Capitulo 29 "Solo una niña"

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Katniss Pov

Abrí los ojos ligeramente cuando sentí que Silas intentaba bajarme el camisón.

-tranquilo- susurre ayudándolo en su tarea, y deje al descubierto un pecho que rápidamente tomó con su boca.

Pestañee somnolienta y mire el sitio a nuestro lado, la cama parecía recién hecha, como si las sabanas no hubiesen sido removidas desde el día anterior.

-¿Dónde estará tu padre?- pregunte a mi hijo tomando una de sus manos en las mías, me miro con sus despiertos ojos azules...

Trate de fingir que no sentía una horrible presión en el pecho, que me advertía que algo no estaba bien.

Luego de alistarnos salimos a deambular por los pasillos de la casa.

Había estado un solo día de regreso, pero sentía como si llevará mucho tiempo ahí.

El levantarme sin una tarea pendiente resultaba extraño, me había acostumbrado a despertarme temprano cada día y empezar este preparando el desayuno.

Como cada rincón de la casa estaba vacío, decidí buscar a mi hija en su habitación y después a Peeta para que pudiéramos compartir un momento en familia.

Prim aún dormía cuando la levante con muchos besos en su rostro, y sonrió cuando Silas se tiró sobre su abdomen.

-¿Dónde está papi?- fue lo primero que me pregunto luego de desearme Buenos días.

-te vestiremos y lo buscaremos- le prometí ayudándola a incorporarse sobre su enorme cama y sacándole la ropa de dormir por la cabeza.

-tuve un sueño feo mami- me conto y siguió hablando sobre su pesadilla.

Se había despertado en medio de la noche por un sueño espantoso en el que se perdía, sola, en medio de la oscuridad y no encontraba forma de volver.

-sólo fue un mal sueño- bese su cabeza mientras cepillaba su cabello largo y suave- no fue real, te prometo que nunca voy a sacarte la vista de encima.

Me sonrió y después me abrazo para terminar de aplacar los malos recuerdos.

Cuando estuvo lista salimos a pasear por la casa, mientras buscábamos a su padre le enseñaba cada lugar que no había visto el día anterior, la casa de mi padre era enorme y quizá por eso ella había temido perderse.

-papi no está aquí- me aviso cuando volvió de fijarse si se encontraba en una parte del patio.

Me preocupe porque no espere que el se fuera sin avisarme, era obvio que mi familia lo incomodaba en varios sentidos, quizá había salido en un busca de algún conocido, no lo sabía, pero lo regañaría cuando regresase.

Lleve a los niños a desayunar, y lo conocido parecía gustarle más que todas las cosas nuevas que habían tenido que vivir hasta el momento.

Silas agarro un pan y sentado desde mi regazo lo lamió, Prim seleccionó la fruta antes de los bocadillos dulces que le habían servido por montón.

Los consentían mucho, pensé, y eso era bueno hasta cierto punto. Con Peeta siempre habíamos estado de acuerdo en que los niños necesitaban límites, y ganarse las cosas en vez de ofrecérselas sin más.

Quizá era solo un detalle, y unos cuantos dulces no afectaban a nadie, pero no me gustaba que de repente cualquier persona interfiriera en nuestros modos.

Me lamentaba porque esa certeza no lo había sido sino hasta la noche anterior, nunca me había arrepentido tanto como ayer, cuando pensando que el consejo de Glimmer era el mejor, casi deje que mi hijo fuera alimentado por otra mujer.

Mio, y para siempre (FINALIZADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora