Esto de las rivalidades era completamente estúpido ¡ni mesas se podían compartir con otras casas! O bueno, entre leones y serpientes. Las miradas de desprecio de las serpientes junto con las de desaprobación de los leones estaban puestas en mi desde que entre al Gran Comedor.
- Es un tanto deprimente – comenté tratando de dejar de lado esa sensación de incomodidad que me provocaban.
- Dices que es culpa de Quien-tu-sabes, ¿no?
- Sí, lo vi perfectamente.
- ¿Ya te iras? - pregunto aquella misma chica de voz chillona y cara de perro que la otra vez.
- No – respondí de manera cínica. Hubieran podido echarme a patadas de este lugar pero gracias a mis amenazas más la de Zora seguía sentada en la mesa de Slytherin.
- Dile que se vaya, Draco – murmuró bajo pero pude escucharla.
- Callate Pansy.
Sonreí satisfecha. Draco me dedico una mirada inexpresiva y volvió a sumergirse en su mundo. Realmente no sabía si intentar acercarme a él o acatar a sus ordenes, pero estar cerca suyo era algo que necesitaba y me obligaba a mi misma a creer que ambos lo necesitábamos. Lo había intentado durante estas dos semanas pero él simplemente desaparecía y nadie sabía donde estaba.
- ¿Se lo dirás a Dumbledore? - preguntó Zora junto a mi con su vista también en Draco Malfoy.
- Es lo que debería.
Los alumnos de Slytherin estaban exageradamente apartados de nosotros por lo que era muy difícil que nos escucharan. Necios. Preferían estar amontonados e incómodos a estar sentados cerca de nosotras.
Nos levantamos de nuestros asientos para ir a clases de Transformación. En el camino me cruce con mis amigos quienes estaban un tanto molestos porque estos días solo me juntaba con Zora, Theo y Blaise Zabini. Bueno, digamos que solo Ron era el que estaba realmente molesto, a Harry solo le preocupaba que los Slytherin me hicieran algo y a Granger le daba completamente igual. Claramente, los demás Slytherin no sabían que Theo y Blaise se juntaban con una "sucia" Gryffindor (apodo en cortesía de la cara de perro), solo creían que estaban junto a mi porque era amiga de Zora y estos dos querían ligar con ella. Como todo Slytherin.
Las únicas clases interesantes eran esta y, aunque me cueste decirlo, las de Defensa Contra las Artes Oscuras. Todo lo que estaban dando los había aprendido en mis años anteriores. La clase de Transfiguración del día de hoy consistía en conjurar canarios, hechizo que aprendí en cuarto año. Solo Zora, Hermione y yo logramos hacerlo.
El día había pasaba aburrido de clase en clase metiéndonos trescientas tareas cada profesor hasta que finalmente tuvimos periodo libre y mi serpiente y yo decidimos deambular por la escuela descubriendo lugares nuevos cada vez más. Cada minuto que pasaba por los pasillos del castillo me daba cuenta de que tenía un encanto inusual, algo misterioso y enigmático. Pero que sin duda sabía cómo enamorar. Al igual que los ojos grises.
- ¿Y si nos fugamos de la escuela? Quien diría que Hogwarts resultara tan aburrido.
- Creo que le hacíamos falta nosotras – dije.
- Oh, ¿y si organizamos una fiesta? - exclamó con entusiasmo.
- ¿Donde lo haríamos? Recuerda que nadie puede entrar en nuestras salas comunes y luego esta aquel molesto conserje.
- Esta el bosque prohibido, cielo.
- No lo sé, Zora.
- Vaya Aadhya, ¿desde cuando eres tan aburrida? - inquirió con burla.
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No debiste volver | [D.M]
Fiksi PenggemarA veces creo que solo estaba enamorada del recuerdo que tenía de él, por eso ponía tanto empeño. A veces creo que perdí mucho tiempo con ese juego, que en realidad para mi no lo era. Tal vez... tal vez si todo hubiese sido diferente desde el comienz...