—No es necesario que te enfoques en los ojos. Imagina a la persona, los rincones de su mente por más oscuros que sean, y envía el mensaje.
David está sentado enfrente de mí. La mesa del patio trasero es pequeña, por lo que no hay mucha distancia entre nosotros.
—No puedo hacerlo contigo.
—Pero están ellos.
Tyler y Tate juegan con una pelota de fútbol americano. Imaginan que están en un partido y no son muy cuidadosos en sus movimientos.
Observo a Tate. Imagino una oscuridad dentro de su cabeza. Está funcionando ya que se detiene un poco, desconcertado. Sacude la cabeza, levanta el brazo para lanzarle la pelota a Tyler y entablando la conexión, imagino que la lanza en la cabeza de su hermano.
El impacto sucede. Lo lanza con una fuerza impresionante y golpea la cabeza de Tyler haciéndolo caer al suelo.
—¡Touchdown! —grita David entre risas.
Tate se acerca a Tyler y lo ayuda a levantarse.
—¡¿Fuiste tú?! —pregunta Tate hecho una furia.
David levantó las manos mostrando su inocencia. Después me señaló con la palma extendida.
—¡No quiero ser más el conejillo de indias! —gritaron al mismo tiempo.
—Comienzo a dudar que sean hermanos adoptivos —comento.
—Han crecido juntos toda la vida.
—Lo sé.
Se forma un silencio incómodo.
—Allison, tienes algo especial.
—¿Especial?
—Sí. Aprendí algo a lo largo de todas estas décadas, y es que, las personas se vuelven débiles, y al final del día, terminan por morir.
—¿Y eso tiene relación conmigo?
—Eres fuerte, y aunque ahora te hayas vuelto inmortal, yo hubiera dudado que tu esencia muriera junto a tu cuerpo.
—No soy fuerte. ¿Por qué todos piensan eso?
—Nadie logra lo que tu lograste a la primera. Nadie resiste tanto sufrimiento o ve morir a las personas y seguir adelante. Nadie hace un balance entre ser, o no ser, y somos todos, como tú lo haces. Tienes miedos, pero los sabes controlar. Dime, si eso no es ser fuerte, entonces tendré que hacer otra investigación sobre la humanidad.
Sonrío.
—Eres como Daír. Pero no en el mal sentido. Es como si a Daír le hubieran hecho un exorcismo y hubiera quedado la parte buena. Claramente todos tenemos cierto grado de maldad, vivimos en un mundo en el que reina tal factor.
—Y reinará —agrego en un murmuro.
—¿A qué te refieres?
—Daír piensa tomar posesión del mundo. Quiere que nuestra especie salga a la luz. Que haya un balance entre vampiros, hombres lobo y una clase de donadores que conserven su humanidad para toda la vida.
—Hijo de puta.
—Lo logrará si no lo detenemos. Aunque, tengo el presentimiento de que está un paso delante de nosotros. Dijo que vendría por Daren y por mí, pero hasta ahora parece estudiar todo minuciosamente.
—Pienso lo mismo. Pero si está un paso delante de nosotros, es por ellos —dice, refiriéndose a los Brooks—. No por nosotros.
—Tienes que ayudarlos como a mí. David, perderemos esta guerra si no lo haces.
—Lo haré.
—Tengo que irme.
—Pon en práctica lo que hemos hecho hoy.
—Lo haré, gracias.
Me levanto del asiento y un mareo me hace tambalear tanto que por poco caigo. David se acerca rápidamente y me toma de los hombros.
—¿Estás bien?
—Sí, solo fue un mareo.
—¿Desde cuando no consumes sangre?
—Desde nunca.
—Allison, tienes que hacerlo.
—No mataré personas solo para alimentarme.
—En el hospital hacen donaciones. Son bolsas de sangre de casi medio litro. —Me guiña un ojo.
—Entonces tú no vas de caza.
—No.
Asiento con la cabeza.
—Lo pensaré.
Nos despedimos con una ligera sonrisa. Salgo del patio trasero por el costado de la casa. Sigo sin saber qué pensar acerca de lo que hizo Aiden con Daír. Es un dilema difícil de resolver.
Al llegar al auto, me subo, cierro la puerta y me recargo en el asiento. Tengo sed, pero es una sed diferente. Sé de qué clase, pero me niego a asimilarlo.
Después de varios segundos, enciendo el motor y conduzco hasta el hospital de Blackbear. Son quince minutos, los quince minutos más largos de mi historia.
Cuando llego, me bajo del auto y camino con desconfianza. Pero al cruzar las puertas, lo hago con seguridad. En la sala de espera me quedo de pie, no sé con quién dirigirme, o cómo pedirla.
Para mi suerte, una enfermera se acerca y me pregunta si estoy esperando una visita.
—No, en realidad no.
Sus ojos son negros y es quince centímetros más baja que yo. Tal vez por la diferencia de estatura, o el plan que tengo en mente, adquiero seguridad y superioridad.
—Necesito dos unidades de sangre.
—Eso es imposible, señorita.
Sonrío con confianza. Nuevamente, como lo hice con Tate, visualizo ese rincón oscuro y me dispongo a suplirlo con una escena convincente: ella me hace entrega de las dos bolsas de sangre.
—Vuelvo en unos minutos —responde poco convencida.
Espero mientras miro a mi alrededor. Cargo la bolsa en mi hombro y abro el cierre para esconderlas cuando me sean entregadas.
La enfermera vuelve con las dos bolsas en su mano derecha. Me las extiende y yo las tomo con rapidez, metiéndolas en la bolsa y cerrando el cierre con brusquedad.
—Gracias.
Me doy la medida vuelta y salgo del lugar casi corriendo. No entiendo la razón de mi desesperación. ¿El hambre? O tal vez que la enfermera reaccione y mande a los guardias de seguridad a buscarme.
Ya en el auto me siento más segura. Cierro las puertas con seguro y subo todas las ventanas. Saco una bolsa y la observo entre mis manos. Parece tan tentador, pero no como la sangre que salía directamente del cuerpo de Alec.
Quito el pequeño tapón que cubre la salida y sin pensarlo dos veces la llevo directamente a mi boca. Succiono, desesperada. Siento el extraño sabor en mi boca. Al igual que el olor, no puedo definirlo. No me gusta, pero mi cuerpo parece reaccionar bien a lo que está consumiendo. Las fuerzas me vuelven al cuerpo pero mis manos siguen temblando. Tomo, hasta la última gota.
Descanso y asimilo un poco antes de esconder la bolsa. Me siento bien, no como esperaba, pero estoy mejor que hacía unos segundos.
Vuelvo a la realidad y guardo la bolsa en la guantera.
—Es tu nueva vida, Allison —murmuro y enciendo el auto.
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ETERNALLY ANGEL ✔️
Vampiros*Segunda parte de You're everything I need* Los bosques de Blackbear vuelven a teñirse de sangre. Allison McClear decide volver y poner fin de una vez por todas. Pero nuevas personas llegan a su vida. Los peligros renacen, los misterios aumentan y e...