Capítulo 23

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—¿Cazando?

—Es lo que hace cuando alguien le interesa.

—No suena tan mal —comenta Reik mientra se recarga en la parte frontal de la camioneta.

—No, hasta que asesina a todos tus amigos y familiares para dejarte vulnerable. Después recurres a él, quien te lleva con Daír y comienza el proceso de reclutamiento.

—¿Por qué hace todo eso? —pregunta Tyler con inocencia.

—Quiere un imperio, Tyler —responde Aiden con los brazos cruzados.

Mientras ellos hablan no puedo dejar de pensar en Alec, mi abuelo y mis padres. Todos están en Vancouver y seguramente se dirige hacia allá.

—Daren. Daren, m-mi familia está en Vancouver. Él v-va para allá.

En verdad me siento muy nerviosa. No quiero colapsar por culpa de la idea que es perderlos. No me lo perdonaría. Tal vez es algo que merezca después de lo que hice con Sophia, pero no cambia el hecho de perder lo poco que me queda.

—No puedo dejarte sola, Allison.

—Pero yo puedo ir y asegurarme de que estén bien. —Se ofrece Reik—. Te odio, Allison. Pero no quiero estar aquí cuando todo se ponga feo.

—Yo iré contigo —Tate se ofrece de igual manera—. No te odio, no podría odiarte. Pero Reik es muy distraído.

—Sí, está bien. Gracias.

—Bajen las llantas de repuesto y váyanse en el auto de Allison. Nosotros volveremos —Aiden parece el líder, pero es más que claro que el que está enfrente, es Daren. Por el simple hecho de conocer a Dair.

Ellos no tardan ni un minuto en hacerlo. Pero antes me dan mi bolso junto a mi celular. Tate y Reik se quedan en el lugar. Antes de subirme en la parte trasera junto a Tyler, Daren toma mi rostro entrega sus dos frías manos.

—Pase lo que pase, quédate conmigo. ¿Lo prometes?

Su petición me da un mal presentimiento.

—¿Lo prometes?

—Lo prometo.

Me suelta. Todos subimos al auto. Aiden da la media vuelta y emprende el camino de regreso. Faltan algunos kilómetros para pasar la espesura del bosque y comenzar a ver casas.

Aiden me mira por el espejo retrovisor. Yo le devuelvo las miradas sin expresión alguna.

Me recargo en la ventanilla. Tyler palmea mi rodilla. Ese pequeño acto me hace entender que Tyler no está enojado, sigue de mi lado. Me quita un peso de encima.

Miro el camino, los árboles pasar y la oscuridad hacer lo suyo: reinar la noche.

Lo siguiente sucede tan rápido que me es difícil determinar cuándo la sombra cruzó tan rápido, y la camioneta se estampó en el árbol. Veo mucha sangre, demasiada. Hay sangre sobre mi cara y mi ropa. La ventana se ha roto, y una rama ha atravesado el parabrisas, cruzando por Aiden y llegando hasta a mí. Sé que está afectando el corazón, sé que estoy mal herida y sé que no soportaré viva hasta que llegue una ambulancia.

—¿Allison? —pregunta Tyler. Me ve y su rostro parece volverse más pálido. Aunque eso sea casi imposible—. ¡Allison!

Mueve los asientos de los chicos con tanta brusquedad que me quejo por la rama atravesada.

—¡Allison está herida!

Ambos salen de su aturdimiento. Aiden vuelve a mirar por el espejo retrovisor. Daren sale del auto a la velocidad de la luz cuando se da cuenta de mi estado. Abre la puerta, desprendiéndola por completo ya que estaba atorada.

—Voy a jalar la rama, Allison —avisa Aiden. Lo hace antes de que pueda asentir. Siento el dolor abundar mi cuerpo. Grito tan fuerte como me es posible. Después de eso sale del auto y ayuda a Daren a bajarme. Tyler sale detrás de mí.

Me sientan debajo de un árbol. Todo comienza a volverse tan confuso. Tengo miedo, es lo único que puedo distinguir a parte del dolor.

—¡Hagan algo! —pide Tyler. Ya está llorando.

—Sabes cuál es la única forma —Aiden responde.

—Hazlo —pide Daren—. Hazlo tú.

Alcanzo la mano de Aiden y asiento con la cabeza, dándole el permiso que requiere.

—¡Date prisa! —grita Tyler con desesperación.

Son solo sombras. Mi corazón es latido por latido, con lentitud. Me quedan pocos segundos. Daren me sostiene de la otra mano.

—Lo prometiste —recuerda.

Aiden se acerca a mi cuello y muerde. No puedo gritar, tan solo puedo fruncir el ceño. Muerde y siento lo que Reik describió el día que le pregunté. Lo poco de mi sangre es succionda, Aiden parece disfrutarlo, deleitando su paladar con lo más sangrado que puedo darle. Y que él lo disfrute me hace sentir... bien. A pesar de estar muriendo.

ETERNALLY ANGEL ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora