Capítulo 31: Una despedida a cambio de un comienzo

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♦ ♦Capítulo 31 ♦ ♦

UNA DESPEDIDA A CAMBIO DE UN COMIENZO


Cuando llamaron a la puerta, me encontraba pasando nerviosamente la piedra de luna de una mano a otra, con el corazón encogido y preguntándome si había hecho lo correcto al firmar el pacto.

Había dado un paso muy importante sin tener en cuenta en absoluto ni las advertencias de Drell, ni las caras de repulsión del resto de los miembros del clan Lysstyrke al conocer la noticia. Sabía que había hecho lo mejor para todos, pero eso no quería decir que no me sintiera contrariada y cargada de remordimientos.

Si algo salía mal, todos me señalarían como la única culpable, y sería completamente justo.

Kellan había decidido que si íbamos a ser aliados, lo menos era acogerme como un huésped del castillo, de manera que yo dejé mi celda atrás sin rechistar y me acomodé en una habitación con sábanas de terciopelo que casi superaba en tamaño a mi alcoba en palacio. Paredes y suelos de piedra, una cama con dosel del color de la sangre, techos altos y dos hachas cruzadas adornando el cabecero de la cama. A los lados de esta, dos antorchas prendidas, en frente, un enorme armario de madera con un lobo aullando al sol grabado en las puertas.

Me levanté como un resorte cuando llamaron por segunda vez, y caminé con rapidez a abrirla, para encontrarme con dos sirvientas. Una de ellas, la más anciana, me miraba con el labio torcido en una mueca de disgusto, como si mi sola presencia la repugnara, mientras que sus ojos me escrutaban con superioridad, como si yo fuera poca cosa. Supongo que para una mujer de su edad, que ha crecido entre personas que siempre la han inculcado tanto desprecio por los humanos como por los miembros del clan Lysstyrke, una persona que fuera una mezcla entre ambas razas se le hacía insoportable de presenciar. Mucho más una persona con esa mezcla de sangres que se suponía que los salvaría de una destrucción segura, convirtiéndose en la protegida del nuevo rey.

A su lado, una muchacha con cara inocente y ojos saltones me miraba casi como queriendo disculpar a su compañera. Sus labios formaron una tímida sonrisa.

—Esto es para usted—me informó con amabilidad al tiempo que me cedía el vestido que reposaba en sus manos.

Fruncí el ceño, pero finalmente accedí a tomarlo.

— ¿Por qué Kellan me envía un vestido? —Repuse alzando una ceja. Y entonces caí en la cuenta.

—Se trata del funeral de su padre y la coronación del príncipe, y por lo que tengo entendido, usted a partir de ahora es como otro huésped más, por lo que el futuro rey prefiere que asista como invitada y portando una vestimenta adecuada para la ocasión—repuso con soltura la joven. Si bien parecía inocente, sus ojos escondían astucia. Asentí ante su explicación y ella sonrió de medio lado—. Cuando esté preparada, toque la campanilla y yo misma subiré para ayudarla con el peinado y los complementos.

— ¿Es que son capaces de escuchar una campanilla en este enorme castillo? —Pregunté con sorna.

Ella rió suavemente, y me miró como si fuera una chiquilla tonta.

— ¿Acaso se olvida usted de lo que somos, princesa?

Lobos dementes, cierto.

Cerré la puerta malhumorada, y lancé el vestido encima de la cama. Me senté en una esquina de esta, me restregué los ojos, y pegué un respingo cuando al abrirlos, me encontré una tina con agua caliente frente a mí y varias toallas. Me levanté ante la nueva aparición, y al acercarme, vi que en el agua se formaban unas burbujas conforme pasaba el tiempo. Finalmente, pude apreciar letras y me di cuenta de que se trataba de un mensaje: "Después de haber pasado tantas horas en una celda, creo que es lo que necesita. Atte.: su nuevo aliado".

Captura a la reina #WeareWorldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora