♦ ♦CAPÍTULO 2 ♦ ♦
GUERRA DE HERMANAS
¿Quién dice que las tormentas son desagradables? ¿Quién asegura que la lluvia es molesta? ¿Quién opina que la oscuridad da miedo? Solamente son cambios meteorológicos. Igual que la noche es la consecuencia del día, y la oscuridad, falta de luz a la que la gente le tiene un injustificado miedo. Solamente le tenemos miedo a la oscuridad porque no podemos ver lo que hay a nuestro alrededor, y eso nos provoca temor. No podemos defendernos porque no podemos ver los peligros. Sin embargo, poco nos molesta después vivir en la ignorancia y taparnos los oídos o cerrar los ojos para escapar de la verdad. En resumen: somos seres miedosos y contradictorios.
Y eso es exactamente lo que me había hecho acabar allí, saltando troncos caídos y salpicando en las pozas de agua del bosque bajo una infernal tormenta de otoño. ¿Por qué Dagnýn no quería escucharme? Solamente estaba siendo sincera, y he de decir que nunca se me dio mal expresar mi opinión, aunque lo hiciera de una forma... bastante agresiva, siendo realista. Pero no me sentía mal por ello. Únicamente me molestaba y me tenía asqueada la manera en la que mi hermana me había mirado con las últimas palabras que dije: dolida, había sido la mirada de un animal herido y suplicante.
Sin embargo, mi experiencia me decía que después de echar un par de sinceras lágrimas y preguntarse porque se sentía tan mal, la respuesta sería clara: yo era la mala de la película y ella iba a cobrar venganza. Seguramente no me hablaría en unos cuantos días, pero quizás eso era mejor para ambas. A ella no le apetecía escuchar mi opinión, ni a mí sus estupideces. Un trato justo, ¿no?
Pensando en aquello, ni siquiera me di cuenta de la ancha y gran raíz que se camuflaba con las hojas en el suelo embarrado, y caí de bruces. Me levanté más tarde maldiciendo y con algún que otro raspón. Aquel endemoniado vestido no me permitía liberarme de la discusión de la cena tan fácilmente.
Seguí caminando con el orgullo algo más bajo que de costumbre, y las ramas de un bajo árbol me acariciaron bruscamente la mejilla derecha tras haber dado unos pocos pasos. Gruñí y miré al cielo, desde el que cayeron algunas gotas más que cayeron sobre mi rostro. Volví a gruñir molesta, aunque... ¿Qué más me daba una gota más o una gota menos? Ya estaba completamente empapada y probablemente cogería un fuerte resfriado. Supongo que en aquel momento mi enfado no atendió a razones, porque seguí caminando golpeando mis botas furiosamente en aquel barrizal repleto de hojas secas, piedras y pequeñas ramas caídas.
No fue que me detuve paralizada hasta que escuché el sonido de un aullido. Unos sudores fríos me recorrieron la espalda. Giré sobre mis talones intentando tranquilizarme, pensando que tan solo se trataría de algún pequeño animal nocturno, o incluso el sonido del viento. Pero pronto escuché el sonido de las patas de un animal acercándose peligrosamente hacia mi posición.
Sin dudarlo, agarré firmemente la falda de mi vestido y comencé a correr tan rápido como mi atuendo me lo permitió. Pero mi intento de escapada no redujo los esfuerzos de aquellos animales por atraparme, y podía escuchar a la perfección como seguían mis pasos desde cerca mientras mis piernas daban todo lo que podían. Hasta que un enorme lobo negro apareció ante mí.
Yo reculé hacia atrás, pero pronto me vi rodeada por la manada de lobos que me había perseguido. Estaba demasiado asustada, pero intenté serenarme y pensar en una manera de ahuyentarlos: fuego. Ni siquiera recordaba si por esa zona había lobos, ni tampoco quise ver que ellos no estaban en posición de ataque, sino que me observaban curiosamente a través de aquellos ojos miel u oscuros.
No tenía un mechero ni tiempo para encender un fuego que los hiciera huir, así que mi única posibilidad era defenderme con lo que tuviera a mano. Cogí un ancho y largo palo del suelo, y lo levanté intentando amenazarles con él. El corazón me latía a mil, las piernas me temblaban, y los sudores fríos y vertiginosos tampoco ayudaban.
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Captura a la reina #WeareWorld
FantasyY pensar que yo iba a disfrutar de la vida en palacio, sin la necesidad de soportar todo la tensión que requiere llevar una corona en la cabeza... Al fin y al cabo, tan solo era la segunda en la sucesión al trono. Ahora todo eso forma parte del pas...