David observa las estrellas, completamente solo en el patio trasero. Su espalda es ancha e irradia un aire de guerrero antiguo. Su aspecto físico me recuerda a Reik, lo que me entristece al instante.
Camino paso a paso hasta llegar a su lado. Él me mira pero yo miro las estrellas.
—Leí tu carta.
—¿Disculpa?
—Yo fui quien encontré tu carta. Debo admitir que la tinta original era algo precioso en aquellos tiempos.
—No sé de qué me hablas.
Camina de regreso a la casa pero le impido el paso.
—Conozco a los Brooks. Y te conozco a ti.
Pasó a un lado de mí.
—Hay cosas existentes fuera del régimen de lo normal. Gracias a la incredulidad y el escepticismo, se han catalogado como mitos y leyendas —repetía una parte de su carta mientras caminaba paso a paso hacia él. Se detuvo, pero no se dio la media vuelta—. Creía lo mismo, hasta que el mito me atacó cuando iba de regreso a casa después de una jornada de trabajo de doce horas. Llovía, y las calles carecían de iluminación. Desde ese entonces recuerdo el sin fin de privaciones. Esa noche pensé que era la última, pero desperté sintiéndome diferente... inmortal.
Me detuve a algunos pasos de él.
—Yo soy la razón por la que Tyler te ha traído. Yo le pedí que te buscara.
Se dio la media vuelta.
—¿Por qué?
—Porque necesito tu ayuda.
—Por favor. ¿Qué te hace pensar que te ayudaré?
—Nada. En realidad, nada. No tengo nada qué ofrecerte, pero estoy dispuesta a lo que sea.
—¿Tan grande es tu problema?
Coloca sus manos a los lados de su cadera.
—Mucho más de lo que piensas. La gente está muriendo dentro y fuera de los bosques. Técnicamente, la vida de todos está en peligro.
—Ajá.
Continúa su camino pero esta vez lo detengo del brazo bruscamente.
—No estoy bromeando. Tal vez no te interesa porque piensas que estas personas no te deben nada, estás enfadado con tu vida porque un desdichado te arrebató la felicidad de un simple mordisco. Ambos compartimos algo en común y es que odiamos tales seres. Pero no puedo combatir agua contra fuego. Necesito un balance.
—Me necesitas a mí.
—Así es. Fuego con fuego. Sé que has estado en problemas, puedo conseguirte la residencia, y un departamento en Vancouver.
Mi mente no piensa, solo ofrece. Parece funcionar ya que se cruza de brazos dispuesto a negociar.
—Si todo sale bien nadie saldrá herido.
—Quiero un boleto de avión a cualquier parte del continente asiático. Todos los gastos pagados con la residencia para tres semanas. Yo veré cómo consigo un departamento.
—¿No puedes volver a Europa?
—Créeme, seré inmortal, pero moriría al instante si vuelvo a poner un pie en ese continente.
No quiero saber más sobre eso, no quiero que pase más tiempo y se retracte. No tengo el dinero suficiente para eso, pero Daren sí.
—Trato hecho.
Le extiendo la mano.
—Antes de cerrar el trato, necesito saber quién, por qué y cómo.
—Mi padre biológico me abandonó cuando yo era una niña. Él le pidió ayuda a un hombre y este se la dio, pero lo convirtió en un hombre lobo. Mi medio hermano también lo es. El por qué es algo simple. El imbécil me ofreció a Daír, el hombre que lo convirtió, y ahora está aquí, por mí, para darme a él.
—¿Daír Thompson?
—¿Lo concoces?
Estalla en risas. Quiero fotografiarlo y enseñarle a Tyler la viva muestra de que David sí se ríe.
—A lo largo de estos años me he topado con tanta gente. Y él es el hombre más perverso, cínico y poderoso que he conocido. Lo maldije a él y a su familia cuando recién se casó con su esposa ahora difunta, me parece.
—¿Por qué?
—Se llamaba Chiara, trabajaba en una de sus compañías constructoras. Un día él no pudo ir a tal construcción y la mandó a ella. Hubo una negligencia al no poner protección a los alrededores del último piso. El noveno. Ella se torpezó y cayó, murió al instante. ¿Sabes qué hizo cuando se enteró? Le dio la espalda a su familia. A la familia de mi novia. Mi alma gemela.
Bajo la mirada.
—Fui hasta su casa y lo maldije a él y a su futura familia. Después supe de él, de sus desgracias y todo eso. Por ahí me enteré que me culpa de todo. Piensa que todo comenzó por mi maldición. Pero no es así. O al menos eso creo.
El silencio reina unos segundos.
—Lo sigo odiando desde ese entonces. Y daría lo que fuera por verlo muerto.
—Haremos el trío perfecto.
—¿Hay alguien más?
Caigo en cuenta de Daren. Sí, Daren, el hijo de su peor enemigo. Entiendo la molestia y la sorpresa de Tyler, quien supongo ya conoce la historia de Chiara.
—Hay alguien inocente que quiere ver a Daír muerto. Él es nuestro pase directo.
—Allison, ¿no es así? —asiento—. Allison, acabar con tu padre y tu medio hermano es solo como cortarle una pata al lobo. Debemos de matar al lobo.
—A Daír.
—A Daír —confirma—. Pero no podremos solos.
—¿Y cuál es tu idea?
—Los Brooks.
—Oh, no —difiero entre risas.
—¿Quieres mi ayuda?
—Bueno. Pero aceptarás a mi refuerzo.
—Está bien.
—Daren Thompson.
—¡¿Estás loca?!
—Él es bueno. Nos ayudará.
—¡Te dará una puñalada por la espalda! Es mal de familia.
—Nunca lo haría. No a ella —Daren aparece detrás de David.
David aprieta los puños.
—Yo podré llevarlos a Daír.
—No.
—Por favor, David.
—Aceptaré la ayuda de los Brooks —suelta Daren. Caigo en cuenta de sus sacrificios, de sus ganas por ayudarme sin siquiera merecerlo—. Pero nos ayudarás a acabar con todos ellos.
—Está bien. Pero ahora que conozco al único heredero de Daír Thompson. Quiero un departamento, y yo elijo el lugar.
—Lo que pidas —acepta Daren.
—Esto no será fácil —confiesa David en un susurro audible.
Estrechamos las manos, cerrando el trato. David vuelve a la fiesta para contarles la noticia a los Brooks.
—Gracias.
—No tienes qué agradecer.
Sonrío, pero Daren parece estar asimilando sus futuros encuentros con los Brooks.
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ETERNALLY ANGEL ✔️
مصاص دماء*Segunda parte de You're everything I need* Los bosques de Blackbear vuelven a teñirse de sangre. Allison McClear decide volver y poner fin de una vez por todas. Pero nuevas personas llegan a su vida. Los peligros renacen, los misterios aumentan y e...