ETERNALLY ANGEL ✔️

Capítulo 17

Leo el mensaje de David.

Estoy aquí. Tienes un minuto.

Me apresuro a marcar el número de mi madre quien responde a los pocos tonos.

-Allison, cariño -responde.

El nudo en mi garganta se forma. Siento cómo las lágrimas empañan mis ojos.

-¿Papá está ahí?

-Sí, ¿sucede algo?

-Ponme en altavoz.

-Listo. Carl, Allison quiere hablar con nosotros.

Se escuchan los pasos de mi padre.

-¡Allison!

-Tengo algunos segundos, quiero que me escuchen.

-Adelante.

-Agradezco todo lo que hicieron por mí. Agradezco que me hayan elegido en la casa hogar. Mamá, agradezco que tomaras cursos de cocina porque estaba acostumbrada a la comida casera. Papá, gracias por todos los buenos momentos y por hacerme creer que el hombre perfecto existe. Fui tan feliz a su lado, tal vez en los próximos veinte segundos ustedes no me recordarán, pero yo lo haré por toda la vida.

-¿De qué hablas, Allison? -Amanda ya está asustada.

-Los amo, más que a nada en este mundo.

-Y nosotros a ti, hija. ¿Por qué dices todo esto?

-Los amo, los amo.

-El tiempo se acabó -se escucha la voz de David, quien imagino, aparece detrás de ellos.

Finalizo la llamada. Caigo al sueño apretando el celular contra mi pecho y sintiendo un fuerte dolor en el corazón lo que no me permite llorar del todo.

Después de treinta minutos, David vuelve a mandar otro mensaje.

Un minuto.

Marco el número del abuelo. Este no tarda en responder. Se escucha la mecedora y el partido de béisbol al otro lado de la línea.

-¿Abuelo?

-¿Allison?

-Aurora era una buena mujer. Era una excelente madre y no la culpo por haberse ido. La entiendo perfectamente, entiendo que aveces tomamos decisiones cobardes. Sé que ella no está muerta, puedo sentirlo. Y de ser así, significa que yo me he muerto con ella.

-¿Por qué dices todo esto? ¿Te encuentras bien? ¿Quieres que vaya a Blackbear por ti?

-No, estoy bien. Gracias por hacerme sentir ese lazo de sangre que había olvidado. Por haberle dado un rostro al abuelo del que tanto hablaba mamá. Te describía a la perfección.

-¿Allison?

-Ella te amaba y apuesto que no quiso dejarte. Yo también te amo aunque no te conozca tanto. Y sé que tú también me amas.

-Lo hago.

-Es lo que quería escuchar.

Finalizo la llamada.

En la última llamada, le pido a David un poco más de tiempo.

Dos minutos. Adelante.

-¿Alec?

-Desaparecida. Estoy viendo Friends, los chistes de Chandler ya no dan tanta gracia.

-Alec, quiero que me escuches.

-¿Por qué? ¿Estás bien?

-Yo fui la única culpable de la muerte de Emma. Quisiera decirte que no sufrió, pero lo hizo. Todas las noches pienso en ella, y en Daya. No debí de haberlas dejado ir por palomitas. Debí de correrlas, o no sé.

-¿De qué hablas?

-Emma y Daya no estarían muertas de no ser por mí. Mi vida es un caos, Alec. Y no quiero involucrarte, no quiero que tengas el mismo final que ellas.

-No es tu culpa, ya hemos hablado de eso. La inseguridad en Blackbear es...

-Fue mi culpa. Alec, te quiero. Siempre te quise, siempre me gustaste y cuando era más pequeña imaginaba casarme contigo en la playa y que nuestros hijos jugaran baloncesto contigo todas las tardes.

-¿Me dices esto ahora? Allison, yo siempre pensé que el único enamorado de los dos era yo.

Por un instante deseo que David salga de ese departamento y no haga nada.

-Pero eso cambió. Alec, ellos existen. Los hombres lobo, y los vampiros.

Ya han pasado dos minutos.

-Y me temo que hay uno detrás de ti.

-¿Qué mierda...?

Finalizo la llamada.

Dejo el teléfono a un lado de mí. Mi mirada sigue en el techo, siento cómo poco a poco me hundo en la cama, formando parte de ella.

Recuerdo momentos junto a ellos. Cuando mis padres me vieron por primera vez, y cómo mis ojos brillaron cuando se rieron al verme combinar blanco con blanco y negro con negro. Cuando Emma y yo fuimos al primer partido de baloncesto de Alec y durante todo ese tiempo sostuvimos el cartel de apoyo al revés. Cuando conocí al abuelo, y me despedí de él. A todos les prometí regresar, pero ahora nadie me recuerda. Lastimosamente, yo a ellos sí.