Las visiones habían sido algo común durante toda mi vida, de hecho, cuando era niña incluso pensaba que todos los magos podían hacer eso pero mi madre dijo que solo yo podía hacerlos y me dominó como una "niña especial".
Levanté la mano para tocar la puerta sin embargo esta fue abierta por Harry Potter.
- Oh.
- Sí, es mi turno – bromeé.
- No sabía que...
- Señorita Black, pase por favor – dijo Dumbledore desde adentro. Me había citado para hablar justamente sobre estas asquerosas visiones.
- Luego hablamos, Harry – dije dándole una sonrisa mientras entraba y cerraba la puerta detrás de mi.
La oficina estaba tal como la primera vez que la pisé. Dumbledore estaba de pie, con su rostro más cansado de lo normal y su mano ennegrecida como el carbón, junto a su escritorio.
- Buenas noches, Aadhya.
Tome asiento en el mismo lugar y sonreí en modo de respuesta a la vez que él repetía mi acción.
- ¿Qué tal has estado?
- Excelente, profesor -respondí sonriendo.
- ¿Has hecho nuevos amigos?
- Un par, sí.
- ¿Y el joven Malfoy que tal? El profesor Slughorn dijo que los había visto muy juntos en su clase.
- Pues solo somos amigos, profesor – largue una risa.
- Hablaremos de él esta noche – avisó – pero ahora vayamos al grano. Tus visiones las has tenido durante toda tu vida, ¿no es así? - asentí - ¿Puedes explicarme como pasa?
- Es bastante sencillo, a decir verdad – me acomode en mi asiento – Solo basta con tocar intencionalmente a una persona o el suelo de algo lugar y esas malditas visiones se apoderan de mi.
- Define intencionalmente – junto las yemas de sus dedos a la altura de su nariz. Analizando. Odiaba eso.
- Con intencionalmente me refiero a tocar a alguien con alguna intención. Quiero decir, si yo ahora tengo la intención de acercarme a usted y tocarle el brazo, tendré alguna visión de lo que usted ha hecho o hará en un futuro.
- Entiendo, ¿con los lugares pasa lo mismo?
- Exactamente lo mismo. Es con intención, si lo tocó por error no pasa nada.
- Muy bien, Aadhya. Ahora dime, ¿qué sucede cuando eso pasa?
- Es horrible, profesor. Las imágenes pasan sin parar dentro de mi cabeza y no puedo controlarlo. Siento mi cabeza partirse a la mitad y millones de puntadas en el pecho que no se detienen por absolutamente nada. Las imágenes nunca son del todo claras; pasan velozmente y solo por partes. Las visiones, según yo, que son más importantes se repiten dos veces.
El director de la escuela se quedó en completo silencio mientras analizaba lo que acababa de decirle. Me ponía demasiado incomoda y lo único que podía hacer era mirar la mugre que se escondía debajo de mis uñas torpemente cortadas y con esmalte azul metálico.
- ¿Quieres un caramelo de limón, Aadhya? Son mis favoritos – habló después de lo que pareció años. Tomé un dulce de un pequeño recipiente y me lo metí en la boca – Verás tu don no es tan común. Si bien, Sibyll Trelawney suele tener pequeñas visiones de vez en cuando, tu lo haces constantemente y al tacto. Es algo único y útil lo que tú posees, eso le vendrá de mucha ayuda a tu primo en un futuro pero claro, primero hay que aprender a controlarlo.
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No debiste volver | [D.M]
FanfictionA veces creo que solo estaba enamorada del recuerdo que tenía de él, por eso ponía tanto empeño. A veces creo que perdí mucho tiempo con ese juego, que en realidad para mi no lo era. Tal vez... tal vez si todo hubiese sido diferente desde el comienz...