31 days | a yoonmin fanfiction

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Especial 1/2

20 de octubre
POV Yoongi

Todo el día de ayer me dediqué a terminar de aprender la canción de mi vieja carpeta de partituras, hoy debía practicarla. Estaba muy concentrado en las notas, intentaba no pensar mucho en lo que sucedía a mi alrededor y centrarme en la melodía. Había mejorado mucho con respecto a ese día en el que Jimin me visitó por última vez, ahora tocaba con más tranquilidad las teclas y, para qué mentir, sonaba de maravilla.

De todas formas, la manera en la que lo hacía era muy lenta y pausada. No quería fallar, ya que sentía que ésta canción era tan bonita y a la vez tan triste. Se ha vuelto una de mis favoritas en muy poco tiempo.

Tarareaba mientras tocaba el piano, no tenía la mejor voz, pero nadie podría criticarla, ya que estaba sólo.

Sólo...

Más y más pensamientos comenzaban a aparecer en mi mente, me desconcentraban, me preocupaban y hacían que me doliera el torso. Intenté controlarlos, pero fallé. Era un fracaso.

Dejé de tocar, no podía soportar a mi propia mente intentando destruirme. Tomé las hojas con las notas y las tiré al suelo, luego, golpeé con mi cabeza las notas del piano, quedándome ahí durante unos minutos.

—¿Qué sucede, Yoongi? —Su voz hizo que mi piel se erizara por completo. Levanté mi cabeza con rapidez, di media vuelta y ahí estaba. Jimin tenía algunas vendas en su brazo y cuello, pero mantenía la misma sonrisa de siempre. —¿Cómo has estado?

Fui corriendo hacia él y transmití en un abrazo todas aquellas emociones que sentí durante su ausencia. No podía hablar, sentía una presión en mi pecho y caían lágrimas por mis mejillas.

—¿Por qué no me hablas? —lo abracé más fuerte, Jimin hizo lo mismo. —Vamos, sólo han sido unos días.

—Pero fueron los peores días de mi vida. —Limpié las lágrimas con las mangas de mi remera.

Oí un "Ya estoy aquí" de sus labios, las palabras correctas para devolver la tranquilidad a mi mente.

—Yoongi, estás muy flaco. —Su mirada recorrió todo mi cuerpo, ya estaba acostumbrado a no comer.

—He estado más preocupado por tu salud que por mi estómago. No tenía apetito.

Jimin se sentó en una butaca y sacó de su mochila un poco de comida.

—Por una parte me siento agradecido, pero por otra, preocupado. Come esto. —Me entregó el alimento y le agradecí, aún conmovido por su regreso.

—Cuéntamelo todo, por favor. —Me senté a su lado y él se acomodó en su asiento.

—No recuerdo mucho, solo que corrí delante de alguien y caí al suelo. Luego desperté en un callejón con un bonito cadáver sobre mis piernas. —Un escalofrío me recorrió el cuerpo. —Sentía un dolor en todo mi cuerpo, pero era más intenso en mi cuello y en mi brazo.

Jimin comenzó a retirar lentamente los vendajes, dejando al descubierto sus heridas.

—¿Ves esto? —señaló su cuello, estaba un poco morado en algunas zonas. —Casi muero. —Ahora, él giró un poco su brazo para que yo pudiera ver mejor el conjunto de hilos alrededor de su piel. —Y en esta zona tenía una gran abertura, al parecer hecha con una navaja, han tenido que coserla.

Al verlas quedé atónito, era increíble lo enfermo y retorcido que puede ser un humano.

—Sabes quién te hizo eso, ¿no?