Peeta Pov
-¿pueden acompañarnos Alessa y Apolo?- pregunto Prim al padre de Katniss.
-¿ellos siguen viviendo aquí?- inquirió Everdeen a Katniss directamente, como si una respuesta afirmativa fuera inaceptable.
-han vuelto con su padre hace unas semanas- le contó mi esposa aún apenada, sin notar el alivio de su progenitor.
-tienes muchos primos en Atenas- le hablo el hombre entonces a mi hija- no vas a aburrirte, tendrás con quien jugar.
-¿eso quiere decir que no pueden venir?- Prim perdió el entusiasmo.
-te acostumbraras- aseguro el tomando con su mano la mano pequeña de Prim, casi podía sentir hervirme la sangre bajo la piel.
Me mantuve en silencio porque temía abrir la boca y expresar todo lo que estaba sintiendo.
Lo menos que necesitaba en estos momentos era preocupar a Prim con mi enfado, o alterar a Katniss echando a su padre de mi casa como deseaba.
Cuando Apolo me hablo de un hombre en mi casa y me lo describió, me estremecí y después corrí hacia ella, afligido por la posibilidad de llegar demasiado tarde.
Su aparición repentina en Esparta, era como un castigo para mí.
Luego de haber decidido hablar con mi esposa y admitir la verdad, el hombre se aparecía como un recuerdo vivo de las malas decisiones que había tomado en un pasado, antes de que pudiera reunir el valor.
Había sido estúpido, muy estúpido al aceptar las condiciones de aquel ateniense, y había esperado que la renovada confianza que Katniss me tenía la hiciera comprender la situación sin odiarme.
Pero estime eso solo hasta que Everdeen se apareció de nuevo en nuestras vidas, ahora me encontraba receloso de ser sincero con la madre de mis hijos, temía su reacción ¿me despreciaría? ¿Se iría con su padre sin mirar atrás?
No estaba dispuesto a averiguarlo, y por lo mismo guarde silencio...
-----
-papi- Prim dejo de saltar en la cama y se arrojó sobre mi torso, deje de mirar un punto lejano y la mire, sus dedos me acariciaron la frente- ¿Por qué estás enojado?- la pregunta llamó la atención de Katniss, que paseaba por el cuarto con Silas en brazos procurando que este se durmiera.
-no estoy enojado- fingí una ligera sonrisa y tome su mano en la mía para besar el dorso, ella me mostró todos sus dientes sonriendo igualmente, creyendo lo que decía y después recostó la cabeza en mi pecho.
Mire sus ojos cerrados y acaricie su largo cabello rubio, sin poder dejar de mirarla.
Capte cada detalle de su hermoso rostro, sus refinadas cejas, su pequeña nariz, sus largas pestañas, sus labios y mejillas sonrosadas...
Sentí rabia y miedo a la vez.
Nunca me había creído tan incapaz de cuidarla como hoy, nunca imaginé que el día de decirle adiós llegaría, siempre había tratado de ignorar el recuerdo, mi pasado. Ahora que la tenía, ahora que ella había sido mía por tanto tiempo, mi alma se negaba a dejarla marchar.
-¿qué te pasa?- susurro Katniss cuando se acostó a nuestro lado, mi hijo se abrazaba a ella con fuerza, como la mayoría de las noches, casi me parecía irreal que la tranquilidad de nuestros días se viera perturbada por la aparición de un solo individuo.
-nada- repetí también bajo y ella frunció el ceño en las penumbras.
-hasta Prim se ha dado cuenta que algo sucede- me hiso ver- sé que la aparición de mi padre fue una sorpresa...
ESTÁS LEYENDO
Mio, y para siempre (FINALIZADA)
FanfictionNo puedes elegir de quien enamorarte ¿cierto? Ni cuando sucederá, ni cuanto durará. A veces sólo pasa, y es demasiado tarde cuando quieres detener eso que todos llaman amor. ¿En realidad era lo que esperabas? ¿Qué se supone tienes que hacer si no...