Mio, y para siempre (FINALIZADA)

Capitulo 3 "Arrepentimientos"

Peeta POV

-¿Qué?- me pregunto divertida y seguimos besándonos, me encantaba hacerlo, me encantaba besarla, sentía que podía desnudarla y hacerla mía hasta que el sol desapareciera, pero supe que antes tenía que tener respuesta a mi proposición.

-¿quieres casarte conmigo?- repetí, acariciando el límite de su rostro, los remolinos de cabello oscuros en su frente.

-pero...-parecía confundida y feliz a la vez- ¿Por qué?- inquirió y sospeche que siempre pediría explicaciones a mis actos ¿tan difícil de entender era que quería a una mujer como ella en mi cama?

-no puedo dejar de pensar en ti- confesé y se vio asombrada por mis palabras, me acerque porque no soporte la tentación de sentir mi lengua en su boca, por Zeus, la necesitaba demasiado.

-no es a mí a quien tienes que preguntar- contemplo mi pecho, luego mis ojos- mi padre es quien...

-no me importa lo que tu padre tenga que decir al respecto-reconocí- ni mucho menos me importa si tus hermanos se oponen, lo único que me interesa saber es si quieres ser mi mujer, te lo estoy pidiendo a ti, no tengo porque pedírselo a ninguno de ellos.

-entiéndeme por favor- pidió- yo no puedo decidir algo como esto.

-si no me contestas pronto pensare que no quieres- pareció alarmada- dime que quieres- pedí acariciando su suave mejilla, sabía que sus dudas no se debían a que no quisiera sino a lo que su familia pensaría al respecto- hablare con los hombres de tu familia solo hasta que me contestes- prometí.

Entonces pareció más tranquila, y no aparto la vista de mis ojos cuando asintió con una sonrisa, esta vez fue su turno de acercarse a besarme, me sostuvo el rostro entre las manos, mientras yo con las mías la acercaba por su cintura, tan cerca, tan cerca como la quería.

-quiero- me dijo con ojos brillando-pero...-la callé con mis labios.

-no hay peros-le susurre- te casaras conmigo y punto- ambos reímos y solo nos callamos cuando nos concentramos en besar la boca del otro, sentir su cuerpo entre mis brazos, su olor rodeándome, era más de lo que había esperado, ella sería mi esposa, lo seria...

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-No-Mauro Everdeen no lo pensó ni dos segundos, su respuesta parecía determinante, en todo caso podría raptarla y pondría fin a tanta formalidad, aun no sabía porque estaba haciendo esto, quizá fue porque mi padre me obligo.

-está bien-mencione levantándome de mi lugar, estaba decidido, tendría que llevármela.

-Peeta siéntate- ordeno el señor Mellark mirándome seriamente, él sabia de mis planes, y era el interesado en hacer las cosas bien en realidad, a mí lo único que me había importado todo el tiempo era la respuesta de Katniss, de nadie más, si ella quería ser mi mujer entonces para mí no había nada que se lo impidiera, eso pensaba, pero mi padre no estaba muy de acuerdo.

-Mauro, no has dejado que Peeta se explique- empezó hablando con paciencia, con el hombre que parecía que iba a gritar en cualquier momento ¿Por qué era necesario tanto espectáculo?

-ella quiere casarse conmigo- sentencie- ya se lo he pedido y me ha dicho que sí.

-¿Qué?- pregunto entre indignado y enojado, el señor Mellark me miro definitivamente molesto.

-entiéndelo- trato de pedir a Everdeen mi progenitor- no piensa bien lo que hace...

-¿y así pretendes que le conceda a mi hija?- pregunto incrédulo.