- ¿Dices que esto esta bien? - pregunté a Blaise enseñándole la caja de colores.
- Espero que me regales algo así en mi cumpleaños, en serio, o me molestaré demasiado.
Reí. Hoy era primero de marzo, por ende, el cumpleaños del pequeño Ronnie y para eso yo le había confeccionado una caja en la cual habían docenas de dulces solo para él.
- Para él fue sencillo. Apuesto a que para ti será algo más costoso y de alta calidad.
- ¿Qué te hace creer eso?
- Pues eres un príncipe, como todos los de Slytherin. ¿No es así?
- Realmente adoro que tengas esa imagen sobre mi – rió – pero soy más sencillo de lo que crees.
- Si tu dices – dije poniéndole la tapa a la caja y dejándola a un costado.
- ¿Y cuando es tu cumpleaños, princesa?
- El 1 de septiembre – sonreí.
- Oh, el día que comienzan las clases. Es un poco triste, la verdad.
- No tanto, es bueno reunirse con tus amigos el día de tu cumpleaños. ¿Me acompañas a mi Sala Común? Seguramente habrá despertado.
- A sus ordenes.
Se puso de pie y me extendió un brazo para que lo tomara, lo cual hice con la caja en mano. Nos fuimos del Gran Salón, donde yo había tomado asiento junto a Blaise en la punta de la mesa de Slytherin, no sin antes ver como Zora nos lanzaba una mirada de molestia. Hace dos semanas que no nos dirigíamos la palabra aunque realmente no quería hacerlo, tal vez muy en el fondo sí, pero ahora no. ¿Por qué? Porque conozco perfectamente a Zora y a su tan inmadura forma de ser durante peleábamos y nos alejamos, ella se encargaba de odiarme en voz alta cerca de todos los que también son mis amigos. Sí, era una maldita y por alguna razón siempre volvíamos a reconciliarnos.
Caminamos mientras nos sumergíamos en charlas divertidas hasta que él moreno volvió a sacar a luz el tema de Draco Malfoy.
- ¿Lo has pensado ya, Aadhy?
- No – respondí cortante – y no me digas así, no me gusta.
- Pero si lo dice Draco sí, ¿verdad? - rió con burla Blaise.
- Hablando de él, ¿dónde está ahora?
- ¿Ves como te preocupas?
- Púdrete – dije rodando los ojos.
- Debe estar en la Sala Común, llorando porque no le haces caso.
- O tal vez debe estar haciendo algún labor de mortifagos – dije sin darme cuenta y Blaise me miró con reproche haciéndome sentir mal – lo siento.
- Honestamente, creo que deberías escuchar lo que tiene para decir, Aadhya.
- ¿Y tu sabes lo que tiene para decir, Zabini? - pregunté un tanto irritada.
- Sí – dijo firme.
- Algún día, entonces.
Blaise suspiro resignado y caminamos en silencio lo que quedaba del tramo. Cuando llegamos frente al retrato de La Dama Gorda, nos pusimos frente a frente para despedirnos.
- ¿Sabes algo? Es gracioso cuando te molestas, porque empiezas a llamar a las personas por su apellido.
Solté una pequeña risa a la vez que desviaba la mirada. Blaise se aproximo para darme un abrazo fraternal.
- No te estreses tanto, ¿si, princesa? - dijo en mi oído haciéndome sonreír. Al separarnos, planto un beso en mi frente y con una sonrisa se marchó de ahí - Dile feliz cumpleaños de mi parte – dijo mientras bajaba las escaleras y reí.
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No debiste volver | [D.M]
FanfictionA veces creo que solo estaba enamorada del recuerdo que tenía de él, por eso ponía tanto empeño. A veces creo que perdí mucho tiempo con ese juego, que en realidad para mi no lo era. Tal vez... tal vez si todo hubiese sido diferente desde el comienz...