Capitulo 30 "Cada día"

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Peeta Pov

-¿te has enterado lo que le paso a Everdeen?- escuche que un hombre le dijo a otro a mis espaldas. Deje el vaso que tomaba en la mesa y escuché su conversación.

-¿Qué?- pregunto el otro con interés.

-su nieta, la única que tiene se ha perdido- revelo y fue como si mi corazón se detuviese al escucharlo- al parecer desapareció de su propia casa, y esta ofreciendo cualquier favor a quien se la devuelva.

Luego de un mínimo silencio uno de ellos suspiro, mientras, yo empezaba a hiperventilar.

-ojala la encontrase, ese hombre podría darme lo que quisiese- comento luego, casi sin interés, no me extrañaba que lo que menos le preocupara fuera la desaparición de una niña.

Salí de la posada donde desayunaba cuando ambos sujetos hablaban sobre las características de mi hija.

No necesitaba escucharlos porque nadie podría conocerla más que yo, y nadie estaría más ansioso de encontrarla.

La desesperación y la rabia me consumieron mientras recorría las calles de la ciudad buscándola. Algo muy dentro me había dicho que no haría bien al marcharme de inmediato, y ahora mismo entendía la razón.

Había pasado semanas escondiendo me como un ladrón. La ciudad era grande, pero la familia Everdeen era muy conocida, y temía que alguien me viese y reconociese para después advertirle a Mauro que no me había marchado de Atenas como seguramente pensaba.

Me había quitado toda la barba y el cabello para pasar inadvertido, y hasta el momento me había funcionado. El poco dinero que llevaba conmigo se había acabado hacia semanas, pero vivía de trabajos que podía realizar en el puerto esporádicamente.

Cada día por las tardes había esperado afuera de la casa de la familia de mi esposa, oculto de la vista corriente, con la esperanza de poder ver al menos desde lejos a mis hijos y...

Katniss, cada día había pensado en ella, me lamentaba por haberme marchado sin darle una razón, sin darle una explicación.

Solía prometerme cada día que si la veía de nuevo, entonces hablaría con ella, pero no la había vuelto a ver desde que me marche aquella noche, ella nunca había salido de su prisión.

Me sentía miserable por haberla condenado a regresar a su jaula de oro, hasta hoy había estado convencido de que estarían seguros en un lugar tan vigilado, pero al parecer había estado equivocado.

Mientras recorría las calles de la ciudad sin encontrar a mi hija, iba escuchando que los rumores de su desaparición se extendían a cada ciudadano.

Al parecer mi suegro era mucho más poderoso de lo que pensaba. Todos anhelaban encontrar a la niña Everdeen, planeaban hacerse ricos a su costa.

Yo no podía pensar en nada más que en recuperarla, no podía dejar de afligirme el que ella se encontrase en peligro, era mi culpa, lo sabía, si hubiese estado a su lado jamás se hubiese perdido y...

Deje de caminar y permití que mi cerebro funcionase racionalmente.

Si Prim había desparecido en medio de la noche podría ser porque alguien se la hubiese llevado o...

FLASHBACK

-¿A dónde vamos?- me pregunto mientras sostenía su mano en la mía y caminábamos hacia el mar.

-me has pedido que te lleve a mi sitio favorito en Atenas- le recordé mirándola a mi costado, ella sonrió alegre.

-¿vas a llevarme?- pregunto con ilusión.

Mio, y para siempre (FINALIZADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora