¿Qué estabas haciendo?
—Lo único que sé hacer, tocar un piano. Estaba practicando, es una canción no muy vieja, pero me pareció muy bonita.
—¿Cuál es su nombre?
—No lo sé, no lo dice aquí. —Señalé el pedazo de papel.— Pero con solo ver las notas en la partitura puedo imaginar la bella melodía que tiene.
Cabizbajo, Jimin respondió.
—Me gustaría tener esa habilidad. —Río un poco y miró con atención la hoja que estaba ante nosotros. Yo lo miré a él, era una persona muy curiosa y simpática, era... ideal.
