29. Gabriel

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Coya: Esposa del Inca

Chasqui: Mensajero del Inca

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Dios, está ha sido la pelea más larga que hemos tenido. Si casi moría en estas horas con solo pensar que nunca más la volvería a besar, no me imagino si es que pasaban días.

—Realmente me alegra que hayas terminado con el idiota ese —confieso entre besos.

—Yo también —responde y pasa a besar mi cuello despacio lo cual logra excitarme. Ay algo ahí abajo que quiere darse a conocer.

—Maga —digo con una voz ronca.

— ¿Si? —responde sin parar de dejarme besos, luego muerde con delicadeza el lóbulo de mi oreja.

—Me encantas —digo y ella me mira sonriente.

— ¿Y eso?

—No puedo seguir mis días si es que no doy por hecho de que realmente eres mía —digo y ella me mira confundida— te quiero en serio y tal vez la vida me da a entender de qué no podemos seguir así si no tenemos una relación clara.

— ¿Qué quieres decir?

—Quiero estar contigo. Muero por estar contigo, pero yo espero a que estés lista y a este punto tengo miedo de que vuelva a pasar un acontecimiento parecido al de Fátima y te engañe por pensar que no estoy con nadie —digo honestamente.

Ella se queda observándome detenidamente, luego, pasa su mano por mi mejilla y sube y baja su pulgar como acariciándome, lo cual de cierta forma me relaja y cierro los ojos. De ahí arregla unos pelos que están en mi cara y acaricia con cuidado mi moretón en el ojo.

Finalmente suspira y responde —Yo tampoco quiero que pase de nuevo, pero también siento que es muy rápido, ¿entiendes? —asiento— hay que seguir saliendo y bueno, de acuerdo a cuanto nos conozcamos y todo eso, entramos en una relación formalmente —dice con una sonrisa la cual me hace sonreír también.

—No aguanto las ganas de que por fin seas mía. Oficialmente —digo y ella se ríe.

—Querido, yo no soy de nadie.

—Eres sólo mía —contesto y antes de que ella diga algo, la beso. Sus labios son como un vicio para mí, son completamente adictivos.

Después de un rato besándonos, mi madre llama preocupada y tengo que ir a mi casa. Por suerte no me hizo muchas preguntas respecto a las heridas en mi cara y agradece que Maga estuvo para curarme. Yo también agradezco eso y ahora si me siento tranquilo por cómo quedamos con Maga. El sábado volvimos a salir y esta vez fuimos al cine a ver Insurgente, realmente buena la peli, aunque ella dijo que el libro es mejor. Siempre dicen eso.

Pasan los días hasta que es martes y estamos en la clase de Cívica.

—Muy bien, chicos. En estos últimos minutos de clase solamente para explicarles sobre el proyecto prácticamente anual que llevarán a cabo.

—Aj, proyecto anual —comenta Renato, que se sienta al frente mío— eso quiere decir que será largo y complicado.

—Tendrán que hacer una tesis.

—Woo, ¿eso que se tiene que hacer para tener una maestría o un título? —pregunta Mariana.

—Sí, no quiero que para ese momento no tengan ni idea de cómo se hace porque realmente es complicado.

— ¿Usted sobre qué hablo en su tesis? —le pregunta Fernando. Y la miss comienza a contarnos sobre su vida. Es chévere cuando los profesores pierden así el tiempo.

Eres solo mía.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora