16. María Gracia

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*chupeta: reunión que se hace para tomar.

*Cachar: tener relaciones sexuales.

*Arrecho: estar excitado sexualmente.

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— ¿Maga, hoy vas a la chupeta?—pregunta Javier.

—Sí, sí. A las nueve, ¿no? —pregunto para confirmar.

—A las nueve en mi casa, bebé. No te olvides de llevar a Luciana —dice como burlándose.

—Ya supéralo —digo.

—Ay Maga, sabes que es joda. No te amargues.

—Ya —respondo.

Me paro para botar algo. El tacho está al lado de la puerta y esta está abierta, entonces yo voy y me quedo apoyada en el marco de la puerta. De ahí veo que Gabriel —en el salón que está casi al frente del que estoy— se acerca a la puerta para botar algo también y me mira, yo sonrío.

Hoy irá a la chupeta y, normalmente después de tomar jugamos a la botella borracha de besos. ¿Y si jugamos eso y finalmente nos besamos? Ya se ha vuelto para mí un deseo y puede que suene ridículo, pero hasta soñé con eso. Mi sueño fue rarísimo, el punto es que nos besamos y me encantó, lo peor es que quería más. No puedo querer más.

—Maga —se acerca Luciana— ¿estás bien?

Boto el aire retenido y contesto: —Sí, todo tranquilo. ¿Hoy vas a la chupeta?

—Sólo si va Fernando —sonríe—no quiero que haya otro conflicto entre él y Javier.

—Que lindos —comento—espero que duren mucho más.

Suena el timbre, agarro mis cosas y vuelvo a la puerta.

—Formen dos filas para salir —indica la miss.

Al fin es salida, y como es viernes, me juntaré con Mariana para luego ir a la chupeta. Esta semana se ha pasado rapidísimo y eso me alegra. Dios, ya quiero que acabe el año, que se pase rápido y terminar de usar el estúpido uniforme para al fin usar mi bata de doctora forense. Realmente es mi sueño.

—María Gracia —llaman y me encuentro con la mirada de Edward. Se acerca y toma mi mano. Mi primera reacción es poner una cara de disgusto, pero no es mi intención ponerla— si hoy nos besamos...—no termina de hablar porque le interrumpo soltando nuestras manos.

—Si hoy nada. No se te ocurra tocarme ni un solo pelo nunca más, Edward. Entiende que lo nuestro es historia.

—Y una muy bonita.

—Un error.

—Que te encantó —lo odio. Tiene razón, pero no le daré el gusto. Ruedo los ojos y acelero mi paso para bajar las escaleras—María Gracia, por favor. Ya, ya no te fastidiaré más, pero hay que ser amigos.

¿Amigos? Esto debe ser un sueño

Edward Nichols está pidiéndome que seamos amigos, debe estar tramando algo.

— ¿Es en serio?

—Sí —sonríe.

—Estás planeando algo, ¿cierto? —lo encaro.

—Te prometo que no hay nada detrás, sólo es que seamos amigos como antes de que todo esto pasara —si es que alguna vez me vio como amiga...

—No lo sé, Edward.

—Tú fuiste la que me pidió eso en un principio, ¿recuerdas?

Mierda, yo y mi bocota. Sé que él y yo no podremos ser amigos por un laaaargo tiempo.

Eres solo mía.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora