ETERNALLY ANGEL ✔️

Capítulo 7

Saludo y presento a Daren. El letrero colgado en la fachada de la casa llama mi atención. "Bienvenidos nuevamente". Miro a Daren pero este no parece estar confundido. Nos adentramos a la casa, continuamos con los saludos, abrazos y presentaciones. Sophia me ve y corre hacia mis brazos.

—¡Me alegro que estés de vuelta! Han sido los meses más largos.

—Gracias por esto, aunque no era necesario.

—Ya sé que odias la atención pero muchos recordaban tu cara, no dudaron en venir.

Asiento con la cabeza.

—Él es Daren. Daren, ella es Sophia.

Los dos se saludaron. Sophia me tira de la chaqueta, sé al instante por qué, así que la miro directamente a los ojos, transmitiendo un "Sí, es uno de ellos". Sophia se limita a sonreír un poco tímida.

—Disfruten la fiesta, ya ha comenzado aunque los otros festejados aún no llegan.

—¿Otros festejados? —pregunto.

—¿Ese es Dante? —pregunta Daren interrumpiendo a Sophia—. Es Dante, vamos a saludarlo.

Me toma de la mano y me dirige a él. Dante toma en un vaso rojo, no conversa con nadie, tan solo mira a través de la ventana.

—Dante —llamo.

—¡Chicos! Qué alegría ver rostros amigables.

—Lo mismo digo —Daren ha logrado una fuerte empatía con Dante, según él, Dante es un buen chico, con cosas extraordinarias dentro de su ser.

—¿Quieren algo de tomar? Creo que puedo conseguir algo de tequila original.

—Seguro —respondo.

Dante se va a la cocina, Daren jala tres asientos cerca de la ventana y nos sentamos. La luz es tenue y se puede escuchar a los chicos jugar Beer pong en la cocina. Casi toda la universidad está aquí, algunos dentro de la casa, algunos fuera.

—¿Te agrada Blackbear?

—Sí, pero no como para vivir aquí.

—Te entiendo.

—¡Atención todos! —Sophia se sube a la mesa principal—. ¡Allison ha llegado!

El grito de todos la interrumpe.

—¡Y los Brooks también! ¡Están por cruzar esa puerta!

Miro a Daren con una expresión difícil de comprender. ¿Es pánico? ¿Sorpresa? ¿Desagrado?

—Lo sabías —protesto.

—Lo sabía —confirma.

Todos comienzan a gritar como si estuvieran en un partido de fútbol americano. Los Brooks entran por la puerta como si fuese una alfombra roja. Primero lo hace Tyler, con una sonrisa inconfundible. El siguiente es Tate, repartiendo saludos. A continuación, Aiden. Estrecha las manos que puede y sonríe con orgullo. Pero nada acaba ahí, hay una cuarta presencia. Alguien un poco mayor que ellos, tal vez por tres años. Su tez ligeramente morena combina con su cabello negro.

—¿Lo conoces?

—No.

—Viene con ellos.

—Tal vez es un amigo —justifico.

Tyler me mira, me sonríe y continúa su camino. Siento una pequeña punzada en el corazón, todos me pasan de largo, como si mis anteriores deseos se hicieran realidad. Ya no soy de su interés.