- Aquí tienes, Ad.
Theo me paso la poción que Madame Pomfrey había dicho que tome para recuperar las energías. Dumbledore me pidió, no, más bien me obligó a venir para que me lo den. Normalmente teníamos las clases por las noches luego de la cena pero hoy estuvimos desde las 6 a.m con el horrible trabajo porque el profesor tendría que hacer algún viaje y no tendríamos más clases hasta luego de las vacaciones de navidad tal vez.
Miré con asco el vaso con la poción oscura en el.
- Bebe – dijo Theo con tono severo. Tome todo el contenido de un sorbo sintiendo como mi paladar adoptaba el gusto a hierbas y mi estomago se quemaba. Definitivamente era asqueroso. Theo tomo de nuevo el vaso y lo dejo sobre la mesa – Ahora... ¿me dirás que haces aquí?
- No puedo, Theo. Lo siento – lo miré apenada.
- ¿Por qué?
- Ordenes de Dumbledore.
Theo resoplo y me miró con molestia. Lo entendía, lo mismo me pasaba con Draco al no decirme que demonios era lo que hacía todo este tiempo metido en la Sala de Menesteres.
Me había cruzado con Theo al venir hacia acá y al verme tan cansada se preocupo por mi así que decidió acompañarme y al darse cuenta de que nos dirigíamos a la enfermería su curiosidad salió a flote por lo que empezó a preguntar pero yo solo evadía sus preguntas con comentario bobos como "parece que va a ser un lindo día".
- No me agrada el hecho de que ese viejo te hagas cosas hasta dejarte sin fuerzas.
- Créeme, Theo. Es por mi bien – sonreí a medias.
- ¿Te acuestas con él, Aadhya? - pregunto con el ceño fruncido y solo pude reír fuertemente delante de él – no le veo la gracia, Aadhya.
- Eres un sujeto desagradable, Theodore – solté una sonora carcajada - ¿cómo voy a acostarme con eso? ¡No! Lo ranció no sirve.
El muchacho de ojos claros y aficionado por los libros acompañó mi risa.
Theodore y yo habíamos empezado a salir pero no oficialmente. Nos besábamos, nos abrazábamos y nos comportábamos como si lo fuéramos pero no. Algo así como mi relación Terrent con la diferencia de que con Theo sí hablamos... y nos abrazamos, y hay más cariño y no solo besos fogosos. Aunque también hay besos fogosos pero no pasaban a más. Podía decir que Theo sí estaba enamorado de mi más yo no de él y me sentía un poco mal por jugar con su sentimientos de esta forma, estando con él sabiendo que no va a durar nada.
- Lo siento – dijo con una suave risa – creo que exageré las cosas.
- Tonto.
Sonreí para luego besarlo.
Pero al momento de besarlo se me olvidaba esa culpa... o en otras ocasiones aumentaba. Pero yo le había dejando en claro desde un principio que esto no es para tanto, sin embargo, lo tomo perfectamente bien aunque yo me seguía sintiendo mal. Tal vez eran alucinaciones mías y el no estaba realmente enamorado de mi.
- ¿Qué tal si vamos a desayunar?
- O – dije yo pasando mis brazos detrás de su cuello para acercarlo más a mi – podríamos quedarnos aquí todo el día para besarnos.
Y lo bese pero fuimos interrumpidos por una Madame Pomfrey que había escuchado lo anteriormente dicho.
- Oh no, no señores. Tienen sus habitaciones para esas cochinadas. ¡Vamos! ¡Fuera, fuera!
Salimos de allí echando un par de risas y nos dirigimos al Gran Comedor tomados de la mano. Hace días que se rumoraba que Theo y yo eramos novios y por la cara de Harry, cuya cara confusa había estado esquivando desde hace días, note que reclamaba explicaciones.
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No debiste volver | [D.M]
FanfictionA veces creo que solo estaba enamorada del recuerdo que tenía de él, por eso ponía tanto empeño. A veces creo que perdí mucho tiempo con ese juego, que en realidad para mi no lo era. Tal vez... tal vez si todo hubiese sido diferente desde el comienz...