♦ ♦Capítulo 30 ♦ ♦
UNA DE ELLOS
Parte 2
Me había pasado el resto del día en mi celda particular, dirigiendo todos mis pensamientos en sopesar acerca de mis nuevas habilidades. Si lidiar con los poderes del clan Lysstyrke ya me resultaba complicado, no me quería imaginar cómo sería poseer los de ambos clanes en un mismo cuerpo. En cierto modo, daba gracias de no haber sabido sobre mis poderes hasta entonces, pues ya me habría vuelto demente.
Cuando los últimos rayos de sol se colaban tímidamente entre las gruesas rejas de la minúscula ventana, la puerta se abrió. Dos guardias me esperaban en la entrada, y avancé hacia ellos dispuesta a que me arrastrasen hasta la sala del trono. Sabía muy bien que era lo que querían de mí: firmar el pacto.
Mi decisión ya estaba tomada, pero no eran más que palabras. Debía dejarlo por escrito, y en caso de que rompiera mi palabra y les traicionara, sufriría las consecuencias. Conocía de estos tratados, puesto que en el libro que me cedió Hedrid durante mi estancia en el clan, fue una de las tradiciones que más llamó mi atención. Si el pacto no se realizaba según lo acordado, aquel que había firmado y no había cumplido su parte recibiría un terrible castigo: se quedaría ciego de por vida.
Sus costumbres podían ser macabras, pero al menos eran eficientes, pues nadie en su sano juicio aceptaría un trato de esa magnitud, a sabiendas que no sería fiel a este y que sus consecuencias serían nefastas.
Las puertas se abrieron y mis brazos fueron liberados por los hombres. Tal y como el primer día, los caminos de fuego de alrededor desprendían un calor que para cualquier ser humano hubiera resultado casi insoportable. Yo ni siquiera me inmuté cuando repentinamente, el fuego se extinguió y el humo ocupó la estancia como una densa niebla traicionera. Tampoco tosí o hice amago de ello cuando este inundó mis pulmones. Para mí aquello era como oxígeno para cualquier humano.
Mis manos sudaban a causa del nerviosismo. Si bien el fuego y el humo no me afectaban, mi visión aún no estaba suficientemente desarrollada para ver a través de este. Ni si quiera podría avanzar varios pasos sin temor a tropezar con mis propios pies, y aquella sensación de sentirme atrapada me estaba comenzando a marear.
¿Y si Drell tenía razón? ¿Y si Kellan tan solo buscaba matarme? El futuro rey me había asegurado que si queríamos tener oportunidades de derrotar a Seneth y su ejército, debíamos unificar ambos clanes. También me había dicho que yo era la única que podía salvarles y que me necesitaban de su lado. Sin embargo... Kellan había prometido que mis compañeros estaban a salvo y sin un rasguño, y a Drell le habían golpeado.
Sentí un sudor frío por la espalda, muy al contrario de lo que debía haber sentido un humano a esa temperatura. Tragué saliva.
—Acércate.
La voz del joven sonó en el fondo de la estancia, cerca de lo que supuse que sería el trono. Quizás no podía ver, pero al menos mi oído híper-desarrollado me ayudaría a orientarme.
Respiré hondo, y siguiendo sus órdenes, traté de caminar entre la neblina. Sentí un cosquilleo agradable por mi cuerpo. Era como si el humo me abrazara con sus brazos incorpóreos y me animara a avanzar.
Mis botas apenas hacían ruido al caminar, y mis pasos eran lentos pero precisos. Pensé que lograría llegar hasta él, y sonreír levemente. De repente, sentí un tremendo golpe en un costado, y caí al suelo soltando un alarido.
— ¡¿Qué demonios ha sido eso?! —Exclamé, intentando levantarme. El enfado había superado al miedo, y mi voz sonó atronadora.
Escuché una risa provenir desde otro punto de la estancia. Kellan se había movido, abandonando su respectivo lugar en el trono. Había aprovechado mi ingenuidad y me había atacado valiéndose de la niebla que nos rodeaba. No cabía otra posibilidad. Teniendo en cuenta que yo no podía ver y él sí, aquello me convertía en una presa fácil. Entonces caí en la cuenta: el castigo si traicionabas el pacto, era quedar ciega para toda la vida. ¿Casualidad? Lo dudaba.
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Captura a la reina #WeareWorld
FantasiaY pensar que yo iba a disfrutar de la vida en palacio, sin la necesidad de soportar todo la tensión que requiere llevar una corona en la cabeza... Al fin y al cabo, tan solo era la segunda en la sucesión al trono. Ahora todo eso forma parte del pas...