44. María Gracia

1.1K 52 3
                                    

Realmente no lo dijo.

Nos vamos apenas acabe el año. Así que ese intento de amorío que tenías con tu amiguita tiene que desaparecer.

Miro a Gabriel. Realmente no lo puedo creer.

Él me mira a mí.

—Es como si te dijera a ti que te alejes de mamá —responde él y la otra línea se queda en silencio— me tengo que ir papá, adiós —corta la llamada y me mira.

El taxi se detiene ya en el paradero y salgo del auto. Inmediatamente todo el timbre de la casa y espero a que Fercho responda.

—Maga —llama Gabriel— por favor, no reacciones así. No es fácil decir estas cosas.

—Te vas —respondo molesta.

—Por favor entiende.

— ¿Qué cosa? ¿Que no tienes los huevos para decírmelo? Eso lo entiendo bien.

Respondo bruscamente y se queda en silencio. La puerta se abre y deja ver a Paty

—Hola Paty —saludo y entro. Me dirijo inmediatamente a la sala, Gabriel no dice ni una palabra.

ENCIMA.

—Hooolaaa —se acerca Mariana— ¿pasó algo?—eso último me lo dice susurrando.

—Gabriel es un idiota.

— ¡Mano!—habla Rodrigo y se acerca a Gabriel.

—Luego te cuento —le digo a Mariana.

—Maga, déjame hablar contigo, por favor.

Ruedo los ojos y acepto. Entramos a la primera habitación que vemos. Veo bien el lugar, que no haya nadie y luego me paro al frente de él.

—Habla.

—Mi padre pidió la residencia hace 10 años. Yo no tenía conciencia de si quiera de qué era una visa. Si la tenía o no, no me importaba. Tenía 7 años, Maga. Pasan los 10 años y me entero de esto. Yo no lo sabía. Ellos siempre planean sin si quiera preguntarnos qué es lo que queremos nosotros. Creen que es lo mejor para nosotros pero no.

Lo miro. Sé que es honesto y entiendo completamente la situación. Se acerca y pone sus manos en mis mejillas.

—Preciosa, yo quiero estar contigo —dice y miro sus labios, luego a sus ojos.

—Yo también, Gabriel, o sea, es la primera vez en tanto tiempo en la que me siento realmente bien. Feliz. No quiero que esto se vaya jamás.

Lo miro triste y él toma mi mano, le da un beso.

—Te quiero, María Gracia —dice acariciando mi mejilla.

Yo sonrío y junto nuestros labios. Primero es un beso suave y dulce.

—Ahora eres mía —dice mientras me abraza por la cintura y yo sonrío.

— ¿Disculpa?—respondo.

—Ahora eres mi novia —dice. Es lindo escucharlo decir eso— eres mi señorita enamorada —me río y se acerca más— eres sólo mía —dice y sin esperar más, lo beso. Pero esta vez más intensamente.

Así es como pasa el tiempo. Las semanas, los meses. Después de 4 meses juntos, estamos sábado 26 de septiembre, o sea día del cumple de mi amado.

Hoy lo que he planeado para él, es un picnic en el Olivar —ese gran parque donde Rodrigo le pidió a Maga— le he cocinado su plato favorito y su postre favorito. Mi madre me autorizó para llevarme el vino y vamos a brindar porque Gabriel ya cumple 18.

Eres solo mía.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora