Capítulo 10

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Camino entre el bosque con una mano en la rodilla. Visualizo a Daren viniendo hacia mí junto a Tyler. Cada uno me toma de un brazo, y me ayuda a caminar.

—¿Estás bien? —pregunta Tyler.

—Sí.

Aiden, David y Tate esperan en la entrada trasera. Ya en la comodidad del sofá y una mejor iluminación, miro la cortada en mi rodilla. No parece tan profunda.

—¿Qué te ha dicho? —Daren se sienta a un lado de mí.

—Es una mala idea.

—¿Mala idea? —pregunta Tate.

—Daren, mis padres y yo partiremos mañana por la mañana. Nos iremos de Blackbear.

—No, tú y yo tenemos un trato —difiere David acercándose a mí. Daren se levanta al instante y lo detiene con la mano.

—¿Quién te crees? ¿El dueño de esta casa? ¿El novio de Allison? —pregunta tras pregunta por parte de Aiden.

—Eso no te incumbe. Y sí, vivo en esta casa.

Los Brooks me miran con cierto aire de sorpresa. Ignoro sus expresiones.

—No podremos contra ellos. Moriremos.

—No, eso no pasará —Tate se apresura a protestar.

—Francis me lo dijo. Por eso no estoy muerta. Quiere que vea cómo todos mueren, uno por uno frente a mis ojos.

Daren se pone de cuclillas y me mira directamente a los ojos evitando que me suelte a llorar. Lo miro, sintiendo una enorme tranquilidad. Quita el cabello de mi rostro, Aiden aclara la garganta interrumpiendo el momento.

—¿Y piensas huir? —reta Aiden.

—Haremos lo que quieras. Hablaré con tus padres cuando lleguen.

—Gracias, Daren.

—Entonces haremos esto por nosotros mismos —finaliza David y sale de la casa dejando la puerta abierta.

—Estaremos en casa por si cambias de opinión —tercia Tate y sale. Aiden solo nos mira despectivo y camina detrás de él.

Tyler se queda en silencio algunos segundos.

—¿Hay algo entre ustedes? —pregunta como niño pequeño, decepcionado y sorprendido.

—No, Tyler —respondo.

—No creo que sea buena idea huir. Allison, hemos regresado por esto, por ti.

—Entiéndeme, no quiero que esto resulte una tragedia.

Mira hacia el techo y baja rápidamente la mirada. Está decepcionado, lo puedo sentir. Antes de salir por la puerta, agrega en voz baja:

—¿Qué te sucedió en estos meses?

La puerta se cierra de un fuerte folpe.


Son las doce de la noche y alisto la maleta. Me tomo un descanso en el borde de la cama, dándole la espalda a la ventana. Inhalo profundamente y retengo el aire algunos segundos hasta sentir un ligero mareo. Emma y yo solíamos hacer ese ejercicio ya que éramos lo suficientemente miedosas como para consumir drogas que provocaran la misma reacción.

—No deberías hacer eso.

Saco el aire al escuchar la voz de Aiden. Me doy la media vuelta quedando en una posicion de indio encima de la cama. Él se recarga en la pared con las manos metidas en los bolsillos de su pantalón. Su mirada está fija en mí, no como aquella vez en la cafetería.

ETERNALLY ANGEL ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora