- Me alegra que estés mejor, pequeño.
- No entiendo por qué me dices así – Ron frunció el ceño - ¡soy mayor que tu!
Solté una risa. Habían pasado un par de días y Ron estaba de maravilla nuevamente. Claro que tendría que pasar un par de días más aquí encerrado y tomar de una poción (que según Ron era como ser condenado a muerte) y luego volvería a ser el mismo niño amargado de siempre.
- Pero soy más madura – sonreí.
- Como sea, ¿dónde está Harry? - preguntó el pelirrojo.
- Oh, debe estar entrenando al equipo de Quidditch. Hay partido, ¿recuerdas?
- Ese McLaggen – escupió - ¿por qué no audiocionaste tu?
- No me gusta el Quidditch. Lo lamento – reí.
- Dile a Harry que se lo haga difícil – dijo con una sombra de maldad en su rostro. No hizo falta que se lo dijera porque justo al finalizar esas palabras, el muchacho de ojos esmeraldas entró a la habitación. Hablaron durante unos minutos hasta que, por tercera vez, Ron volvió a nombrar a Cormac.
-¿Entonces como está McLaggen? - le preguntó a Harry nervioso.
-Ya te he dicho - dijo Harry pacientemente - Podría ser un jugador de clase mundial y no lo quiero mantener. Se la pasa tratando de decirnos qué hacer y piensa que puede jugar todas las posiciones mejor que el resto de nosotros. No puedo esperar para librarme de el. Y hablando de molestarse con alguien - Harry agregó, poniéndose de pie y tomando su saeta de fuego - ¿podrías dejar de hacerte el dormido cuando Lavander viene a visitarte? Me esta volviendo loco también.
- Oh - dijo Ron, avergonzado. Reí – Sí, está bien.
- Si no quieres salir con ella le deberías decir - agregó Harry.
- Si... bueno... no es tan fácil o ¿si?- dijo Ron.
- Es más sencillo de lo que imaginas. Solo inventa una excusa y por más absurda que sea, te libras de ella – dije yo.
- ¿Cómo?
- Oh pues, puedes decirle el típico "no eres tu, soy yo" - dijo Harry esta vez.
- O "mi amor es el mar" o uno nuevo, "soy el elegido".
Reí ante la mirada fulminante de Harry.
Ron tomó aire y agregó.
- Hermione ¿vendrá antes de ir a ver el partido?
- No, de hecho ella ya esta en el campo con Ginny.
- Ahora, pequeño Ronnie – dije tomando mi sudadera de Gryffindor. Era una sudadera que había confeccionado por mi cuenta recordando que tenía una así de Ilvermorny – debo irme.
- De acuerdo. Gracias por venir, Aadhya – sonrió dulcemente y me acerqué para plantar un beso en su cabello para luego salir de allí dejándolo con Harry.
Apenas cruce la puerta de salida de la enfermería y sentí como unos brazos me sujetaban. Volteé para encontrarme con los hermosos ojos grises de mi rubio. Sus labios capturaron los míos formando un beso en modo de saludo.
Draco y yo estábamos saliendo desde aquel día, en el cual decidimos amarnos sin prejuicios ni barreras. Solo él y yo contra el mundo.
Me había sentido realmente mal luego de saber por todo lo que pasaba. Había sido una completa perra y lo lamentaba, luego de verlo tan desesperado. Era lamentable verlo así y más para mi que siempre lo había tenido como un chico despreocupado que no se lamentaba nada en la vida, pero por primera vez me di cuenta de que Draco Malfoy era humano y no un dios en tierra. Me había propuesto acompañarlo y cuidarlo en lo que sea.
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No debiste volver | [D.M]
FanfictionA veces creo que solo estaba enamorada del recuerdo que tenía de él, por eso ponía tanto empeño. A veces creo que perdí mucho tiempo con ese juego, que en realidad para mi no lo era. Tal vez... tal vez si todo hubiese sido diferente desde el comienz...