ETERNALLY ANGEL ✔️

Capítulo 40

Bajo las escaleras después de escuchar el llamado de Tate. Espera fuera de la ahora habitación de Aiden con un semblante poco convincente.

—Alguien quiere hablar contigo.

Abre la puerta y deja al descubierto a William. Está de pie con los brazos cruzados. Observa las fotografías de Carl y Amanda. Aún siguen en el escritorio.

Tate cierra la puerta cuando entro por completo.

—Eran una bonita familia.

—Sí —me limito a responder.

—También lo éramos nosotros.

—Pero decidiste matar a mamá.

—Yo no...

—¿Tú que?

Mi interés aumenta, así que me acerco un poco.

—¡Habla, William!

—Tu mamá no está muerta, Allison.

Cae como un balde de agua fría. No esperaba sentirme como una infeliz. Debo estar alegre por saber que mi verdadera madre sigue viva. Pero en cambio, siento que no fui la suficiente razón como para hacer que se quedara. O lo suficientemente buena como para que considerara llevarme con ella.

—Se fue. Pero no fue su culpa.

—¿No fue su culpa? ¡Nos abandonó! Me dejó sola junto a un borracho violento a la corta edad de diez años. ¿Qué iba a hacer contigo? ¿Qué suponía ella que iba a hacer conmigo? No podía siquiera alcanzar el cereal en la alacena.

—Ella estaba cansada de mí. De mis gritos, de mis insultos, de mis celos...

—De tu arrogancia, de tu soberbia, de tu insolencia —continúo—. Pero aún así, yo, no te hubiera abandonado. Y ustedes dos lo hicieron conmigo. Peor aún tu carencia de neuronas al haberme metido en toda esta situación de mierda.

No me voy a contener, diré todo lo que tenga que decir.

—Fuimos los peores padres.

—¿Y te das cuenta ahora?

—Me di cuenta desde que decidí abandonar a Francis y a su madre por irme con Aurora.

—Tu vida siempre fue así, ¿no? Siempre trataste de encontrar un refugio con las mujeres. Siempre fuiste tan inmisericorde con los demás pero con tu mujer añadías un final feliz. O eso hasta que te cansaban.

—Tu madre lo era todo para mí.

—No la supiste cuidar.

—No supe cómo hacerlo. Tan solo la quería conmigo toda la vida.

Nuevamente me cae una cruda verdad como un balde de agua, esta vez, helada.

Recuerdo lo último que me dijo Aiden antes de salir de la habitación la noche anterior. "Creo que no supe cuidarte, pero cambiaré, porque te quiero conmigo el resto de la eternidad".

—Son iguales —murmuro con la vista en el suelo.

—¿A qué te refieres?

Lo miro a los ojos.

—¿Mereces mi perdón? Tan solo responde eso.

—No. Allison —se trata de acercar pero yo retrocedo rápidamente—. Allison, cuando tu madre se fue, te volviste lo más importante para mí. Pero necesitaba ayuda. Necesitaba poder asegurarte algo de bien. Supuse que Daír lo era. Cuando te vi con los McClear quería arrepentirme... No pude hacerlo.

—¿Cómo está? ¿Qué hace ahora?

—No lo sé. Pero hay algo dentro de mí que me dice que sigue viva.

Nuevamente pensando en Aiden, resuelvo:

—Formaron un vínculo.

—Así es. Sé que aunque Aurora prefirió irse, me seguía amando.

—¿Por qué se fue?

—Ya lo sabes.

—No. Hay otra razón.

Permanece en silencio durante muchos segundos. Recobra valentía y se dispone a confesar todo.

—Se fue con otro hombre. Se conocieron en un supermercado y después de ese día decidieron verse cada que tenía que comprar comestibles. No se fue porque lo amara, solo quería huir.

Concuerdo con eso.

—Pero tal vez ahora sí lo ame. Tal vez quiso llenar ese profundo vacío que dejó cuando perdió al verdadero amor.

—¿Verdadero amor? —pregunto con ironía.

—Nuestro amor lo era. Pude haber quemado al mundo entero solo por ella.

—¿Y qué te costaba ser un buen esposo y un buen padre? No te confundas, William. No la amabas de verdad porque si te creías capaz de quemar al mundo entero por su amor, hubieras visto la sobriedad o el trato sincero como una simple miniedad.

La puerta de abre. Daren entra como si le hubieran avisado anteriormente que William está en la misma habitación que yo. No hay que aclarar la poca confianza que le tiene.

—Sal de aquí, Allison —ordena.

No voy a alegar. Pero antes de darme la media vuelta, agrego:

—Tendrás mi perdón cuando te vea muerto por tratar de protegerme.

Dicho eso, salimos y cierro la puerta de un fuerte golpe.