Capitulo 24: Encuentro a medialuna.

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Narrador omnisciente.

El manto estrellado las cubría mientras ambas se acostaban en el césped artificial del bosque. No tenían noción del tiempo pero aún estaba oscuro. Los efectos de los hongos se estaban disipando de a poco pero el alcohol seguía en su sangre.

- Creo que estoy muriendo – dijo en medio de balbuceos. Zora río.

- Deberías ir a recostarte un rato – dijo. Ya podía escuchar su voz normal, pero su cabello seguía brillando.

- No se si pueda ponerme de pie.

- Yo te ayudo – dijo levantándose para tirarle del brazo e intentar ponerla de pie – Vamos, a dormir.

Con fuerza sacadas de alguna parte, Aadhya logró ponerse de pie. Zora la tomo por los hombros y, tambaleando, la guió hasta la salida.

- Ve con cuidado. Te acompañaría pero debo ayudar a los drogados.

- Descuida – dijo sintiendo nauseas.

Cuando la pelirroja se adentro de nuevo en su obra, Aadhya comenzó a caminar temblorosa hacia alguna parte con un vano intento de hacer silencio para que no la notaran. Los cuadros que decoraban los pasillos la veían, algunos preocupados, otros con pena y la mayoría con enfado. La morena no podía guardar silencio, reía y cantaba de a ratos. Aún estaba en su "viaje".Mientras tanto, pisos más abajo se encontraba un muchacho con los cabellos de oro y con el ceño fruncido sentado en su Sala Común pensando en la anteriormente mencionada. Llevaba días y días sin hablar con ella, casi sin verla. Se había empeñado en evitarla para olvidarse de aquella última confesión, por eso pasaba más tiempo de lo normal reparando el armario. Si hubiera sido por él, no habría dicho nada pero la poción seguía haciendo efecto entonces salió de su boca sin que pudiera darse cuenta. Estaba un poco molesto consigo mismo, y digo un poco porque se estaba acostumbrando a ser débil con Aadhya. Eso también era algo que no admitiría nunca: Draco Malfoy era débil ante ella. Siempre tuvo control sobre todo, en especial sobre sus sentimientos, pero cuando de Aadhya se trataba todo el control no funcionaba y ahora la extrañaba. La extrañaba tanto que ya no le interesaba ser egoísta y apartarla para protegerla como su madre se lo había pedido.

- El señor tenebroso la esta buscando, Draco. Y tu lo sabes muy bien, ¿por qué te metes en más problemas de lo que tenemos? - le había dicho. Su madre siempre fue dulce pero aquella vez estaba molesta. Era obvio, estaba preocupada por su hijo y la misión que le habían mandado.

- Lo siento, mamá – era lo único que respondía durante aquella media hora.

- Draco – su madre lo tomo por el rostro. Lo había llevado lejos de su casa para poder hablar sin que los mortifagos escucharan y los delaten – siempre quise a esa niña y lo sabes, pero no es momento de relacionarnos con ella. ¡Podrían usarla para manipularte! No quiero que nada te pase, cielo. Por favor, alejate de ella.

Draco asintió pesadamente.

Su plan al volver a Hogwarts era deshacerse de Nott e iniciar aquello que tanto quería con Aadhya, pero su madre descubrió la carta que ella había envidado y tuvo que dejarlo de lado luego de eso. Cuando la vio desilusionada aquel día, quedo devastado. No dijo casi nada, ella solo saco sus palabras de la boca y el no podía oponerse a lo que decía. La siguiente semana quería intentar acercarse a ella pero no había aparecido ninguno de esos días, hasta el día de la confesión. Luego de eso volvió a ser lo mismo pero él era el que se alejaba y ya se arrepentía de eso, la extrañaba. Entonces recordó la invitación de Zora a su fiesta y pensó que esa era la oportunidad perfecta para arreglar las cosas con ella, pero se acobardó. Pensó en ir un rato pero no tenía fuerzas para hacerlo.

No debiste volver | [D.M]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora