♦ ♦CAPÍTULO 16♦ ♦
EL OJO QUE TODO LO VE
Parte 2
El chico abrió la puerta. Observó el cuarto y no faltó el silbido de admiración. Analizó sus pertenencias y los objetos restantes. Después me miró inquisitivo.
— ¿Por qué crees que hay un hechizo de protección? —me preguntó.
—Porque lo siento—respondí como si fuera evidente. ¿Acaso él no sentía el aura de aquel cuarto?
—Escucha: este lugar está apestado de magia negra, pero poco más puedo decir—comentó Drell—. No serán... ¿no serán imaginaciones tuyas?
Yo le miré con los ojos como platos. Él me miró esperando una respuesta. Arqueé una ceja. Él suspiró.
—Quiero que deshagas el hechizo—le ordené seriamente.
—No puedo deshacer un hechizo que no existe—respondió bufando.
—Sabía que eras idiota, pero no conocía hasta qué punto—contesté comenzando a perder la paciencia—. Haz lo que te pido.
— ¡Te estoy diciendo que no noto nada extraño aquí! —Exclamó él enrabietado.
— ¡Pues busca mejor!
— ¡Aquí no hay nada! —escupió enfurecido.
No sé cómo ocurrió. La rabia y la indignación me estaban consumiendo. ¡¿Es que no lo veía?! ¡Allí había un encantamiento! ¿No lo sentía? ¡¿Por qué no lo sentía?!
Me comenzaron a doler los dientes, y noté el sabor metálico de la sangre en mi boca. Me llevé la mano a los labios, y entonces pude apreciar como dos objetos puntiagudos como alfileres sobresalían de estos. Con los ojos desorbitados, me llevé las manos a la cabeza. Y así lo comprobé. Dos orejas peludas habían aparecido entre mi pelo rubio. Una cola lobuna asomó y me cubrió coquetamente las piernas. Mi visión mejoró al instante, y mis ojos se estrecharon notablemente.
En medio de aquel monstruoso cambio corporal, sentí como el brazo me ardía como el mismísimo infierno. Miré mi brazo derecho. Una pequeña y juguetona lucecita había comenzado a brillar en este. En su interior. En mis venas. Fue avanzando a través de mi extremidad, hasta colocarse en la punta de mi dedo índice.
En ese momento sentí que algo dentro de mí salía a la superficie. Un halo de luz surgió de mi yema. El amarillo se tornó naranja, el naranja en rojo y el rojo en azul. El azul se mezcló con el rojo, y el color morado se formó al mismo tiempo que se lanzaba a la lámpara como un rayo, como un cometa surcando el cielo. Se estrelló contra los cristales de esta, y pude admirar como la luz morada estallaba en cenizas que cayeron sobre la habitación entre destellos.
Una madera del suelo se movió. Después se deslizó a un lado. Ante los ojos asombrados de Drell, me agaché frente a la madera y metí la mano por el hueco. La madera de al lado salió despedida hacia la pared. Me giré en el momento justo para apreciar como chocaba contra esta con un ruido seco. Miré al chico preocupada. ¿Nos habrían escuchado? Esperaba que no.
Drell me apremió con la mirada, moviendo su mirada por alrededor en busca de posibles intrusos. Tragué saliva. Volví a insertar la mano en el lugar que anteriormente había ocupado la madera. Mi mano atravesó todo.
Y cuando digo todo, es todo.
—No... no hay... ¿No hay suelo? —balbuceó confuso Drell. Yo negué con la cabeza, sin podérmelo creer—. Natlys, aléjate de ahí. Puede ser peligroso.
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Captura a la reina #WeareWorld
FantasiaY pensar que yo iba a disfrutar de la vida en palacio, sin la necesidad de soportar todo la tensión que requiere llevar una corona en la cabeza... Al fin y al cabo, tan solo era la segunda en la sucesión al trono. Ahora todo eso forma parte del pas...