Capítulo 31

3.4K 324 8
                                    

Aiden se estaciona frente a mi casa y apaga el motor. Después me mira, sonriente. Sus ojos están iluminados como si en vez de mirarme, estuviera mirando un faro de luz.

—No merezco que estés feliz.

—¿Podrías dejar de ser tan negativa? —Su felicidad no se apaga.

—Te he hecho demasiado daño.

—Bueno... ¿Quién en esta vida no lo hace?

—Quien te ama.

—Esa es la primera persona que lo hace.

Miro enfrente. Mi auto está estacionado, lo que quiere decir que Daren ya está en casa.

—Tú me amas —afirma.

¿Si lo amo? ¿Tengo que afirmar o negar? Me importa Aiden, pero no estoy segura de amarlo. No me hizo tanta falta cuando me alejé. Lo pensaba casi todos los días, porque me había acostumbrado a su presencia ruda y encantadora. Pero no puedo afirmar algo de lo que no estoy totalmente segura.

—Quiero que emocionalmente seas más estable —pide, mirando hacia enfrente.

—¿Me pides eso después de toda la mierda que he pasado? Por favor, Aiden. No pidas algo de lo que careces.

Toma el volante con una mano y baja la cabeza.

—Solo quiero que pongas tus pensamientos en orden.

—¿Para qué?

—Para que podamos definir esto cuando todo acabe.

—¿Definir qué? ¿Tú y yo?

—Nuestro futuro.

Me quedo en silencio.

—Lo entiendo. Cuando todo acabe quieres irte lejos y olvidarte de nosotros.

No puede describirlo mejor.

—No eran parte de mis planes.

—¿Cuáles eran tus planes, Allison? Ni siquiera tenías uno. Estabas tan perdida como todos nosotros.

—Mi madre murió y mi padre me abandonó en una estúpida casa hogar cuando tan solo era una niña.

—Mi hermano murió, mi padre nos abandonó, mi madre se volvió loca, me convertí en un vampiro y me enamoré de una inestable emocional. Bienvenido al mundo de las desgracias, McClear. No eres la única que ha sufrido en el pasado.

Quiero enojarme, pero no puedo. Aiden, por más humillante que sea para mí, tiene razón. No soy la única que ha vivido un pasado devastador.

—Tú tenías personas que te amaban. Y tienes personas que darían la vida por ti. ¿Yo qué? Le ruego a una chica que solo está enamorada de sí misma.

Su felicidad se apaga.

—A Sophia no... —se detiene.

—Dilo.

Espera algunos segundos. Aprieta el volante hasta que sus nudillos se vuelven blancos.

—A Sophia no tenía que rogarle. Ella estaba ahí, para mí. En las buenas, en las malas. En cualquier momento del día. Es hora de que dejes de ser tan egoísta.

—No pido que estés para mí.

—Ese es el punto, de eso se trata esto. No tienes que pedir las cosas. Si te nace, lo haces. Y eso no lo aprendí en los libros.

—Sophia era la indicada para ti. Todos lo sabemos.

—No existen personas indicadas. Existen sentimientos indicados. Y los míos hacia ti, lo son.

ETERNALLY ANGEL ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora